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-¿No te molesta?- Deslizo sus manos sobre su pecho, suave y lento...muy gentil, solo como ella podía y sabia hacer.
El mordió un suspiro, lo contuvo a como pudo.
-¿Debería?- Pregunto el, mirando su figura en la sombras que eran bañadas con la única luz de una lámpara sobre el escritorio.
-Preguntó, quiero saber...- Se acercó a milímetros de su rostro, se sentía la respiración de ambos, lenta pero ahogada.
-Sí- Contesto.
-Pero aunque deseaba que fuéramos a disfrutar, se que tienes tu lealtad a ser servicial, solo espero...- La tomó de las muñecas con cierta forma agresiva.
-Espero que esta noche no haya nada que nos moleste, no podremos haber estado en París para la luna de miel, pero eso no quiere decir que no podré disfrutar de una noche disfrutando de ti...- Sonrió para que le mirara.
Ella le observo con timidez, aunque su astucia se lucia cuando los minutos y la intensidad se incrementaban.
-No habrá impedimento alguno, amor mio.- Beso su frente con gran amor.
La noche se había tornado fría, pero el abrazo entre sus cuerpos les había dado la calma del calor, el cual les mantenía en un acogedor sentir...
Hange fue la primera en despertarse entre su desnudes y las sabanas, miró a su esposo, sonrió, le acarició su oscuro cabello y con tranquilidad le dejo marcado un beso en la frente, después camino por el cuarto hasta llegar a donde su bebé, lo tomo con cuidado entre sus manos, este se despertó y la miró directamente.
-Te amo mucho- El rostro de la castaña se iluminaba mientras su bebé le sonreía con ese dulzura que solo un hijo le puede dar a su madre.
Se encargo en darle un baño, cambiarlo, y lo dejo en su cuna y volvió para ella ser la que se bañara esta vez, al salir su esposo la intercepto en la entrada del baño.
-Buenos dias- Le dio un beso y fue a la bañera.
Hange sonrió tras el y sin aviso le dio una nalgada, cual le hizo voltear asombrado.
-Buen día guapo- Le guiño un ojo y fue a su armario con la carita risueña.
Levi segui procesando la nalgada, incluso mientras se lavaba con el jabon. Hange por su parte había bajado junto con su bebé al comedor pidió té, su pie favorito y un desayuno típico, y pidió lo que normalmente le hacia para su bebé. Las cocineras tenía un amor único para el retoño Ackerman. Era el que traía felicidad a muchos de los del personal, Algo hermoso era escuchar sus carcajadas cuando alguien le hacia reír o feliz, en los pasillo se podían escuchar claros.
La mujer se sentó esperando a por su esposo, mientras Kenneth comía algunas frutas. Levi bajaba por las escaleras acomodando su cravat y buscando a su familia, quienes comían y le esperaban con su desayuno en la mesa. Mientras caminaba saludaba a algunos hospedados en el hotel o a sus trabajadores. Después del paso de los meses las personad habían comenzado a tratar mejor a Levi, todo empezó cuando llego Hange a su vida, ahora que su nombre se había limpiado y más con la llegada de su primogénito, había obtenido cierto respeto que hacia falta para con el, y, no era nada mal, se sentía más libre, sin estar cargado palabras que no eran a su nombre, era un hombre completo en corazón, en alma, y muchos ya se habían percatado de ello...
Tomó asiento.
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Ella buscaba la forma de no faltar a su deber como madre y esposa mientras atendía este nuevo caso, el cual se veía muy agotador, como todos claramente pero este se notaba que llevaría su tiempo. Hange tenia un manía de calcular cuanto tiempo le llevaría resolver casos, esto sonaría descabellado pero por mas extraño que fuera a ella le funcionaba, normalmente se le pasaban unos dias o se le atrasaban a las fechas que ella se proponía a que sus casos se resolvieron.
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•⊰ 𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐋𝐨𝐬 𝐏𝐚𝐬𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 ⊱•
Mystery / ThrillerSucesos escandalosos y sanguinarios, ocurren al rededor de Levi Ackerman, un hombre un tanto solitario dueño de un hotel a las afueras de un pequeño pueblo europeo, el cual se ve obligado a presenciar cosas inquietantes en su vida. ¿Quien es el cau...
