42. Cambiar perspectivas.

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Nunca fui fanática de las ferias. Creo que es porque cuando era niña y éstas llegaban a Valley, notaba cómo a mis padres les daba pereza llevarme. Así que nunca lo ofrecían, y yo tampoco lo volví a pedir, pero las veces que llegue a ir, me parecía aburrido porque no tenía con quién jugar, ya que era hija única, y no tenía familiares de mi edad, y segundo, porque mis padres no hacían por jugar conmigo o motivarme a hacerlo yo misma. Además de que me aburría, siempre terminaba con ganas de llorar porque cuando les pedía que jugaran conmigo en algún puesto, o subieran conmigo a algo, me gritaban que yo era capaz de ir sola y ellos me esperarían a que terminara. Creo que por eso estando ya en el juego no podía disfrutar nada, me sentía triste, y me convencía de que el juego no había sido tan divertido.

Al final bajaba con mi rostro serio y no quería subir a nada más, entonces mamá volvía a gritarme que si iba a estar de mal humor, era mejor que nos fuéramos a casa.

Espero que este día me haga cambiar de opinión sobre las ferias.

Luego de comer, Lily me dijo que Finn y Skylar nos habían invitado a salir, y al parecer los únicos que sabían a dónde vendríamos, eran los Hennman. Por ende me dijeron que usara algo cómodo, y me alegro de haber optado por unos tenis en lugar de sandalias.

Ahora mismo voy caminando junto a Skylar, ya que mi novio y mi compañera de piso están jugando en esa cosa donde te dan un mazo y la tabla que golpeas hace que una canica suba dependiendo que tan fuerte golpees, pero nosotras preferimos seguir caminando al rededor.

Más que nada, porque ambas decidimos que era más grande nuestro impulso por ir a comprar palomitas acarameladas, que de jugar esa cosa. Además era una buena excusa para no quedar en ridículo. Mis brazos tienen una fuerza casi nula, y Sky dice preferir no ahorrarse el agotamiento.

El ambiente huele a una mezcla de algodón de azúcar y pasto recién cortado, sin contar el olor de ciertas personas que de vez en cuando pasan a nuestro lado y parecen no haber tocado el agua en años.

-Finn me dijo que tú diseñaste el promocional de su sencillo-menciona Sky abriendo su bolsa de palomitas-, y que la diseñadora te envió una oferta para entrar a su taller.

-Fue una buena oportunidad, ya he aceptado, hace unos días Morgan me envió la información.

Cuando abro la mía, el olor a caramelo inunda mis fosas nasales. Vaya, hace tiempo que no comía esto.

-Pues siempre te ha gustado todo lo artístico- se encoge de hombros-. Yo creía que estudiarías algo cómo... no sé, artes plásticas.

Río-Sí, cómo si mis padres me hubieran dejado estudiar eso.

-Bueno, para la graduación ya no vivías con ellos. Creí que lo harías- dice provocando cuestionarme mis decisiones-. Aunque no me sorprendió que eligieras leyes tampoco, eras la mejor de la generación, te encanta leer, y vengarte de quién hace mal- ríe.

Mi trabajo no se parecía en nada a eso. Los casos que me daban eran los más aburridos, y comprendo que no siempre se arreglarían cosas que implicaran dificultades o algo parecido, pero cuando llegaba a tocarme alguna, Patrick se quedaba con el crédito de mi trabajo y me daba el salario mínimo.

-Se te da mejor a ti- digo sincera-. Siempre fuiste justiciera.

-No es cierto.

-¿El video que hiciste para regresar a Finn a la escuela? Fue increíble como te diste el tiempo de recaudar el testimonio de cada chica de la escuela, censurar sus rostros, y exponer los casos de acoso ante directivos- me giro a verla y noto por su rostro que parece estar recordando ese momento-. Desde ahí se vió tu vocación, y también ahora que estudias tu posgrado.

ROMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora