Capítulo 8.

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En ese momento Louis se había arrepentido de aceptar la única condición que había puesto Harry.

El hecho de ambos acompañarse mutuamente a asesinar a sus encargos no les ayudaba en nada.

Harry era bastante hablador y Louis prefería el silencio.

Por eso el ojiazul quería darle un codazo en el rostro para que se callara.

Que insoportable.

—¿No crees que sería genial que tuviéramos una especie de marca? Algo así como poner una firma en la escena.

Louis de verdad quería golpearlo.

—Cállate.

El castaño vuelve a poner su atención en el empresario que estaba recién entrando al edificio y le hace un gesto a Harry para que este prestara atención.

Ambos ven como Rick Parker entra al ascensor, iría directo a su oficina.

—¿En qué piso va?

—Sólo espera... — Louis mira a través de sus binoculares y tararea ansioso, cuando ya iba cerca del piso veinticinco le indica a Harry que era el momento— ahora.

El ojiverde simplemente apreta un botón de su computador y una explosión se escucha, la gente comienza a evacuar del edificio estando envueltas en pánico.

Ambos pueden escuchar desde su posición el ruido del ascensor al impactar contra el suelo.

—¿Por qué no te gusta dejar rastros?

—Porque eso es lo que les gusta a los clientes— Harry estaba en desacuerdo con eso.

—Yo creo que les gusta saber que su enemigo sufrió.

Louis no lo mira ni le responde, simplemente se inclina hacia a él y apaga el computador, cierra la tapa y se dedica a guardarlo en la mochila que había traído.

—¿Cuál es la siguiente persona de tu lista?

—Stephen Morgan.

—¿Historial?

—Político corrupto y violador.

—¿Lo disfrutarás?

—Ya sabes la respuesta— el ojiverde se levanta casi de un salto y pasa una de sus manos en su cabello para acomodarlo.

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El ojiazul mira la hora en su reloj y muerde su labio inferior con un poco de fuerza, Harry estaba un poco retrasado.

Odiaba la impuntualidad.

Louis había notado que Harry prefería trabajar de noche, utilizaba las calles sin iluminación a su favor.

Ambos habían ido detrás de Stephen Morgan, pero el rizado lo había detenido y le había dicho que se encargaría rápido, que lo esperara.

Sólo le pidió veinte minutos.

Habían pasado veinticinco.

Louis se iba a voltear cuando siente un toque fuerte en sus hombros junto a un...

—¡Boo-ho!— inevitablemente pega un salto en su lugar y suelta un manotazo hacia a Harry, el cual había puesto una de sus manos sobre su estómago y había recargado su cuerpo en una de las paredes de ladrillos.

Traitors |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora