58. La lluvia.

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Abro mis ojos y me giro hacia el frente para ver mi reflejo en el espejo del auto. He hecho un trabajo decente con mi imagen, sin embargo el delineador nunca ha sido mi fuerte, y tuve que pedir ayuda a Lily con eso. Ella tiene práctica, es lo único en lo que consiste su maquillaje de ojos siempre.

-Te ves muy bien- dice con una gran sonrisa-. Cómo la chica cool de las películas, la que es novia del guitarrista.

-Soy la novia del guitarrista- le recuerdo cerrando el espejo.

-Felicidades, vives el sueño de toda chica amante del romance- responde soltando una risa corta-. No seas presumida, Chels.

Suspiro y me giro en mi lugar para tomar el abrigo que dejé en el asiento trasero del auto. Seguro que en otro momento me hubiera reído, o dicho algo para seguir la broma, pero no ahora, no en esta situación.

Estoy a punto de ver a Finn, y no a solas, no para hablar, sino para celebrar que acaba de lograr uno de sus más grandes sueños.

Seguramente también están las familias de los demás integrantes de BlueSquare, o uno que otro amigo cercano. Esto va a ser difícil, quiero hablar con él, pero no me voy a perdonar nunca si llego a arruinarle la noche, entonces he decidido quedarme callada.

-¿Estas lista?- Pregunta Lily.

Miro al frente y lo primero que aprecio es el edificio en el que había estado ya antes. El día de la cena, el casino, el primer beso que tuve con mi novio. Al parecer algún trato tiene la disquera con éste hotel, ya que el día que Finn me envió los datos me recordó que era el mismo lugar.

Es muy lindo, pero me parece mucho más imponente que la última vez que estuve aquí.

Deben ser los nervios.

-Sí, ya vámonos- respondo abriendo la puerta del auto para bajar.

Lily me sigue en silencio por el estacionamiento. Antes veníamos hablando, pero creo que lo hacía para ayudarme a olvidar los nervios. Aprecio su esfuerzo, pero debo admitir que no lo logró.

Atravesamos una puerta corrediza, y en cuanto entramos, hay un hombre extremadamente sonriente ofreciéndonos un saludo.

-Bienvenidas. ¿Vienen al evento?

-Sí, nos dieron un código- responde Lily antes de que yo pueda decir algo.

-Permítame escanearlo, así les indico cual es su mesa.

Mi amiga le muestra el código que nos envió Finn, pero cuando se pone a hablar con el hombre, yo simplemente cierro mis oídos. No es científicamente posible, pero es una habilidad que no sé describir de otra forma. Es cómo si te privaras de las conversaciones de a lado. Estas escuchando sonidos, pero es cómo si realmente fuera un lenguaje que no comprendes para nada.

Y ahora me pregunto: ¿cuantas personas habrá en la cena? El hombre ha hablado de mesas, y además, sé que es el salón que han usado antes, supongo que es demasiado grande cómo para sólo un par de personas.

-Hey, rubia- escucho a Lily llamarme así que vuelvo al mundo real-¿Vienes?

La miro, y luego al hombre quién parece extrañado por mi distracción.

Le ofrezco una sonrisa apenada, camino hacia mi amiga, y la tomo del brazo para comenzar a caminar junto a ella en el pasillo.

-Me siento perdida- murmuro.

-Luces perdida.

Mierda. Tampoco quiero verme disociada frente a todos ahí, seguramente estarán hablándome y yo pensando en la mil finales alternativos que he creado para mi película favorita.

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