El As de Espadas.

Capitulo Treinta y cuatro: Cuenta Cuentos.

●・○・●・○・● ●・○・●・○・●

Jueves 2200 horas

Italia

Tipo de narrador: Omnisciente.

Cuatro hombres apuestos están jugando póker a la espera de la reunión a la que fueron convocados ya que un clan de camorra dirigido por Ítalo Frabotta.

Quiere adquirir su nueva droga, pero por rencillas del pasado se han cancelado los tratos con ellos.

Los cuatro hombres saben que no pueden tener negocios con ellos ya que sería una deshonra para la familia tenerlos así que el mayor de los hermanos Riina Alessandro y su mano derecha Doménico Petruccelli irán personalmente para recordarles el por qué no tienen tratos con ellos.

Ninguno de los cuatro caballeros ha querido sentar cabeza ya que no está en sus planes serle fiel a ninguna mujer y en la Mafia es muy mal visto que el líder o cualquiera que pertenezca a esta mafia traicione a su mujer.

Si traiciona al ser que tanta ama que asegura que no traicione a sus socios.

Ese siempre ha sido el lema desde su bisabuelo, pero ellos sí han tenido la suerte de encontrar a esa bella mujer que robe sus suspiros y pensamientos.

Ellos ni se han molestado en pensar en tener hijos ya que saben que pueden correr con la mala fortuna de ser secuestrados, torturados y sacrificados con tal de que las cabezas de sus progenitores se inclinen ante alguien más.

Mujeres les sobran ya que por su aspecto físico y experiencia en la cama los hacen ser aclamados entre mujeres y hombres también.

La hora de la reunión llega y salen escoltados por más de cien hombres en treinta camionetas.

Ser la cabeza de una de las mafias más grandes y temidas del mundo tiene sus ventajas y maldiciones. Todos saben y están conscientes de lo que un mal negocio puede causar, no sólo se habla de pérdida de dinero, balas, o sangre. También se puede perder una parte tan esencial como lo es la familia desde padre, madre o una pequeña hermana.

Llegan a cerca de medianoche a la bodega acordada, la cantidad de soldatos llega casi a los ciento cincuenta. Ya que dos enemigos desde hace más de veinticinco años vuelven a estar cara a cara.

Alessandro y Doménico descienden de la camioneta rodeándose por sus hombres y entran.

El lugar a pesar de estar abandonado está limpio con todas las ventanas en excelente estado.

En medio del lugar hay una mesa rectangular muy larga de madera con cuatro sillas dos de la entrada norte y dos de la entrada sur.

En ella están Stefano y Gio Frabotta.

Los dos caballeros Riina y Petruccelli toman asiento viendo de frente a los hijos de Ítalo.

—La reunión era con el Capo no con los hijos—. La voz de Alessandro es de molestia

—Mi padre falleció hace diez días por causas naturales así que si estas con el Capo—. Suelta Stefano con elegancia.

—Bienvenido Stefano, pero como ya lo sabes nosotros no negociamos con traidores, aunque tu padre está muerto yo no olvido lo que le hizo a mi familia, así que no te voy a vender nada que yo o mis hermanos haya creado con sus manos—. Alessandro estalla con furia contra los dos sujetos que lucen una sonrisa.