《 Cap 5. II: Despedida 》

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Hange se despertó a los quejidos de su bebé por comida, esta anduvo cargando a su retoño por la habitación mientras le amamantaba hasta notar aquella distinguida carta sobre la mesita de noche. Hange miró curiosa aquello y posando a su bebé delicadamente sobre la cama. Tomó el sobre entre sus manos y busco un destinatario para leer su nombre escrito en letra en carta impecable.

Abrió esta desde su señor rojo para sacar su contenido...su rostro palidecer cuando vio en el encabezado, quien la había escrito como para querer sorprenderla de primer momento al ir a leer. El papel de la carta era largo y todo en el estaba escrito, hasta su parte trasera. Hange trago un buen de saliba y dirigió su atención al comienzo de la carta. La letra en esa era hermosa y limpia pero llegaría a saber que su contenido no era tan agradable.

De Darius Zackly para Hange Zoë.

Decía la primera oración.

Primero escribiré que mis días ya han sido recortados por la misma muerte, he escrito esta carta sentado en mi cama, he palidesido, enflacado y hasta mi cabello se ha caído de mi cabeza, creo que mi hora está por llegar y antes de eso, yo quise mandar esto a usted, compartiendo siertas cosas que se que usted podrá leer y entender.

Hange creo una mueca de intriga, un tanto disgustada, pero seguiría leyendo.

Yo nada mas deseo que usted viva una vida tranquila, que se aleje del Ackerman, pero supe que tienen un hijo, mi sueño ya no se cumplira, tengo que decir con descortesía que a veces soñaba despierto que usted me pertenecía, que la amaba y me hacía sucumbir, pero, a pesar de haberla querido asesinar hasta por mis propias manos, quise ir al hotel y matarla en su cama, pero eso me trajo un sentimiento a mi, cada que de lejos podía llegar a observarla me conmocionada, sentía calores y a decir en otras palabras...la deseaba en mi cama y cometer actos con usted, pero eso sería imposible.

No pido que me perdones por las cosas que hice o pense...era mi deber, mi legado.

Hange creo una cara de asco, mientras observaba al bebé jugar con sus pies sobre la cama, se alegraba de que todo hubiese llegado hasta el punto de estar feliz siendo mamá. Continuó leyendo la carta...

Mi juventud fue un delirio, pero me acostumbre, no sentía paz por lo que hice cosas para estar tranquilo, confieso que he matado a más de doscientas personas en mi vida, muchas de estas fueron asesinadas por mis ordenes hacia mis trabajadores, de los últimos fue ese gordo de Reiss, un hombre que haría lo posible por poder, pero esto lo llevó a que le matara, era un bastardo sin educación.

Hange pestaña varias veces, por que se iban revelando muchas cosas que no creyó que uno de sus asesinos fuese a confesar así.

Hange, si algún día dejas a Levi Ackerman y su estirpe, seré feliz en el infierno. Pues aun en mi lecho se muerte, esa sangre y apellido me es odioso y detestable.

Te deseo buena vida y que nunca te pase nada.

Atentamente, Darius Zackly.

Hange suspiro y volteo la carta para leer lo demás de esta. Lo que leyó a continuación la hizo tomar a su bebé en brazos e ir en busca de Levi. El hombre terminaba de trabajar en las calderas junto a Farlan, siempre tenian que dar revisión de estas cierto tiempo.

Saliendo al pasillo que iba directo al salón de la segunda planta, iba a revisar algunos ajustes en el hotel. Cuando su nombre escucho de su esposa que avanzaba hasta su dirección con el bebé ne brazos, apurada y con expresión inquita, que hasta sus ojos se notaba la preocupación. Al acercarse más, noto que en una de sus manos llevaba la carta ya abierta. Esto no le causó ningún agrado.

•⊰ 𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐋𝐨𝐬 𝐏𝐚𝐬𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 ⊱•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora