Giros del destino •|𝙺𝚃𝙷|• EDITADO ✔️

𝘗𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘵𝘳𝘦𝘪𝘯𝘵𝘢 𝘺 𝘤𝘪𝘯𝘤𝘰🌈

Hago una mueca cuando siento como la aguja penetra mi piel rojiza por los pinchazos. Desde que me ingresaron han estado poniéndome medicamentos por intravenosa, para aliviar el dolor y la falta de aire.

— Ya está. Dentro de poco le traeré el almuerzo. — Me había hablado el enfermero que esta a cargo de mi, es un chico bastante simpático, pero no puedo evitar tenerle un poco de rencor por los pinchazos.

Cuando se dispone a salir. La puerta es abierta desde el otro lado y una cabellera castaña logro divisar.

Taehyung cierra detrás de él cuando el enfermero se va. Se que no debo de estar molesta con el, sé que solo quiere lo mejor para mí y solo pensó en mi bien cuando se propuso ir a buscar a mi madre.

— Lo siento. — digo de pronto cuando se sienta en el sillón que hay al lado de mi cama. — No debí decirte esas cosas ayer, ni tratarte de un modo brusco. — Mojo mis labios antes de hablar con dificultad. — Eres alguien importante para mí.

El me mira con esos ojos y entonces me doy cuánta que le había echo daño, y cuando le pido que me abrace tarda un poco en tomárselo encerio pero al final acepta. Sus grandes manos descansan en mi cintura mientras su barbilla está en la curva de mi cuello. Me echó a reír involuntariamente cuando le siento aspirar profundamente. Me separo un poco para mirarle a los ojos. Puedo ver un pequeño rubor en sus mejillas y sonrió antes de darle un piquito en los labios y soltarlo finalmente.

— Tienes que aceptar la donación Jiwon. — Dice cuando por fin logra hablar. — Cada día estas muriendo lentamente y todos los que te queremos estamos sufriendo. — Y era verdad, mi hermano estaba más delgado y pálido de lo normal. Incluso Taehyung tenía unas crecientes ojeras. — ¿Podrías hacerlo por tu hermano? ¿Por ti?

Lo haría hasta por ti.

Quise decir pero sería demasiado cursi.

— ¿Puedes llamar a la doctora? por favor.

— Eh, claro. — contestó un poco extrañado saliendo un momento.

Cuando entró venía en compañía de la doctora  la cual me miró expectante como si supiera que le iba a decir.

— Voy a aceptar la donación.

No dije nada más, tampoco hizo falta que dijera algo más.

— Mañana a primera hora haremos el procedimiento. — Tomó nota de unas cosas en su vlog. — Estoy contenta de que hallas aceptado. — Me regaló una sonrisa antes de salir por la puerta.

Taehyung me mira con expresión de perplejidad a lo que rió un poco. Supongo que estará contento después de que haya aceptado.

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Al despertarme por la mañana la doctora estaba a mi lado junto con mi hermano quién se había quedado esa noche a cuidarme. Veo que hace algunos procesos antes de decirle al enfermero de que traiga una silla de ruedas para transportar me hacia el salón de operaciones.

Con cuidado me cargan hasta sentarme en dicha silla y empezar a conducirla hacia mi siguiente destino, al salir por la puerta de la habitación veo a Taehyung de frente el a percatarse de mi presencia llega hasta donde estoy.

— Todo saldrá bien. — Me dice con voz temblorosa, puedo darme cuenta de que esta nervioso.

— No te preocupes, tengo que estarlo. Aún tenemos una cita pendiente. — Al parecer funciona mi broma porque hace que se relaje un poco.

— Voy a esperarte aquí. — Dice y yo asiento.

Toma la valentía de darme un pequeño besito en los labios que me descoloca por un momento. Ahora soy yo la que se siente más relajada. Entonces cuando los médicos me llevan por el pasillo pude ver a la persona que me dio la vida, la que alguna vez había llamado madre. Estaba sentada en un banco junto con Jungkook y Suwoon. Por un momento nuestras miradas se cruzaron pero dejé de mirarle a los segundos. Todavía no estaba dispuesta a perdonarle, no aún. Tenía que saber si había cambiado de verdad, si había dejado esa vida la cual nos llevó a mí y a mi hermano a la depresión. Esa vida que destruyó a mí pequeña familia de algún modo. Porque mi familia siempre había sido Suwoon y ella. Papá nunca me llegó a importar después de que se marchó. Yo era feliz junto a ellos. Pero el destino tenía algo más cruel para nosotros, la vida está llena de dificultades y obstáculos. Supongo que mi destino era pasar por todo eso. Tal vez para volverme más fuerte o más madura, quizás las dos cosas.

Me colocan una bata nueva y me acuestan en una camilla, del otro lado veo otra que se supone que ahí estará mi madre donando me el pulmón. Trato de no pensar en eso y mientras soy dormida por la anestesia general mis pensamientos van hacia un chico de cabellos castaños del cual creo que me e enamorado.