𝘗𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘯𝘤𝘦🌈 (Especial)

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Suspiro con pesadez, ¿es que a Taehyung siempre tiene la mala suerte encima?

—Tenemos que buscar una solución.

— Eso lo sé, genia.

Está a oscuras y eso no ayuda mucho, así que trato buscar una solución que no sea esperar, en este edificio muchas veces pueden ser idiotas.

— Creo que ya tengo una idea. — Taehyung se me adelantó.

— ¿Cual?

— Lo más probable es que las puertas se pueden abrir, pero no las del elevador, lo que trato de decir es que por esa ventanilla. — señala la que está encima de nuestras cabezas. — debe de estar abierta, salimos por allí y vemos si podemos llamar en el piso que se halla detenido el elevador.

No es mala idea.

— Vale, lo haremos.

Nos quedamos en silencio.

— Jiwon se supone que tengo que cargarte, a no ser que tengas la suficiente fuerza para cargarme.

Entre-abro la boca aunque él no me pueda ver ya que estamos a oscuras.

— ¿Donde estas? — creo que hice una pregunta estúpida.

Alguien me toma de el brazo y está más que claro que es Taehyung, me pega un poco a el hasta que siento su calor corporal.

— Tengo que cargarte para que puedas subir.

— Es más que obvio. — ruedo los ojos.

Me toma de sorpresa cuando me levanta desde abajo de mis nalgas.

— ¡Hey! No toques o te cortaré lo que tienes dentro de tus piernas.

El hace un sonido extraño con su boca antes de hablarme.

— Despreocupate, ni si quiera ahí donde tocar. — eso sí dolió.

Palpó hasta donde está su cabello castaño y tiró de el haciendo que perdamos un poco el equilibrio.

— ¡Oye! — se queja mientras suelta quejidos.

— ¡No me digas plana! Diosito solo me pudo dar lo que tengo.

— ¡Ya está bien pero suelta me el cabello!

Vuelvo a tirar de el antes de dejarle en paz.

— Centremos nos.

Tengo que estirarme un poco para poder empujar al ventana hacia arriba para que abra, con un poco de fuerza pude abrirla y sacar mi cabezota para ver qué ahí detrás de ella.

Nada.

— Está cerrada la puerta. — le digo a Taehyung mientras entro nuevamente.

— Entonces no tenemos otra opción que esperar.

— Pues sí. — suelto todo el aire que tenía retenido en mis pulmones.

Al menos entra un poco de luz por la ventana y no estamos encerrados del todo, me siento en una esquina, Taehyung hace lo mismo a mí lado. El silencio reina y ya me estoy aburriendo, al contrario de Taehyung que está juntando en su celular lo que atino a ver qué es Candy Crush, decido cortar el silencio.

— ¿Ya te estableciste en el nuevo departamento?

El no responde y juro por lo más sagrado que me entran ganas de arrancarle el celular y tirarlo por la ventanilla de arriba.

— Taehyung.

— Mm.

Genial.

Le quitó su celular con un movimiento brusco.

—  ¡Jiwon! —  tal parece un niño de diez años cuando le apagan la televisión mientras estaba jugando videojuegos.

— Te e estado hablando y tú con ese aparato no me haces caso.

— Ahora la inmadura quiere atención. — puedo ver cómo sonríe, ya que la luz que se cuela le da en una parte de su rostro.

— Te pregunté si ya acomodaste las cosas en tu nuevo hogar.

— Si, Jimin me ayudó.

— Que bien.

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Después de el suceso de el elevador, Taehyung se fue de la empresa, y yo terminé mi trabajo horas después. Estoy esperando en la parada de el autobús, definitivamente tengo que ahorrar para comprarme un auto, tecleo en mi celular mandándole un mensaje a mi hermano de que llegaría más tarde a casa, que prepare el la comida

Kook me a dicho que tiene examen, así que voy a su casa a ayudarle, a pesar de que el halla cumplido los veintitrés sigue siendo igual que un niño, está en último año de la universidad y creo que termina dentro de unos pocos meses.

— Pasa Noona. — habla Jungkook sonriéndome desde dentro de su casa.

Yo entro y me pongo unas zapatillas que tiene para mí al lado de la puerta, a pesar de que vive solo, es muy ordenado, aunque creo que es por qué sabe que a mí no me gusta el desorden, y ya le e dado sermones sobre la casa desordenada.

— ¿En que asignatura te ayudo?

— Geometría. — me mira serio y yo sonrió.

— Vale, pero primero vamos a prepararnos algo, muero de hambre.

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Al terminar decido irme a casa, puede que en una hora oscurezca y no quiero estar sola en la calle, sabiendo que mi gran admirador puede estar rondando por ahí. Me siento en la parada del autobús, tomo el celular y pongo un poco de música para no aburrirme mientras espero. Después de unos diez minutos estoy entrando en el bus para tomar camino a casa, lo más seguro que mi hermano halla destrozado la casa.

Como el departamento no está cerca de la central tengo que caminar unas cuadras dentro. Voy sacando las llaves pero una presencia al frente de la casa me hace detenerme en seco, esto ya pasó los límites.

— ¿Que haces aquí? — espetó molesta.

— Bonita casa. — sonríe descarado y a mí me dan ganas de romperle los dientes.

— Te e echo una pregunta.

— Un pajarito me dijo que vivías en esta casa.

— Valla tengo unas ganas de estrangular a cierto pájaro. — hablo entre dientes.

— Me pone verte así de agresiva.

— DoHyun vete. — digo asqueada.

— ¿Por que debería?. — me desafía.

— ¡Que te vallas!.

El alza sus manos en son de paz antes de hablar.

— Está bien, pero nos volveremos a ver nuevamente, princesa.

Y con eso se va, la seguridad invade mi cuerpo al ver que dobla la esquina.

Ahí si estoy más que jodida.

Ahí si estoy más que jodida

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Giros del destino •|𝙺𝚃𝙷|• EDITADO ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora