Disculpa

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C44: LA DISCULPA QUE ARRASTRA RECUERDOS

Él aún se sentía culpable de lo que pasó con la señora en la tienda el día que intentaron robarle. Miya se lo había contado a su terapeuta en un momento de desbordamiento emocional y él le había sugerido que arreglara el problema de raíz; no creía que se refiriera literalmente a ir a disculparse con la mujer, pero ahí estaba.

Kaoru y Kojiro estaban ahí, detrás de él entrando a la tienda. Joe tenía una mano sobre su hombro a modo de soporte y Kaoru estaba junto a él hablándole de algo completamente aleatorio solo para que no tuviera un detonante en ese momento. Todo había comenzado porque al verlo triste una tarde, Langa se lo contó a Cherry un día en el "S" y el como un adulto responsable le preguntó al respecto, les terminó contando sobre lo que le dijo su terapeuta y ahora ahí estaba. Agachado avergonzado la cabeza frente a un adulto mayor, disculpándose por su actitud.

La mujer al parecer se enteró de que fue él quien llamó a la policía y lo disculpo aunque no sin una advertencia sobre juntarse con "vándalos sin futuro y sin amor de sus padres". Fue esto, quizá, lo que llamó la atención de un comprador quien burlonamente le dijo:

— Hijo, teniendo padres como ellos no me sorprende que hayas tenido una mala influencia, pero sigue su ejemplo y aléjate de ellos. Míralos ahora, son ciudadanos correctos y al parecer bastante responsables. — Cuando los tres se giraron encontraron al amable policía que los había ayudado en el fatídico día.

Sin embargo Kaoru y Kojiro solo se avergonzaron graciosamente.

— Mi padre, quien también fue policía, tuvo bastantes problemas con tres jóvenes revoltosos que disfrutaban de patinar en lugares ilegales y que después de que se separaran de uno de ellos se volvieron más responsables respecto a su vida. — Explicó el oficial. — Aunque según recuerdo, uno de ellos tenía más metal en la cara que en la cartera.

Kaoru se sonrojó con bastante intensidad y se escondió ligeramente detrás del gran cuerpo de Kojiro, en un acto inconsciente e infantil de ocultarse. Kojiro sin embargo se enfrascó en una conversación sobre arrestos, multas no pagadas y nuevas promesas de una comida con bastante descuento a los dos oficiales. Miya sin embargo, después de pasar por el pánico inicial de disculparse se encontraba genuinamente interesado en el rostro serio de Kaoru; mientras intentaba imaginar cómo sería su rostro lleno de perforaciones y no lograba imaginarlo.

— ¿Qué? — preguntó brusco ante el escrutinio de él chico.

— Dime que tienes una foto de ti con piercings.

— No, las quemé todas y luego hice un rito satánico con las cenizas — Bromeó con una convicción demasiado genuina.

— Apuesto a que Joe conserva alguna.

— Lo hago, te las mostraré después — Se metió a la conversación Kojiro. Y le dio un beso suave y rápido a un enfurruñado Kaoru, quien lo veía mal. — No le puedes negar eso a nuestro hijo. ¡Hey no me veas así! Incluso Tenya lo cree, él dijo que parecemos sus padres, así que ¡no puedes negarle eso a tu hijo.

— Eres un imbécil. — Dijo Kaoru antes de devolverle el beso y darle un puñetazo no-tan-amistoso en el brazo. 



(...)

A ver, ya se que ya habíamos visto a Cherry con pircings pero PERO quiero darle mayor trasfondo así que figiremos que no hemos visto nada ¿Okey? Gracias.

UNA FAMILIA PARA MIYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora