•⊰ 𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐋𝐨𝐬 𝐏𝐚𝐬𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 ⊱•

《 Cap 4. II Recorridos 》

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El día comenzó con calma, pero dentro de unas dos horas se empezaba a escuchar el murmullo de gente, carruajes, hombres y mujeres gritando y niños llorarando por las calles. A Levi le respingo un nervio del ojo izquierdo, detestando el ruido de ciudades o poblados así, estaba acostumbrado al silencio de su viejo castillo. El fue a por una taza de té sin importarle ponerse más ropa que la interior, Hange dormía abrazada a su almohada hasta escuchar a lo lejos a Levi hablarle.

-Son las siete- Este dijo ofreciéndole una taza de té.

Hange le miró aún adormilada y extendió sus brazos sin aceptar su propuesta. Levi acato a su llamado y se unió a su esperado abrazo.

-Te amo mi hombre hermoso y sexy- Esta dijo sobre jna de su orejas y se dejo caer a las almohadas serteramente dormida.

Levi rodó los ojos, y fue a preparar la bañera, después de estar esta lista tomó a Hange entre sus brazos y la cargo a la bañera para lavarse a ambos, esta de inmediato se despertó al sentirse dentro de tanta agua.

-¿Que...que?- La mujer miró a ambos lados y Levi le habló detrás.

-Esta bien, te traje aquí, debes de apurarte para ir a ver a tus amigos y hacer tus tramites y esas cosas.- Este cepillo el cabello de color café ahora mojado y después lo enjabono.

A los minutos estaban listos para desayunar los adultos, ya que Kenneth ya había comido como el campeón que su tío abuelo decía a veces que era. Hange preparo un desayuno rápido junto a Levi y se marcharon con Kenneth en brazos a la sede de la organizacion donde Hange trabajaba o había trabajado antes de irse al hotel. Esta se sentía feliz y más por que encontraba conocidos en la calle que la observaban confusos, esta hablaba con algunos de estos comentando que el bebé era su hijo y el hombre a su lado su prometido, dejando a muchos con la boca abierta. Levi sólo miraba el lugar y sin dudas no era de su agrado, y ahí pudo notar que era cierto; habían muchas mujeres vistiendo parecido a Hange, aunque muchas de estas usaba maquillaje y bolsas, más Hange no. Aún así le hizo gracia, ella se mantenía a un margen de diferencia sin delicadeza. Llegaron al lugar haciendo estremecer al guardia que recordaba muy bien a Hange. Antes venía cubierta de lodo o sangre y esa vez iba con un bebé en brazos más un hombre extraño a su lado.

-Hola Gordon, el es mi hijo Keneth y el mi prometido Levi Ackerman.- Compartió alegremente mientras atravesaba la puerta seguida del de cabellos oscuros.

El señor de bigote blanco les miró entrar y de la sorpresa agradeció a Dios por la chica y su suceso, pues llevaba tiempo que se sabía que era muy solitaria y ahora eso ya no era así por lo que veía.

Entrando, todos los que la veían pasar se le quedan observando idos o extrañados, pero al notar a Levi y su mirada escalofriante se dirigían a hacer algo más. Esta camino hasta llegar a la oficina del centro al cuál no llamó a la puerta y entró, ahí encontró a su jefe tomando cafe y a Moblit. El jefe al verla escupió el cafe a un lado de su escritorio por la sorpresa.

-Hange, bienvenida- Se paro de su aciento contento, pero al fijarse bien miró al bebé que cargaba ella y el hombre a su lado.

-Eh...Estos, han de ser el señor Levi y tu hijo...¿No?- La mujer asintió.

-Así es. El es mi prometido Levi y este bebé es mi hijo Hans Kenneth.- Menciono con orgullo en sus palabras.

El hombre trago el poco cafe en su paladar y extendió una mano nerviosa al de más baja estatura. Levi la estrecho cortes presentándose. Moblit les observaba con un tanto de recelo, pero, mas no podía hacer que alegrarse.

Esa mañada Hange se detuvo a hablar con su jefe los sucesos que acontecieron en el castillo, y cerrar el caso dedicar una carta de renuncia. El jefe le observo absorto pero aceptó con titubeos, pues ella le comentó planes a futuro, los que el no dudo en aceptar y respetar. Después platicar con viejos conocidos, la paraja se dirigió al banco de la ciudad donde almacenaba la castaña su dinero, pues llevaría a este consigo para mudar su capital al banco del pueblo donde ahora era su hogar.