Me quedo estático aún frente a la puerta, ¿que fue eso? algo debe de estar mal, la forma en que respiraba, su aspecto físico. Me preocupa su salud. ¿su hermano estará al tanto de esto? Pienso y llego a la conclusión de que seguro no sabe nada.
Voy hacia el sofá pensando en que debería mañana ir a su casa a hablar con ella, no se podrá escapar de mi tan fácilmente.
Me entra una llamada al celular, veo el nombre y frunso el ceño, Mina no a contactado más conmigo desde que nos vimos aquella vez en el bar y es extraño.
— ¿Hola?
— Hola Tae. — oigo que dice con voz alegre desde la otra línea. — ¿Como estás?
— Bien y ¿tú? — hago una pausa. — ¿Podrías ir al grano?
Ella ríe un poco antes de volver a hablarme al teléfono.
— Estoy mejor que nunca. Y respondiendo a tu otra pregunta, ¿podríamos vernos?
— Claro.
— ¿Puede ser ahora? — pregunta dudosa.
— Claro dame la dirección y voy ahora mismo.
— Está bien. — y cuelga la llamada.
Tomo las llaves del auto y marcho rumbo hacia la dirección de mi celular, tengo curiosidad acerca de lo que quiere decirme. No tardó en llegar estaba cerca de el departamento. Es un bar, e venido en pocas ocasiones aquí con Jimin.
Entro en el lugar y la busco con la mirada, la veo sentada en una mesa cerca de la ventana mirando en ella, antes cuando la tenía frente a mi, pensaba que era el hombre más feliz al tenerla, y lo era lo fue en un tiempo. Mina fue una parte importante en mi vida, estuvo allí cuando más nadie estuvo, cuando me fui de casa, me acogió en la suya. Ya no la amo, ya no siento lo mismo, solo siento un cariño inmenso hacia ella, solo eso.
Camino hacia donde está, alza la vista y me sonríe. Tomo haciendo frente a ella.
— ¿Quieres tomar algo? — me pregunta.
— Una cerveza.
Ella alza la mano y un camarero llega a nosotros.
— Deme una cerveza y un refresco por favor. — el señor asiente y se va.
— Creí que te gustaba la cerveza. — ella sonríe divertida.
— Aún me gusta, que va, ¡me encanta! pero no puedo tomarla.
— No entiendo. — respondo.
— Lo vas a entender cuando te explique. — asiento y ella toma una pausa al ver que el camarero viene con el pedido. — Unas semanas después de separarnos pensé en darme una oportunidad con alguien más, salimos un par de veces, las cosas empezaron a fluir entre nosotros, tuvimos dificultades en estos meses, yo por mi orgullo y el por problemas personales, al cabo de unas semanas decidimos hacer las cosas serias.
» Ahora mismo estoy viviendo con el, y me e parado a pensar que tal vez las cosas están llendo demaciado rápidas, pero ya es tarde. La última vez que estuvimos juntos fuimos descuidados, lo se por que lo recuerdo aunque estaba un poco ebria, mi periodo debería de haber llegado hace dos semanas, y yo nunca e tenido un retraso. Hoy por la mañana fui a buscar una prueba de embarazo, me la hice antes de llamarte y dio positivo, dio positivo Taehyung ahora no sé qué hacer, no sé cómo se lo voy a decir, ¿y si el no quiere? no me importaría criar un hijo sola, pero no quiero que mi hijo sufra por no tener el cariño de su padre.
Me quedo estático, mientras en ella rueda lágrimas gordas en sus mejillas, levanto la mano y limpio las lágrimas que seguían cayendo de sus ojos.
— Todo va a estar bien. — digo tratando de ser reconfortante.
— Estoy feliz, pero a la vez tengo miedo Taehyung. — dice entre hipidos.
— Lo primero que tienes que hacer es dejar de llorar. — le digo.
Ella asiente lentamente y toma un sorbo de su refresco, que no había tomado en toda la conversación.
— Debes de hablar con el, tal vez no reacciona de la forma que piensas. ¿y si es diferente? piensa positivo. Tienes un hijo suyo en tu vientre, si no se alegra o al menos no se hace responsable de ello es que es un imbecil. Pero espero que no lo sea.
— Tienes razón, cuando llegue a casa se lo diré, y para estar seguros me haré una prueba en el hospital.
— Me alegro de que estés haciendo tu vida. — le digo sinceramente.
Ella me sonríe, hablamos un poco más antes de despedirnos, quedamos en que nos llamáramos cuando ella hablara con su novio y supiera los resultados que se hará. Llegó a la casa y me quitó la ropa poniéndome el pijama, me acuesto en la cama.
— Estás ebria Jiwon. — digo con voz atropellada. — Déjame aunque sea a un hotel.
— No puedo confiar en ti. — me empuja levemente. — ¿Quien me va a acegurar de que no me vas a violar, e visto muchos casos de esos por el televisor.
— Te violaría si quisieras, y eso no sería violación. — hablo y después me rio.
— Uhh — chasquea la lengua. — Llevame a un hotel estoy demaciado ebria.
Caminamos abrazados uno al otro hasta que llegamos a la salida, voy hacia el hombre el cual tiene mi coche.
— ¿Puede darme las llaves gran señor? — yo y Jiwon reímos.
— Señor le recomiendo que tome en taxi yo mismo lo hago.
— Oh qué amable. — le digo a Jiwon. Menos mal que existen aún personas como el.
Frunso el ceño, no sé de donde saque esos recuerdos de repente, es como una especie de Deja Vu o algo así. Algo me dice que sucedió.
— ¡Al fin en casa! — grita cuando cierro la puerta.
— Jiwon es un hotel.
— Cierto. — dice y los dos estallamos a carcajadas.
Me tiró en la cama, es tan suave como una nube. ¡oh una nube de algodón!
— ¡Taehyung me mordiste el trasero! — chilla.
Ups pensé que era la blanca y linda nube de algodón.
— ¡Soooorry! — Le digo cantando esa canción famosa de Justino.
— Mierda hace calor. — dice de repente Jiwon y veo como vuelan su ropa.
— ¡A la mierda la ropa! — gritó y yo también me quitó la mía hasta quedarme en ropa interior.
— Pareces una apetecible tableta de chocolate blanco. — me dice riendo.
— Lo se, hay veces que pienso que yo podría comerme a mí mismo. — Otra vez reímos.
Entonces me doy cuenta que recordé lo que pasó aquella noche, no todo pero si la parte importante la cual tenía dudas, no me acosté con ella y eso me alivia. Sonrió al volver a recordar las palabras que dijo acerca de mis músculos antes de dormirme.
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Giros del destino •|𝙺𝚃𝙷|• EDITADO ✔️
FanfictionAy veces que las cosas no salen como queremos, tropezamos en la vida, conocemos personas que algunas se van y otras se quedan. Pensaba que tenía un futuro junto a Mina. Pero todo cambio en un giro bastante inesperado. - ¡¿Sobornaste al señor que te...