Traitors |Larry Stylinson|

Capítulo 35.

El ojiazul mira el paquete envuelto que tenía entre sus manos, asegurándose que todos los datos estaban correctos, iba más de la mitad del cianuro que habían comprado ahí.

Se lo enviaría a Kas para que este lo tuviera en su custodia antes que el gran y horrible día llegara.

Hubiera deseado adelantar los días, porque con cada día que pasaba sabía que Harry sufría más y más, lo debilitaban a tal grado que ya ni siquiera podía levantar su cabeza.

Y lamentablemente Louis necesitaba que pudiera levantarse por su cuenta, no sabía cómo lo harían, a pesar de que Kas verificara su bienestar, dándole de comer, de beber y curando sus heridas cuando nadie los veía, el cansancio mental estaba presente y Harry estaba agotado.

Louis sacude su cabeza y da un paso al frente, su turno había llegado, pone la caja sobre la encimera y responde sobre los datos que le estaban pidiendo para finalizar el envío.

Se siente mejor cuando ve el paquete ser procesado, suelta un suspiro y sale rápidamente del lugar, Zayn lo estaba esperando.

Se sube al asiento del copiloto y mira de reojo al ojimiel, este voltea su cabeza hacia a él y pone ambas manos al volante.

—¿De vuelta a...?

—No, haremos otra parada.

Zayn no dice nada y se permite seguir las indicaciones de Louis.

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Harry suelta un sonoro suspiro, ya ni siquiera veía a las personas que lo golpeaban, sólo sabía que eran muchas.

Sus muñecas le dolían debido al fuerte agarre de las cuerdas alrededor de ellas, no quería moverse mucho porque el roce lastimaba y cortaba su piel, así que intentaba mantenerse quieto la mayor cantidad de tiempo que podía.

Tampoco sabía cuantos días había estado ahí y no entendía porqué su mente no se había quebrado por completo, pasó por mucho, sintió que estuvo a punto de morir en varias ocasiones, pero era como si estuviera preparado para ello.

No tenía miedo.

En los momentos en donde se quedaba a solas, se permitía navegar en sus pensamientos y autodescubrirse, había llegado a la conclusión de que durante toda su vida se sintió al borde del abismo, en dónde supo que en cualquier minuto podía perder su vida.

Se había preparado mentalmente para cualquier método de tortura, no le temía a los espacios cerrados debido a los múltiples castigos que había obtenido por parte de su padre a lo largo de su vida.

Había recibido golpes a lo largo de esta, su piel se sentía como una fuerte capa protectora, y a pesar de que se notara lo magullado y lastimado que estaba, no le dolían lo suficiente para derrotarlo.

No tenía miedo, pero aun así en el fondo de su mente estaba el vivo recuerdo de Louis.

Quería quedarse y vivir, tenía muchísimas ganas de vivir al lado de Louis.

Se estaba quedando por él y por su libertad.

La puerta de acero es abierta de un solo golpe y mira de reojo a la nueva persona que había entrado por ella.

Una pequeña sonrisa se forma en sus labios al ver que era Kas, a pesar de que sabía que Louis lo estaba extorsionando para que lo ayudara le agradaba su compañía. Habían tenido buenas conversaciones y se había enterado que realmente pertenecía al FBI, bueno, que tenía un puesto bastante alto. Sinceramente para Harry era la misma mierda porque no veía diferencia entre los rangos de la autoridad, pero eso no lo dijo en voz alta.

Sabía el plan que estaba tramando Louis debido al chico frente a él, aunque lo encontraba genial, no entendía porqué Kas estaba de acuerdo en asesinarlos, cuando se supone que estaba ahí para que pudieran arrestarlos a todos.

Así que, en el fondo, no estaba tan seguro de que él quisiera ayudarlos, no sabía cómo hacérselo saber a Louis, no tenía medio de comunicación con él.

—Me llegó el paquete— comenta el pelinegro y se sienta frente a Harry, a pesar de que quisiera soltarlo de la incómoda posición en la que estaba, no podía, debía seguir manteniendo las apariencias

Harry simplemente asiente, se estaba mordiendo la lengua para no interrogar a Kas.

—¿Quieres agua?

—No, pero necesito que te acerques, necesito decirte algo.

El chico de lunares frunce su ceño y se levanta de la vieja silla de metal, da un par de pasos acercándose a Harry y el rizado lo mira fijamente. El policía se remueve incómodo en su lugar, el ojiverde era intimidante a pesar de su estado.

—Sé que no vas a usar el cianuro— murmura en voz baja y Kas no hace ningún gesto con su rostro.

—Quiero negociar con Louis, los necesito con vida— el ojiverde entrecierra sus ojos.

—¿Qué le ofrecerás?

—Dejarles los papeles limpios, la policía no los involucrará con nada de esto y el estado no sabrá de ninguno de ustedes— ese era un muy buen trato, pero si dejaban a esos idiotas vivos la jerarquía seguiría— Harry, muchas personas están esperando destrozarlos dentro de la cárcel, créeme, no pasarán la primera noche.

—Háblalo lo antes posible con él, porque si lo traicionas...— y el ojicafé no alcanza a alejarse cuando Harry sube su cuerpo y enreda sus piernas alrededor del cuello de este, cierra sus muslos con fuerza y comienza a ahorcarlo— me estarías traicionando a mí, y no quieres saber cómo terminan las personas que me traicionan.

Kas golpea con fuerza las piernas de Harry para que lo soltara, pero el ojiverde solo presiona con más fuerza y luego desenreda sus piernas.

Kas tose con fuerza y se lleva una mano al cuello, pasa saliva un par de veces y vuelve a alzar la mirada hacia a Harry.

—Todo este tiempo pudiste protegerte y no lo hiciste.

—¿Qué tiene de divertido eso? Te dejaré a los peces gordos, pero disfrutaré matar a cada uno de esos idiotas que se atrevió a tocarme.

Kas suelta un suspiro sorprendido, había juzgado mal a Harry, sin pensarlo se aleja un par de pasos, desde ahora tomaría la distancia.

—¿Me tienes miedo?

—Sólo es una precaución.

—Mientras estés del lado de Louis y de acuerdo con él, tú y yo estaremos bien.

Kas vuelve a asentir y retrocede hasta la salida de la habitación, mejor hablaría en ese momento con Louis, Harry era peligroso aun si estaba amarrado, golpeado y torturado.

El ojiverde suelta un suspiro agotado, había hecho mucha fuerza al hacer eso y podía sentir el líquido recorrer sus brazos, finalmente la piel de sus muñecas se había cortado y le había dado paso a la sangre.

Tendría muchas cicatrices si salía de ese lugar con vida.