•⊰ 𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐋𝐨𝐬 𝐏𝐚𝐬𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 ⊱•

《 Cap 9: Verdades 》

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Una visita inesperada se hizo presente en el hotel, el gran alcalde Erwin se hizo presente. Levi preparo té para su visitante y comenzaron a conversar no tan animadamente, el ambiente era tranquilo y pacifico pero a pesar de la bella compañía que Erwin era para Levi, su cabeza estaba ocupada por cierta desaliñada mujer de lentes.

-Hoy te noto diferente, más de lo inusual.- Aderio Erwin sorvendo algo de té.

-Disculpame.- Dio un sorbo igualmente a su té.

-Umm...más callado, no prestas atención y no te veo tan amargado como acostumbras.- El alcalde se hizo el pensativos y se río un poco, más Levi lo miro cansado.

-Pareces un enamorado.- Soltó con elegancia y un tanto de indiscreción que hubiera causado cierta gracia.

Levi casi se atraganta con el té, Erwin tuvo que ponerse de pie y darle un par de palmadas en la espalda al pobre que se ahogaba.

Hecho un par de tocidos y se quedó pensativo, de reojo observo a su amigo con cara de sorpresa y otra vez pensó viendo al piso, y esto no era más que cierto.

-Joder, ¿Es cierto?- Pregunto asombrado el rubio.

-No molestes.- Carraspeo el pelinegro.

-Esta bien, solo espero que un día me cuentes de tu enamorada.- Dijo para luego levantarse e ir por su abrigo. Tomando este hablo sin dar la cara.

-Levi, espero que el caso esté yendo bien, saludame a la detective, y, solo espero que pronto le cuentes de tus sentimientos.- Salió por la puerta.

El pelinegro quedo solo, en silencio y con la mente llena de pensamientos.

-Desgraciado inteligente.- Dijo entre bajo.

Erwin había adivinado quien era su enamorada, dichoso Erwin de tener una mente agil.

-A todo esto.- Menciono Levi para si.

Se acordó que la detective no fue al desayuno y tampoco a almorzar...

Levanto las tazas y las llevo a la cocina, Lavo la cerámica decorada y la ordeno en sus estantes. A la mirada supervisora de la cocinera, Levi preparó un platillo agrupando cosas recién hechas de la cocina, y no faltó un pedazo de pie de manzana, ahora sabía que a la detective le gustaban, así que le llevaría eso como una sorpresa.

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Con la bandeja en mano, toco la puerta y no hubo respuesta a la primera pero despues escucho un par de ruidos que lo alarmaron.

-Pase- Gritaron desde adentro.

Suspiro aliviado y giró la manija pero la puerta no se abrió.

-Ohh perdon, olvidé que estaba cerrada.- Escucho otros ruidos y después pasos hacia su dirección.

Al abrir estaba una mujer con el pelo revuelto y con la misma ropa del día anterior llevaba sus lentes un tanto empañados y su vista se notaba cansada.

-Ohh hola Levi, buenos dias- Saludo la mujer con suma alegría.

-Es de tarde ya- Dijo el entrando sin permiso.

Cuando el tuvo mejor vista de adentro, casi le pega un infarto, la mujer había hecho un desorden en la habitación. Levi abrió los ojos atónito. Dejo la bandeja en la mesa que tenía cosas que no conocía su nombre y se dirijo a la mujer.

-¿Que pasó aquí?- Exclamo alarmado.

-Nada.- Dijo con tono infantil asomándose a la bandeja.

La observo descontento por ello y la negación infantil.