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C21: ELLOS ESTÁN AHÍ

Todos quedaron en silencio antes de que Joe corriera a por las llaves de la camioneta de Kaoru, mientras que él corría por los celulares de ambos. Shadow por su parte salió del restaurante hacia donde estaba estacionado su auto y la camioneta. Langa y Reki lo siguieron de cerca. Cuando iban a subirse el mismo Cherry los detuvo.

— ¿A dónde creen que van ambos?

— No vamos a dejar a Miya solo, ni a ustedes. — Reki lo encaró

— Será peligroso, vuelvan a casa.

— Sigue siendo nuestro amigo, mi hermano. — Reki dio un paso encarando a su mayor.

— No hay tiempo para esto — Objetó Langa.

— Tiene razón, quien sabe cuanta cosa puede estar haciéndole ese degenerado. — Gruño Shadow subiéndose a su propio auto. En automático al ver que Cherry estaba obstinado en no dejarlos ir, Reki se subió al auto de Shadow seguido de Langa. — Iré guiando el camino. Aún estamos bastante lejos.

A pesar de que quiso contradecir Joe lo arrastró del brazo y lo subió a la fuerza comenzando a manejar justo detrás del auto rosado. Iban a más velocidad de la permitida y agradecieron a todos los espíritus y dioses del mundo que fuera más de media noche y la ciudad estuviera vacía. Lo que se sintió como una eternidad, por fin lograron llegar a la zona residencial, que estaba prácticamente vacía y sin vigilancia.

— ¿Y si llegamos muy tarde? — Pregunto por lo bajo Kaoru.

— Mataré a ese imbécil, juro que lo voy a matar con mis propias manos — Ofreció en respuesta Joe.

— Entre dos va a ser más fácil esconder un cadáver — El intento de broma pareció funcionar porque Kojiro río, aunque un tanto amargo.

— Entre 5 te apuesto a que no queda prueba alguna.

Se quedaron en silencio al ver que Shadow se detenía frente a uno de los edificios y Joe se estacionó justo después. Salieron apresurados y entre jadeos; Hiromi les indicó que estaban en el pent-house. Corrieron escaleras arriba pues para usar el elevador necesitaban un código específico por piso; después de 10 pisos llegaron al único departamento del lugar. Joe se quedó parado en frente sin abrir.

— Necesito que ustedes dos se queden aquí, no dejen que nadie entre y nadie salga. El cabrón de Adam no puede escaparse ¿entendido? — Reki y Langa asintieron con fuerza. — Nosotros tres iremos a por Miya.

Shadow logró abrir sigilosamente con un par de tarjetas que traía, y Reki no perdió la oportunidad de molestarlo con un: Ahora veo de donde sacas el dinero para vivir. ¿no me podrías conseguir una consola de videojuegos nueva?. Lo cual aligeró el ambiente solo un segundo antes de que los mayores entraran por completo en el apartamento. Había dos pasillos que llevaban a lugares distintos, Cherry y Joe tomaron uno y Shadow el otro. Detrás de una puerta se escuchó un quejido y la voz amortiguada de Adam.

Sintieron un sudor frío recorrer su espalda antes de que la sangre les comenzara a ebullir. Joe giró la perilla y entraron de golpe. Debajo del gran cuerpo de Adam estaba Miya inmovilizado. Kaoru saltó directo contra él, lo tomó del cuello de la camisa y lo lanzó contra el suelo propinándole una patada en las costillas de paso, Joe se dedicó a meterle más de un puñetazo antes de que reaccionara y se defendiera. Cherry de inmediato se acercó a ver al chico que se había enderezado; de manera cautelosa para no alterarlo más, lo estrechó entre sus brazos en búsqueda de protegerlo. Había funcionado pues cuando Miya cayó en cuenta de lo que pasaba se aferró a él con tanta fuerza que sintió su corazón estrujarse. Lo observo rápidamente para buscar alguna herida o algo y se alteró al verlo sin sus pantalones ni sus zapatos.

— Miya, ¿estás bien? ¿te llegó a hacer algo? — Lo sintió negar contra su pecho— Respira, estás a salvo, ya estamos aquí.

Al parecer Adam había conseguido escapar de las garras de Joe e intentó huir por el pasillo pero Shadow lo interceptó en su escape. Desde la habitación no se veía lo que pasaba afuera, pero había mucho ruido. Joe se acercó preocupado a ambos y miró a Miya comprobando su estado. El cuerpo del adolescente sucumbió ante el estrés y se había desmayado en los brazos de Cherry. Kojiro le ofreció su chaqueta para que lo tapara en lo que él buscaba la ropa del niño, pero solo encontró los zapatos. Iba a seguir buscando cuando Langa entró apresuradamente, con el rostro rojo y jadeando estrepitosamente.

— Reki golpeó a Adam en la cabeza y ahora está inconsciente — Era innegable el orgullo que emanaba de Langa hacia su novio. Pero su expresión cambió cuando vio el cuerpo inconsciente de Miya — ¿Está bien?

— Creemos que no llegó a tocarlo, pero no sabemos si le pasó algo. Quedó inconsciente por la sobrecarga emocional — Explicó Cherry.

— Será mejor que lo saquen de aquí, no es un buen lugar para que recupere la conciencia. — Ambos estuvieron de acuerdo con Langa.

Kaoru cargo a Miya con cuidado y Joe salió tras ellos con únicamente el par de zapatos. En el comedor Shadow y Reki se las estaban arreglando para atar a una silla a un inconsciente Adam; y Joe de inmediato fue a la cocina. Los demás no entendieron pero lo escucharon remover entre los cajones. Reki fue quien preguntó por el estado de Miya y Langa se encargó de decirle lo que había pasado. Hiromi y Reki estuvieron de acuerdo con que deberían llevar a Miya a un lugar seguro; que ellos se encargaran de todo, de buscar todas las cosas faltantes de Miya; pero que ellos fueran a casa.

Justamente Kojiro acababa de volver de la cocina con un cuchillo en una mano y un papel en la otra. Sin que nadie hiciera nada para detenerlo; clavó el cuchillo entre las piernas de Adam, demasiado cerca de los genitales y con el filo hacia el cuerpo. Después pegó una nota a la pierna del que fue su amigo que profesaba en una bonita pero amenazante letra: « Como vuelvas a acercarte, vas a desear que solo te corte el jodido pene. Pederasta de mierda. » Kaoru no pudo más que sentirse orgulloso de él.

Salieron de ahí y Joe condujo de vuelta a su hogar. 


[...]

¡Sorpresa! En realidad, originalmente esta parte iba junto con la de ayer, pero creí que le daba mas emoción llevarlas por separado. Y ya, ahora si hasta el lunes.

UNA FAMILIA PARA MIYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora