Traitors |Larry Stylinson|

Capítulo 36.

Louis no podía apartar la mirada del lugar frente a él, era masoquista y estúpido haber vuelto, pero se había vuelto su lugar seguro durante tanto tiempo y era el último recuerdo que tenía de Harry.

Estar ahí le hacía bien y mal a la vez.

Si tuviera al ojiverde a su lado se burlaría de él, probablemente comentándole que no sabía que era tan sentimental.

Pero... ¿Cómo no serlo? Lo tuvo todo entre sus manos durante un tiempo y en menos de un minuto lo había perdido.

Estar ahí le recordaba que Miles Tomlinson había sido el causante de eso, ya ni siquiera quería tener parentesco con él y no lo llamaría por lo que supuestamente era.

—Louis, deberíamos irnos— la voz de Zayn rompe su burbuja, le hubiera gustado quedarse más tiempo pero sabía que eso no sería correcto.

Mira el lugar por última vez y vuelve a subir a el auto.

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Louis frunce su ceño al ver el gran correo que había obtenido por parte de Kas, ¿a qué se debía tanto texto? Se sentía un poco abrumado en esos momentos, y quizás hubiera tomado la decisión de leerlo más tarde, pero la primera palabra del correo lo atrapa.

“Tengo que comentarte algo importante.”

Y luego de eso comienza a leer rápidamente, al ver de lo que se trataba se recarga contra el asiento y entrecierra sus ojos, le estaba ofreciendo limpiar su nombre, específicamente el de todos.

Eso no podía decidirlo solo aunque quisiera, porque era algo que incluía a los demás, incluso a Harry, pero cuando lee la parte en donde Kas le cuenta el hecho de que Harry literalmente lo amenazó para que le mandara este correo lo más rápido posible, cae en cuenta que el ojiverde estaría de acuerdo con lo que decidiera.

—¡Tenemos que hablar!— habla en voz alta y en menos de lo esperado llegan los demás y se plantan frente a él— seré rápido, Kas está negociando, necesita a los patrocinadores con vida para ser arrestados y a cambio de eso, limpiará nuestros nombres.

Todos se mantienen en silencio, era algo que sin duda los beneficiaria, pero que ellos siguieran con vida era... Como si una película de terror no tuviera fin.

—Si siguen con vida jamás podremos estar en paz.

—Él asegura que no sobrevivirán en la cárcel más de una noche.

Liam se deja caer en el sillón detrás de él, era una situación complicada.

—Hay que decidirlo en conjunto.

—¿Tendríamos el respaldo del FBI?— Louis no estaba seguro de eso, pero podría seguir negociando sin ningún problema.

—No lo sé, pero puedo añadirlo al trato, ya que no estaremos seguros si ellos realmente no sobrevivirán el primer día, ¿qué piensan?

—Pienso que es nuestro pase directo para tener una vida normal— Zayn murmura casi en voz baja, había deseado mucho tiempo tener una oportunidad así.

—¿Quieren aceptar?

—Espera, pero ¿qué pasará con los demás?

—No hay que leer entre líneas, no dijo nada sobre dejar vivo a los demás, podríamos divertirnos un poco con ellos.

—Suenas como Harry.

El comentario le llegó directamente al corazón, sabía que había adquirido un poco de la personalidad del ojiverde.

—Bien, concluiré el trato— murmura y vuelve a poner su atención en la pantalla del computador, con una de sus manos toma una de las galletas que tenía a su lado, la deja en su boca y se permite responder el correo.

Extrañaba las galletas que preparaba Harry.

Mierda, realmente estaba jodido. 

En todo lo que hacia y en cada momento del día, tenía a Harry en su mente, odiaba tener que esperar tanto para poder ir una vez por todas por él, habían momentos en los cuales sentía que ya no iba a poder aguantar más.

Sentía que tomaría las llaves del auto e iría por él, las ganas no le faltaban, pero su mente lo retenía.

Era la primera vez en donde su cerebro y su corazón se peleaban constantemente por tomar el control, Louis nunca había tenido que pasar por eso antes de conocer a Harry y ahora que lo tenía en su vida, ahora que había probado lo que se sentía estar enamorado, sus sentimientos estaban a flor de piel todo el tiempo.

De alguna forma necesitaba decírselo, cuando lo tuviera otra vez frente suyo le gritaría al mundo entero que estaba enamorado de él.

Y realmente, odiaba pensar en todo lo que harían una vez que todo lo malo pasara, porque alimentaba a su corazón con esperanzas y aunque le doliera admitirlo, algo podía salir mal.

Tenía que ser realista, serían demasiados sicarios en un solo lugar, y a pesar de que ellos entrenaron durante toda su miserable vida, los otros tenían años de experiencia.

Miles lo conocía, había descubierto su debilidad, pero ¿sabrían cuáles eran las debilidades de Harry? 

Cada noche pensaba en todo eso y su mente se había vuelto una de sus peores enemigas, sin falta lloraba hasta altas horas de la madrugada, pidiéndole a lo que sea que todo saliera bien y si no era así, que Harry estuviera bien. 

Murmuraba entre lágrimas y llanto ahogado que sus sentimientos e intenciones eran verdaderas, y se desahogaba.

Años de dolor se resumían a lágrimas nocturnas, esta era su última oportunidad, la vez anterior no dió todo de sí y el temor lo consumió, no dejaría que eso vuelva a ocurrir, si Miles lo apuntaba otra vez con un arma, el también lo haría.

Y si intentaba volver a dispararle a Harry, se aseguraría de recibir la bala para mantenerlo a salvo, porque ya era hora de superar todo el daño causado, era hora de ser valiente y demostrar lo que valía.

Era hora de derrotar a su más grande temor, todo sacrificio iba a valer la pena.

El ojiazul se deja caer en la cama y pone su mirada sobre la ventana, la luna estaba en su punto más alto y brillaba como nunca, no sabe cuanto tiempo pasó observándola, pero le calmó.

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Harry mantuvo su mirada en la pequeña ventanilla de la habitación, dejaba que el aire fresco golpeara su rostro.

Finalmente lo habían liberado de las cuerdas, pero sus pies y manos estaban esposadas, así que no podía hacer mucho para estirar su cuerpo.

Recarga su cabeza contra la pared de cemento y alza sus ojos hacia la brillante luna que estaba el oscuro cielo, parecía ser una pequeña luz de esperanza entre tanta oscuridad.

En el fondo esperaba que Louis también la estuviera observando, de esa forma, aunque estuvieran lejos ambos estaban observando a la misma estrella.

Quizás así no se sentirían tan lejos del otro.