❝Ella dijo que se iría y que se llevaría, todo lo que era suyo. Ella se fue. Y no me llevó a mi. Y yo era suyo.❞
Jaime Sabines
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8 meses y todo duele.
Aún recuerdo el juicio en contra de Bruno.
Fue culpado por homicidio preterintencional y otros cargos. Esta vez nadie aplazó el juicio.
Lo sentenciaron a cumplir 450 meses en prisión.
No hubo el alivio que esperaba, porque ella ya no estaba y así a él le hubieran dictado cadena perpetua, no me devolverian a mi Ash.
Con Mia fue diferente, nunca asistí a su juicio. Declaré lo que sabía y no quise volver a pisar ese lugar. Isaac también declaró y Danielle se encargó del resto. No me intereso saber que paso con ella.
La mamá de Ash… cuando fui a verla estaba en un hospital intentando recuperarse de la sobredosis que casi la mata. Cuando lo supo lloraba y gritaba, luego le dieron de alta y luego de exámenes psiquiátricos la diagnosticaron con trastornos mentales. No creo en eso, aunque tal vez eso explica el porque ella ayudó a matar a su hija en vida.
Con Danielle no volví a hablar, ella vivía el dolor a su manera y yo igual.
No puedo hacer nada, me estoy ahogando.
A penas van meses y me diagnosticaron "depresion". Así que es como si hubiera tomado el lugar de Ashley. Antidepresivos y un montón de charlas de psicólogos diciendo lo mismo de siempre.
Esas malditas pastillas no sirven para nada y dejé de tomarlas hace meses.
Quisiera saber si el motivo por el que los cortes siempre estuvieron presentes en su cuerpo fue por mi mismo motivo, eso no ayudaba o al menos no a nosotros.
Enciendo el cigarrillo y lo llevo a mi boca, doy una calada y retengo el aire en mis pulmones hasta soltarlo.
—Deberías dejar esa mierda— interrumpe Noah entrando al balcón.
El mismo que miro cada noche esperando que ella aparezca.
Mi habitación y el balcón es el lugar que me hace sentirme mas cerca de ella.
—Me ayuda— digo simple.
—En algún punto eso te va a matar, antes…
—No lo hacia— completo por ella— Pero las cosas cambian por si no te habías dado cuenta.
—No tienes que ser un un idiota conmigo— resopla cansada.
—Y no lo soy— replicó.
—Podrías parar, acaso no te das cuenta que si algo te pasa destruyes a todos a tu alrededor.
