C36:TE CAMBIÓ UNA LIGA POR UNA CICATRIZ
Miya llevaba un par de semanas de sesiones con el psicólogo, pero había tenido una recaída emocional. Estaba sensible y la depresión lo hundió. Era por naturaleza alguien orgulloso y desconfiado, así que guardó sus sentimientos para él. Sinceramente y por mucho que lo intentará, no confiaba en hablar de sus problemas con un extraño.
Pero en su desesperación por liberar un poco de la carga emocional que llevaba y sentir un dolor que no fuera el emocional. Decidió distraer su dolor. Ni siquiera recuerda de dónde la sacó; quizá de la afeitadora de su padre. Solo que hacer un par de marcas en sus antebrazos con la parte filosa pareció una buena idea. Lo suficientemente lejos de las muñecas para que no se notarán, y que pudieran ser cubiertas fácilmente con su ropa para que "no estorbaran" al entrenar.
Pero su "maravilloso" plan se vio frustrado cuando Joe lo notó. Y es que el hombre era bastante brusco a veces; así que en un momento en el que Miya casi cae en el restaurante; por culpa de su propia mochila, Joe lo sostuvo del lugar donde estaban las heridas. El agudo dolor punzante lo delató, porque soltó un siseo y un chillido.
Se excuso que era por la sorpresa y el apretón, pero sus ojos lagrimeantes no ayudaban a la farsa. Joe dejó a uno de sus camareros a cargo y lo metió en la oficina. Miya sentía que iba a vomitar; todo le daba vueltas y decenas de futuros paraban en su cabeza, ninguno con "final feliz". Se culpaba de sus decisiones; deseaba volver al momento justo de la noche anterior para detenerse y que Joe no lo descubriera hoy. Pero ya era inútil; lo sabía. Joe ahora lo sabía.
Le pidió suavemente que se quitara el suéter y sin poder evitarlo Miya se soltó a llorar en silencio, aún al pendiente de todas las acciones del fornido hombre frente a él, Kojiro había tomado su brazo con sumo cuidado. Estaba esperando el regaño, la mirada desilusionada; pero no llegó. Kojiro estaba centrado revisando sus heridas, como si tuviera experiencia en eso.
— Las de arriba están cicatrizando, les calculó una semana, las más recientes tienen aún sangre coagulada y se volvieron a abrir, no tienen más de 24 horas; y según veo debajo de ellas hay cicatrices demasiado rosas para ser antiguas, tal vez dos semanas. — Joe levantó la mirada. Una mirada seria. — Sé sincero, ¿solo los brazos?
Miya, aun procesando lo que pasaba, asintió torpemente. Había pensado en hacerlo en las piernas también, pero era más probable que se notarán gracias al uniforme y los brazos podía cubrirlos con la excusa de que el otoño comenzaba a llegar a su fin. Aún así, no entendía como Joe había deducido todo eso.
— Si no quieres que se infecten, ponles alcohol después, y hace que el efecto placebo dure más y cicatrizan antes. — Joe fue hacia el botiquín de primeros auxilios y extrajo el agua oxigenada y gasas. Luego lo hizo sentarse mientras lo curaba.
— ¿Cómo lo supiste? ¿Cómo sabes tanto de... esto?
Kojiro suspiró. Parecía más agobiado y frustrado que enojado. Dejó la gaza que se había teñido de sangre y se sentó en el sueño frente a él.
— Kaoru... Él pasó por tiempos difíciles, los antidepresivos lo ponían peor generalmente, y encontró la misma salida que tú. Cada poco revisaba sus brazos, aprendí a medir el tiempo de las heridas por su aspecto y cuando comenzó a mudarlas a otros lados, me preocupe más. — Joe se estiró sobre el escritorio para conseguir un bolígrafo y dibujar una mariposa en el brazo de Miya, justó abajo de las heridas que había cursado— Encontré una técnica usada por algunos terapeutas, que consiste en dibujar mariposas en la piel cada vez que sientes la necesidad de lastimarte; le asignas el nombre de alguien que quieras o ames, y debes cuidar la mariposa, es decir no dañarla para no dañar metafóricamente a la persona o animal del que le asignaste el nombre y si alguien te dibuja una, es mucho más especial y debes cuidarla el doble para que dure, porque significa que eres importante para esa persona.
