CAPITULO 32

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❝Ella me daba la mano, y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor❞

Mario Benedetti

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Wow, nunca me consideré de las personas que se sienten incompletas, es decir, está bien, pero nunca creí ser una de ellas

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Wow, nunca me consideré de las personas que se sienten incompletas, es decir, está bien, pero nunca creí ser una de ellas.

Tampoco buscaba algo o alguien con que llenar aquel "vacío" pero no fue cuestión de buscarlo, simplemente se dio y me encuentro feliz con ello.

Vivo con una sonrisa en la cara cada momento y es imposible no tenerla.

—Y si lo sumas al final dará el resultado— le explico.

—Sigo sin entender, no logro concentrarme— deja el lápiz en el piso y resopla frustrada— Más bien cuentame como te fue en el examen.

—Ashley…

—Solo serán cinco minutos de descanso, lo prometo— hace un puchero y es imposible no aceptar.

—Respecto a tu pregunta, creo que me fue bien, ahora solo debo esperar los resultados y espero tener una oportunidad.

—Eres el chico más inteligente que conozco y sé que obtendrás un cupo— se inclina y pasa una mano por detrás de mi cuello y me besa.

Suspiro.

—Ashley Roberts ¿Estás intentando distraerme?— pregunto entre el beso.

—¿Está funcionando?— se aleja abriendo uno de sus ojos mientras mantiene cerrado el otro.

—No, la próxima debes esforzarte más— me aparto completamente— Debes estudiar para el examen.

—Juro que lo intento, pero la matemática y yo no nos llevamos bien— quita un mechón de su frente— Si sigo así, creo que colapsare.

Carajo, no creí que era literal.

—Si terminas los ejercicios te doy un beso y entre más rápido acabes, mas rápido saldremos de estas cuatro paredes.

—Nah, me gustan estas cuatros paredes— sonríe burlona.

—¿Estás rechazandome?— pregunto intentando contener la risa.

—Quizás… ¿A quién engaño? Aún me gustas.

—¿Aun?— enarco una ceja y ella desvia la mirada.

—Bueno, un poco… mucho ¿Eso elevo un poquito tu ego?

—Viniendo de ti, lo dejo en las nubes, ahora a trabajar— me hago a su lado esta vez y toma el lápiz en su mano y yo pongo la mía sobre la suya. Mi pecho queda pegado a su espalda y puedo sentir su nerviosismo, ella suelta una risita y yo me burlo de sus mejillas rojas.

Parte de una estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora