ROMA

26. Los juegos...

Creo que ya se está convertido en rutina el salir o hacer algo con ellos cada fin de semana.

El lugar al que hemos venido es un casino del hotel Royals; por lo poco que me explicaron los chicos, hay un de evento de la disquera, donde otras celebridades, llegaran a quedarse aquí, y también habrá una cena especial.

Cuando Morgan me llamó para contarme sobre esto, dijo que quería fuera una especie de agradecimiento por ayudarles con lo del diseño.

¿Quién soy yo para negarme?

Sinceramente también dudo que consiguiera algo mejor que hacer en el caso de que dijera que no, y tenía ganas de ver a cierta persona.

-¿Juegas, Murphy?- Escucho la voz de Finn llamarme.

Me giro hacia él y me doy cuenta de que está señalando la mesa donde juegan pase inglés.

-Nunca he jugado, tampoco sé de que va- respondo mirando como varias personas toman posición al rededor de la mesa.

Todos se ven impecables, los hombres de traje y las mujeres con sus vestidos mayormente de lentejuelas o brillantes. Sus expresiones serias dándome a entender que realmente han venido a ganar y no a tonterías.

-Yo tampoco he jugado nunca, pero podemos intentar.

-Desde que me dijiste que no sabías bailar para hacerme sentir bien ya no te creo nada

Ríe-Eso dolió.

-¿Entonces en verdad no sabes jugar?

Me mira con una sonrisa inocente y termina por decir:

-Nunca he jugado solo, sin embargo, sí sé jugar, así que no mentí- me sonríe con superioridad-. A mis padres les gustan los casinos, y los he visto varias veces en este juego, ellos me enseñaron.

Alzo una ceja-Quieres jugar conmigo para terminar quitándome hasta mi departamento, ¿cierto?

-Quedé encantado con el lugar, planeo ganartelo y mudarme ahí- bromea poniendo semblante serio-. Pero supongo que si lo adoras tanto dejaré que lo conserves, sólo sé mi acompañante- señala la mesa y ahora noto como algunas de las mujeres se mantienen detrás de los hombres que juegan-. Tienes que pararte ahí, distraer a todos por ser bonita y lucir tu vestido.

Bueno, no es como que tenga algo mejor que hacer. No sé jugar a nada aquí, y tampoco quiero quiero arriesgarme a perder todo.

Supongo que ver a Finn jugar hasta podría ayudarme a aprender, ya que a los demás se los ha tragado la tierra.

-Suena difícil- comento pasando la mirada del juego de nuevo a él.

-Ni tanto, ya lo estas haciendo asombroso desde aquí- dice seguro antes de dar un trago a su bebida y retirar la mirada de mí.

El comentario me ha causado una extraña, pero linda sensación en el pecho, muy cálida. Estoy segura de que mi corazón se saltó un latido o algo por el estilo.

Aún así, decido mantener mi postura seria y simplemente asentir. No quiero que vea como me ha afectado, siento que va a aprovechar para burlarse de mi reacción.

Finn me extiende su mano y tan pronto acepto tomarla, él me guía hacia la mesa donde se encuentran jugando.

Nunca me han gustado las apuestas, pero supongo que tampoco debe ser tan malo. Sólo hay que saber cuando parar, ¿no?