Dante dijo que hay siete niveles del infierno, aunque yo creo que son ocho. Ese último es reservado para los clientes que creen que tratar mal a los meseros los hace parecer geniales.
-Te dije específicamente que no quería pepinillos en mi hamburguesa- dice la chica-. Eres tan incompetente que no entiendo porque sigues aquí, ve a cambiarlo. Siempre que vengo dan un pésimo servicio.
Pues no vengas.
-Ahora mismo lo cambio, debe ser un error del cocinero- tomo el plato y me doy la vuelta regresando a la cocina.
Apenas llevo tres horas de turno y ya estoy harta. Al haber llegado con la camisa hecha un desastre por el lodo que quedo en ella, mi jefa tuvo que prestarme uno de los uniformes que ella tenía. Helena fue bastante amable, pero su complexión es más delgada que la mía. Siento que en cualquier momento me asfixiaré o romperé la tela como Hulk transformándose.
Espero que los botones vayan a la cara de la chica pepinillos.
-¿Qué pasa? - pregunta el cocinero mirándome.
Pocas veces llego a entrar a la cocina, normalmente Charles me pasa todo por la ventanilla. Creo que era de esperarse que le sorprendiera verme aquí.
-No le gustan los pepinillos. Ahora me insultaron porque no leíste bien mi orden- ruedo los ojos.
Quito el pan y sin cuidado alguno tomo los dos pepinillos antes de arrojarlos a la basura. Estoy segura de que ella pudo hacer esto en la mesa.
El pequeño niño al otro extremo de la cocina ríe y dice:
-Te lo dije abuelo.
Louis es el hijo de Helena, mi jefa. Tiene apenas tres años, pero su vocabulario es más claro y extenso que el mío. Es gracioso, y bastante cariñoso. Los fines de semana se encuentra aquí, pero su madre le especifica muy bien que no puede salir de la cocina ya que no quiere problemas.
-Si, tú siempre me lo dices todo- responde su abuelo como si estuviera cansado de escucharlo decir eso siempre-. No sé en que caricatura escuchó eso, pero no deja de decirlo-dice en voz baja para que sólo yo escuche.
Charles es un hombre flacucho de sesenta años. De hecho, es padre de Helena, y por ende también mi jefe. Según lo que me han dicho, él tenía un pequeño carro de hot dogs cuando era joven, luego de eso comenzó a ahorrar hasta que consiguió abrir su propio restaurante. El cual se ha convertido en este bar una vez que pasó a ser de Helena.
Charles es muy amable, y un excelente cocinero. Con el dinero que tiene este hombre yo estaría de viaje por el mundo, pero al parecer preparar hamburguesas junto a su hija es lo que lo hace feliz.
No lo juzgo, pero si lo juzgo un poco.
Ojalá que algún día se decida a recorrer Latinoamérica o algo así.
-Te perdono si me preparas una de tus hamburguesas para llevármela al final de mi turno- intento bromear-. Le diré a Helena que lo rebaje de mi sueldo.
-¡Claro que no! Yo invito ésta vez.
Vuelvo a poner el pan sobre la hamburguesa y miro al hombre concentrado en la parrilla.
-¿Es en serio?
-No voy a quebrar por invitarte una hamburguesa, Chelsea- dice casi como si quisiera reírse en mi cara-. Ahora anda ve a darle esa hamburguesa a la señorita pepinillos.
Lo mejor de Charles, es que a veces parecemos pensar lo mismo.
Salgo de la cocina y camino hasta la mesa donde se encontraba la chica. Pongo mi mejor sonrisa y dejo la hamburguesa frente a ella.
ESTÁS LEYENDO
ROMA
RomanceDicen que todos los caminos llegan a Roma, pero... ¿Dónde está Roma? ¿Es Roma un lugar? ¿Una canción? ¿Un sentimiento? ¿O una persona? [SIN EDITAR] •Spin-off de Epifanías de media noche (se encuentra en mi perfil) No es necesario leerla, pero ha...