Ay veces que las cosas no salen como queremos, tropezamos en la vida, conocemos personas que algunas se van y otras se quedan.
Pensaba que tenía un futuro junto a Mina.
Pero todo cambio en un giro bastante inesperado.
- ¡¿Sobornaste al señor que te...
Empezamos a jugar en el agua a hacer carreras, todos reíamos, el agua no estaba tan fría como pensaba, me pongo al lado de la orilla donde está más baja el agua.
Dejo descansar mi cabeza en un pequeño murito que hay detrás de mí, veo como los chicos juegan, mi vista se posa en Jiwon la cual está nadando un poco alejado de nosotros, siento mis mejillas calentarse nuevamente por el recuerdo de Jiwon en ropa interior frente a mi.
Me golpeó mentalmente por estar pensando esas cosas.
Me asusto ya que le veo forzajear con su pie, puede que tenga algún calambre en el pie por el agua fría, me tiró a nadar hasta donde está ella, la subo hacia arriba aguantando la por la cadera, al estar fuera me doy cuenta de que estábamos demaciado cerca a mí gusto y nuestros torsos desnudos están pegados, sube el color carmesí a mis mejillas al contrario de ella, quien veo confundida en vez de apenada.
— ¿Por qué me aguantas? — pregunta confundida aún.
¿No es obvio?
— Te estaba dando un calambre. — señaló su pierna.
— Ah — ríe — no me estaba dando un calambre Taehyung. — sonríe — solo estaba ajustando me la tobillera. — alza su pie hasta al lado de su cabeza sorprendiendo me. — Fui a clases de gimnasia. — dice cuando ve mi desconcierto.
Quiero hablar, pero las palabras no me sale la boca, están estancadas allí, y su mirada no ayuda tampoco.
Miró detenidamente todo su rostro, su cabello está mojado y lo tiene hacia atrás, dándome mejor vista a su frente y orejas y ni se diga de su cuello el cual tiene sus clavículas definidas dándole un toque sexy.
Sus labios tienen un toque rosado, sus ojos me miran atentamente cada una de mis acciones. Lo que me pareció horas, fueron minutos observándola atentamente, cuando salgo de trance decido retomar la distancia entre los dos.
Creo que este es unos de esos momentos donde no pueden ser más incómodos, ¡Se puede decir que la acabo de mirar descaradamente! Cuando acabo de terminar en una relación, creo que lo hice por la confusión que tengo en mi cabeza en estos momentos respecto a Mina.
— Gracias por preocuparte por mí Taehyung. — Dice riéndose.
— De verdad pensaba que te pasaba algo. — arrasco la parte baja de mi cabeza por los nervios, siempre lo hago.
— No te preocupes, soy como un pez en el agua. — me guiña un ojo coquetamente.
En mi rostro se ilumina una sonrisa. Miró hacia el cielo, está ya amaneciendo, hoy a sido una de esas noches que hacía tiempo que no tenía, recuerdo cuando tenía unos dieciséis siempre llegaba a casa tarde.
Soné como un anciano.
Después de un rato decidimos irnos a casa, nuestros cabellos estaban mojados y muchos teníamos la ropa casi mojada aún.
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Entro en el elevador, tocó el botón de el piso cuatro, estoy en la empresa de el jefe de Jiwon, vine por cosas de negocios, las puertas se van a cerrar.
— ¡Espera! — grita una voz que ya conozco.
Pone las manos en medio de las puertas media cerradas y el elevador vuelve a abrir. Veo a Jiwon agitada, con el cabello algo desordenado y su blusa no tiene puesta los primeros botones.
— ¿Que tal Taehyung? — me sonríe.
— Bien, veo que tú no.
— Llegó tarde. — suspira.
— Si fuera tu jefe te despedirá por falta de puntualidad. — le digo en modo de broma.
— Mi jefe no es tan imbécil como tú, así que creo que no me va a despedir. — creo que ya se molestó.
El elevador se queda en silencio, yo miro hacia el espejo, mientras me arreglo mi corbata. Las luces de el elevador se apagan y vuelven a prender y se estremece leventen te, me alarmó por un momento pero veo que sigue subiendo. Salimos de el, llendo yo a la oficina de mi socio, y ella a su oficina de secretaria.
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Salgo de la oficina, voy directo al elevador, tengo unos negocios pendientes antes de irme a casa. Veo a Jiwon venir en mi dirección, se pone a mí lado.
— ¿Vas a tomar el elevador? — me pregunta.
Asiento con la cabeza, entonces caminamos hasta allí y entramos.
— Primera planta. — me habla.
— Yo tambien.
Entonces presionó el botón para bajar al primer piso. El silencio se vuelve incómodo.
— Por lo que veo no te despidieron. — trato de romper ese muro que ella elevó.
— No, te lo dije antes, mi jefe no es imbécil como tú, el es humano.
— Yo también soy humano.
Ella ríe por un momento como si lo que hubiera dicho tuviera gracia.
—Eso no es lo que me demostraste hace unas horas.
— Yo solo digo que no acepto llegadas tardes de mis empleados.
—¿Y quieres más? — me mira seriamente — Todos cometemos errores, hasta tu los cometes.
Iba a hablar su boca para protestar, pero el fuerte temblor que dio el elevador la hizo parar. Se apagó completamente y dejo de bajar, miró hacia Jiwon pero no logro verle la cara por la oscuridad, así que sacó mi celular para prender la linterna.
—¿Y ahora? — pregunta.
— Ahora pequeña inmadura llamemos a seguridad.
Busco en mi celular pero no me deja llamar, me dijo en la señal y no tengo nada, maldigo entre dientes.
— No tengo señal, mira a ver tú celular.
— Lo deje en mi oficina. — Suspiro — Definitivamente estar a tu alrededor afecta a uno con la mala suerte.
Le miró mal aunque ni pueda verme, eso fue bajo.
— Tenemos que buscar una solución para salir de aquí.
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