Joe acarició su dibujo antes de dejar el bolígrafo a un lado y Miya sorbió su nariz mientras suspiraba entrecortado por el llanto.
— A un inicio le costó mucho trabajo, él no dibujaba sus mariposas, y solo esquivaba las que le hacía. Hasta que encontré otro método — Joe desató su cabello y puso la liga que usaba en la muñeca del adolescente, la estiró lo más que daba y la soltó de golpe, causando que Miya diera un brinco y se fijará en cómo la zona se tornaba ligeramente roja. — No causa el mismo dolor, pero ayuda bastante y en un episodio de ansiedad te ayuda a "anclarte".
El "ancla", era un término que le dijo Cherry cuando le contó sobre: el episodio del muelle; no sabía si era un término real, o algo que el mismo Kaoru había inventado para explicar lo que se sentía en los momentos de pánico y ansiedad. Le explicó que un ancla es sentir algo que te mantenga sensorialmente al mundo real y tangible; algo que evita te pierdas por completo en tus emociones y en la oscuridad que proyecta tu cabeza.
Texturas, formas, colores, temperaturas. Todo objeto podía ser el ancla especial para una persona.
Miya tocó suavemente la liga que Joe le había dado. Suave, lisa, aterciopelada y con un ligero aroma a shampoo, a causa del cabello de Kojiro.
— Y si sientes que necesitas más, consigue un hielo y apriétalo en tus manos lo más que aguantes. Porque Miya, créeme que esta no es la mejor opción y cuando creces y lo ves con otros ojos esto... No es tan fácil de sobrellevar y afrontar. Kao aún no puede usar mangas cortas en público porque aún hay finas líneas que no lo hacen sentir orgulloso.
Eso nunca salió de esa oficina; Kojiro no lo delató, ni con sus padres ni con Cherry. Quedó entre ellos. Con frecuencia lo picaba en las piernas, brazos, estómago o tobillos en búsqueda de lesiones que –como él las llamaba– se habían mudado. También le ayudó a curarlo cuando recaía y le había conseguido una crema en un discreto empaque para las cicatrices. Pero traer la liga de Joe constantemente en la muñeca lo ayudaba.
Sabía que las mariposas que acompañaban sus antebrazos no lo iba a dejar solo. No más.
(...)
Esto es importante:
Por si no vieron mi aviso en el tablero, y si no lo vieron es por que no me siguen y si no me siguen ¿Qué esta mal con ustedes?. Esto es una completa broma, siempre subiré los avisos importantes a mis historias. Pero la cosa es que:"Una familia para Miya" cambio sus actualizaciones.Como alguna vez les dije, volví a la universidad, y no me está dando la vida para actualizar tan seguido. Así que ahora ya no serán los lunes, miércoles y viernes; si no que solo serán martes y jueves.Y no, esto no se está acabando ni se suspenderá ni nada de eso; solo estoy priorizando mis actividades. Porque por desgracia, aún no hay una materia que sea "Introducción a la Cultura Popular y el Fanfiction I y II". Además sigo progresando con el fanfic de Teddy Lupin, el Drarry, el MatchaBlossom y estoy preparando la Shinkami week de este año, así que son demasiadas cosas a la vez que actualizar y escribir. Por lo que ténganme paciencia si no actualizo religiosamente los martes y jueves. No los dejaré sin actualizaciones.
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UNA FAMILIA PARA MIYA
Short StoryPor fin había conseguido una familia, además de sus ausentes padres, Miya consiguió un lugar seguro para desenvolverse. A sus 14 años por fin se sentía querido y aceptado... Hasta que las cosas comenzaron a cambiar un poco cada vez. A veces llega a...