《 Cap 10: Deseos 》

368 51 100
                                    


~

Se encerró en su habitación con el corazón acelerado. Se sentó en la cama, quitandose el cravat. Se sentía como un sueño.

-Joder Hange, joder- Empezaba a sentirse incomodo.

La cercanía que había ganado con la detective era única, era poco de conocerla y se sentia como si tuviera meses de hacerlo, podía perder un tanto sus estribos y a ella no le importaba en lo más minimo.

El día que la conoció creyó por un momento que era una más de esas "Finas mujeres", pero, había algo diferente en esa mujer de ojos cafes, su vestimenta, la forma de actuar y su propio empleo gritaba a los cuatro vientos que no era como las demás, y, ya no lo dudo, pero ¿Cuando fue que le empezó a atraer de verdad? ¿Cuado su corazón dio un vuelco en su cavidad? ¿Cuado su espíritu sintió felicidad y su alma empezó a mostrar empatía? En el momento que ella le sonrio por primera vez, eso fue.

Una sonrisa que puede derretir glaciares, esa sonrisa que te vuelve loco con solo apreciarla, y ahora los labios que rodeba esa sonrisa le habían regalado un beso en una mejilla.

Levi llevaba ahora el deseo de ir a la habitación de esa dama y robarle o si era posible rogarle por otro beso, no se conformaba con el de su mejilla, ahora quería tener más con esa mujer. Le estaba valiendo una mierda lo que tiempo atrás se dijo "No necesitas de esas compañías", y ahora se estaba faltando a su palabra. Era un hombre mayor, que no había besado en años y peor aún, no había tenido relaciones  con ninguna mujer desde su antigua pareja. A sus recuerdos venía la mirada de la castaña, debía admitir que sus ojos eran divinos, de una belleza que jamás había tenido el enorme placer de conocer.

Sentía algo en su interior y mas allá que lo estaba quemando, así que decidió quitarse la ropa y darse un baño de agua fría. Dejo la ropa sucia un un canasto y preparo la bañera observando su figura desnuda en el espejo y acercándose para ver su rostro, tenía los ojos dilatados, y, aunque para otros parecía normal, para el no, e incluso su expresión seria se rebajo.

En un instinto por querer recordar, acaricio su mejilla observándose al espejo, y entre un bajo jadeo mencionó

-Hange...- Dijo ante su figura en el silencio que le rodeaba.

Se despertó como acostumbraba a las seis de la mañana, se puso de pie, fue a su ventanal y extendió las cortinas abriendo las ventanas para deja entrar la brisa helada de la mañana. Se sentia feliz, y todo por que en muchos días durmió más de lo habitual que eran unas pocas horas, y todo gracias a la reconfortalidad que le produjo la detective...

Observo el cielo en el cual el sol no se asomaba del todo y camino al baño. Se puso una camisa gris clara, pantalones negro de seda, su típico cravat blanco, zapatos negros, se peinó de costumbre y salió de su habitación con gran confianza.

~

Ya eran las siete y Hange estaba lista para ir por su desayuno, cuando alguien toco a su puerta con suaves toqueteos. Al abrirla no era nada más que Levi, el cual tenía una mirada muy serána e incluso sonreía de lado. Hange se sorprendió por su matutina visita y la expresión que llevaba.

-¿Levi? ¿Que pasa?- Pregunto poniéndose incómoda al ver los feroces ojos del hombre consumirla.

-Buenos dias...quería que desyunaras conmigo, por favor- Pidio con una brillante luz en sus ojos.

La castaña sonrio acariciando parte de su nuca, sus mejillas ya le empezaba a arder.

En la noche anterior ante tantas cosas que revoloteban en su cabeza, Levi decidió que conocería la mujer que ahora estaba empezando a amar, y lo primero que haría seria invitarla a desayunar con el y conocer más de ella.

•⊰ 𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐋𝐨𝐬 𝐏𝐚𝐬𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 ⊱•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora