•⊰ 𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐋𝐨𝐬 𝐏𝐚𝐬𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 ⊱•

《 Cap 22: Una rosa 》

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Llevaba un gran rato observando aquello que tenía al rededor del dedo anular de su mano izquierda. Estaba sentada en una silla de madera analizando con su vista aquel chico al cual le habia disparado con su arma. Llevaba tres días en cama y este no despertaba, a pesar de que sus heridas habían sido tratadas a tiempo, pero, había perdió mucha sangre y esto lo llevó a un estado comatoso. Hange suspiro levantando la vista a la mujer que entraba por la puerta con alegría tras ella.

Esta observo un rato a la detective. Hange ya sabía que le diría. Se levantó de la silla, antes dándole un último vistazo al chico sobre la cama que dormía en una especie de paz eterna. Suspiro y salió por la puerta. Al dar un par de pasos se encontró con la mirada de cierto hombre. No sé limitó a sonreírle solo le miro con tristeza, en verdad se sentía muy culpable por lo del joven Ethan, pues, realmente ella había sido la del disparo que casi lo manda a vagar por la tierra sin un cuerpo de carne.

Levi se acerco a ella ignorando a la misma enfermera de antes pasando junto a ellos. Le tomo una mano a la detective que ahora trataba de reafirmar sus sentimientos y afrontarlos con la fuerza de sus ser. El roce de la piel del pelinegro con la suya le produjo un leve disturbio y escalofrío en el brazo, el hombre la observaba con entendimiento acerca de esto, pues, el ya antes había estado en situaciones así.

-Deja de culparte por lo que le paso al mocoso, tu te defendiste de no morir.- Menciono dejando un mechón de cabello de ella detrás de su oreja, y con el delirio del amor sobre sus venas, beso su mano.

Podría ser muy tierno a la hora que se necesitase serlo.

Hange no quería hablar del tema, era una situación no común en realidad para ella. Anduvo por hospitales, asesinatos o intentos de estos, varias escenas de crímenes y ahora este la dejaba con la mente débil, y todo porque la había tomado desprevenida y emocional, había recurrido a dejar de pensar en los casos por el simple hecho de estar enamorada, este sentimiento y anhelo la estaba alejando de aquello que la hacía fuerte, si así pensaba ella, pero esto la había transformado de una forma diferente, para si misma, el tener a alguien con quien compartir su vida era lo mejor que le había pasado; el tener con quien dormir, comer, con quien darse largos baños, con quien bromear y leer un libro en una tarde fría y tomar té, hacer el amor y tener cariño, no quería alejarse de esa vida, se estaba acostumbrando a gran medida.

Evitando ver a Levi a los ojos, avanzo por el pasillo central de hospital, había soltado la mano de el antes, el entendio.

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-Me estoy artando de lo incompetentes que puede llegar a ser lo jovenes hoy en día. Son unos idiotas.- Alardeo en grave voz, su mano derecha lo miraba con rabia por lo que había sucedido.

-Señor Zackly, Ethan hizo lo posible.- Dijo uno de sus ayudantes en términos que querer apoyar el que yacía en coma.

El barbudo y cara amargada le volteo a ver con alusión a querer contarle la cabeza, más este no le reprocho nada.

-Señor...- Menciono su mano derecha.

-Matalo y busca a su hermana, matala también.- Escupió literalmente en un cesto que poseía al lado de su costoso escritorio e hizo una seña con su mano, así alentando a sus bien pagados ayudantes.

Si bien la piedad no era amiga de el, y la bondad carecía en su corazón, si alguien no cumplía, este sufriría.

Muchos realmente seguian preguntandose porque este tenía tantas ganas de obtener el hotel de mal forma, de hacer quedar mal a Levi, y matar a la detective, porque antes había querido mandar a matar a Kenny y estuvo casi involucrado en la muerte de la madre de Levi, aunque esto no se cumplió. Mato a Reiss por su buena razón y dejo en paz al hermano de este. Era causante de varias muertes y desaparición de los lugares. Si alguien quería empleo con el, debía saber muy bien; que si cometías un error, tu vida correría riesgos y no podrías ver crecer a tus hijos o tener familia.