Respirar

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C42: RESPIRAR EN TIEMPOS DE PÁNICO

Pánico. Miya había tenido un ataque de pánico en la escuela. Uno de los imbéciles que antes lo molestaban decidió que sería gracioso dejarlo encerrado en uno de los armarios de intendencia.

Después de el problema con Adam, los espacios cerrados, oscuros y con poca ventilación hacia brincar todas sus alarmas. Intentó salir, intentó gritar, intentó respirar.

Respirar.

Respiraba en exceso y sentía que se ahogaba. Entre más tiempo pasaba ahí dentro podía sentir como su garganta se cerraba, como su pecho dolía y su cabeza se sentía en una nube tormentosa. La liga que Joe le había dado no estaba funcionando del todo, se sentía atrapado y la sensación de la ropa sobre su piel le recordaron a las grandes manos de Adam recorriéndolo por completo sin pudor alguno.

La tela de su camisa se sentía como los besos que Adam repartió por su pecho. El cinturón que apretaba su cadera, eran sus manos sujetando lo con fuerza. El saco, era como el cinturón de seguridad que esa noche lo apresó y el frio ambiente le recordaba dolorosamente a él frío apartamento donde casi fue tomado.

No supo cuento tiempo le tomó a un conserje darse cuenta de que había alguien tendiendo un ataque de pánico; el hombre sin saber lidiar con el chico lo tomó del hombro, haciendo que este brincar a lejos de él comenzando a hiperventilar de nuevo. Frente a él no estaba el intendente, estaba un Adam borroso y amenazante.

Gracias a todo lo divino, la subdirectora iba pasando por el mismo pasillo y se acercó a ayudar de manera correcta.

Sus padres tuvieron que ir a recogerlo antes de que terminará la jornada y su compañero terminó expulsado una semana y sin poder entregar trabajos o justificar sus ausencias. 

(...)

Ya sé que hoy no es jueves, pero mañana saldré y tal vez me olvide subirlo o me de pereza. Así que hoy llega antes.

UNA FAMILIA PARA MIYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora