33. Los pecadores.

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El corazón me va al mil por hora, mi cabello está hecho un desastre y me siento en una realidad paralela.

-¿Qué?- Pregunto de mala gana.

-Te levantaste más gruñona que de costumbre, ya pareces mi abuelo- escucho la voz de Lily al otro lado de la linea.

-Ha vibrado el teléfono debajo de la almohada, ¿sabes lo horrible que se siente?

-No es mi culpa que lo hayas dejado ahí.

Tiene razón, pero el susto no me lo quita nadie. Casi me hago en los pantalones.

-¿Por qué me llamas?- Entrecierro mis ojos al intentar mirar el reloj en mi pared-¿Dónde estás?

Son las diez de la mañana. Creí que había llegado a casa luego de que me fui a dormir.

-En el departamento de Finn- explica-. Anoche sabes que me he puesto un poco mal, así que él tuvo que manejar mi auto, iban a llevarme a casa; los demás nos irían siguiendo y se supone que se iría con los demás una vez que me dejara aquí, pero pasaron cosas... y terminaron también invitando a Kaia, Eleanor y Ruby a pasar la noche en su departamento. Te lo has perdido, nos la pasamos muy bien.

-Me alegra que hayas ido tú- digo poniéndome de pie para ir al baño-. ¿Qué pasa? ¿No tienes resaca o algo?

-No, aun me siento joven y fuerte para soportarla- casi la puedo ver sonriendo-. Además de que iremos a desayunar todos, así como adultos luego de dejar a sus hijos en el colegio, sólo que nosotros iremos luego de habernos quedado a ver el amanecer con una cerveza en la mano.

Pongo el teléfono en altavoz y lo dejo en el lavabo para poder lavar mis dientes.

-Diviértete entonces- digo poniendo pasta a mi cepillo.

-¡Serás tonta!

Doña delicada amaneció más amable de lo normal.

-Todos quieren que vengas, y yo también, es por eso que te he llamado. Tengo muchas cosas que contarte, ¿tú quieres contarme alguna?

-Eh...-dudo un poco sintiendo que llevo la boca llena de pasta- ¿No?

-Mira, a mi no me engañas, Finn se veía muy sonriente cuando llegó al club. Aunque no pude sacarle ni una palabra de lo ocurrido. Si es que pasó algo.

Que obsesión, madre mía.

-No pa-o na-a

-¿Eh?

Escupo lo que llevo en la boca-No pasó nada. Hablamos solamente.

Y nos besamos.

-Luego escuchamos su nueva canción

Acurrucados en el sillón.

-Y luego regresó al club.

No sin antes darnos un beso de despedida.

Me miro en el espejo luego de secarme el rostro con la toalla y noto que llevo una sonrisa.

¿Por que soy así?

Abro la puerta y salgo detrás de Finn para despedirme. Ambos nos quedamos de pie justo frente a la puerta ya cerrada, y noto que mira cómo si no supiera que hacer.

"¿Vas a besarme?" Pregunto directamente.

"Lo pensaba hacer, pero... ¿Tú quieres?"

"Si tú quieres yo quiero" respondo con tono sugerente "Y al parecer tú si quieres"

Frunce el ceño "¿No puedes ser una persona normal y simplemente decir que sí?"

"No" me pongo de puntas y jalo de su camisa para poder dejar un beso corto en sus labios "Eso no sería divertido, cabeza de balón"

ROMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora