C80: CORRER ANTE LA ADOPCIÓN
Salió corriendo. Intentó disimularlo las primeras dos calles, después solo montó su patineta y patinó lo más rápido que pudo lejos del estudio Sakurayashiki. El trabajo de Cherry, por muy pocas veces que estuvo ahí, le parecía uno de los lugares más pacíficos para estar. Pero ese día se encontraba huyendo de ahí. Huyendo de Cherry.
Estaba asustado más que nada, había un peso muy fuerte en su pecho. Y a lo largo de los meses había comenzado a identificar cómo se sentía el inicio de un ataque de pánico y no iba a tener un ataque de pánico en la recepción de su amigo.
Porque estaba intentando forzar la idea de que Kaoru y Kojiro eran solo eso, sus amigos. No sus padres, como mucha veces le gustaría.
«No son tus padres. No son tus padres. No son tus padres. ¡Joder Miya! ¡Qué no son tus padres!» Se repetía en mantra hasta que llegó a una de las partes vacías de los muelles.
Sin querer, había escuchado la conversación por teléfono de Cherry cuando llegó ese día al estudio. Iba a ayudarlo con unas cosas de literatura que no había entendido del todo en clase.
— Es mucho papeleo y no creo que esté listo para eso. No mamá, ya he hablado de esto con él, en un par de semanas meteremos los papeles. —Cherry se oía estresado— ¡Mamá, que no! La adopción es difícil, más en Japón y más para una pareja como nosotros.
El cerebro de Miya hizo el resto. Los imagino cuidando a un niño o una niña de menos de 6 años. Criando y enseñándole cómo andar en patineta por primera vez, cómo lo abrazaría cuando tuviera pesadillas y cómo habían encontrado un reemplazo para él.
¿Por qué iban a seguir queriendo estar con él, si iban a tener un hijo juntos?
Miya había perdido otro par de padres antes de siquiera conseguirlos realmente. Habían hallado un reemplazo perfecto para él.
Cuando Cherry lo busco compulsivamente por una hora seguida. Miya sólo respondió que había surgido algo con sus padres y que no había podido ir. Y solamente había respondido porque Joe, Shadow, Reki, Langa, e incluso Koyomi preguntaban por él.
Pero no quería hablar, solo les respondió bruscamente y se quedó llorando frente al mar.
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UNA FAMILIA PARA MIYA
Short StoryPor fin había conseguido una familia, además de sus ausentes padres, Miya consiguió un lugar seguro para desenvolverse. A sus 14 años por fin se sentía querido y aceptado... Hasta que las cosas comenzaron a cambiar un poco cada vez. A veces llega a...