Capítulo 38.

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Harry se siente tan bien una vez que logra salir de ese espacio tan reducido, su cuerpo comienza a llenarse de adrenalina pura, sus manos agarraban con fuerza los cuchillos y a pesar de que no apartaba la mirada del frente, tenía detrás de sí a Louis procurando protegerlo.

El rizado avanza con rapidez a través de los pasillos, y en cada cruce se asomaba para ver si había alguien, se calmaba un poco al no ver a nadie cerca.

Pero claro, fue muy pronto para cantar victoria, dos guardias de turno caminaban con armas en el otro pasillo.

Harry le hace una seña con su cabeza a Louis y este se asoma por el hueco que le había dejado el ojiverde, sonríe un poco y saca la glock 18 de su cinturón, con lentitud le quita el seguro y la alza apuntando a uno de los guardias.

El disparo retumba en las paredes del lugar y el guardia que quedó con vida inmediatamente los detecta, Harry le saca su dedo corazón al reconocerlo.

Disfrutaría de lo que haría.

El hombre camina a través del pasillo para alcanzar a los sujetos que habían causado alboroto, juraba que habían escapado, pero el golpe que se llevó en la mandíbula le indicó que lo habían estado esperando.

Un arma punzante es puesta sobre el cuello del hombro y Harry sonríe al ver el terror en sus ojos.

—Es jodido cuando no eres tú el que tiene el control— murmura con suavidad, Louis sabía que tenían poco tiempo, pero realmente no quería apresurarlo, parecía tener un rencor gigante hacia cada persona de ese lugar—¿Cuanto tiempo tenemos?

—Sólo veinte minutos.

—Eso es más que suficiente para mi.

El ojiverde ríe en voz baja y desliza el cuchillo por el cuello del hombro, sinceramente le hubiera gustado hacerlo sufrir más, pero bueno, se conformaba con eso.

Louis toma su mano y comienza a guiarlo por los pasillos del lugar, debían encontrarse con los demás.

Ambos se detienen en seco cuando más personas venían por el mismo pasillo, habían seguido el sonido del disparo.

A penas los ven comienza la persecución, Louis jala a Harry hacia el otro pasillo y a pesar de que se estuvieran desviando y el camino se les hiciera más largo, no le importaba.

El ojiazul se queda estático cuando el arma que llevaba cruzada en su pecho es tomada por Harry, no entendía que iba a hacer con ella.

Su cuerpo es empujado hacia un costado y se ve protegido por una pared, en cambio el ojiverde alza el arma dispuesto a disparar sin ningún tipo de protección, antes de que pudiera hacerlo, Louis lo toma por el chaleco antibalas y lo jala hacia su cuerpo.

Harry casi cae sobre él, e iba a bromear sobre eso hasta que ve la mirada que tenía el castaño.

—¡Deja de hacer eso maldita sea, no eres inmortal!— el tono de voz le cala los huesos a Harry, había sonado tan crudo y frío— tienes una razón para quedarte y yo también, te quiero con vida Harry, estoy aquí por ti, por favor... No seas el héroe otra vez, no quiero perderte.

El ojiverde traga en seco y asiente con lentitud, se levanta de su lugar y toma la mano de Louis.

—Entonces ayúdame a matar a la mayoría.

—Trato hecho.

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—Si estuviéramos en un apocalipsis zombie estoy seguro que seríamos los sobrevivientes.

Louis ríe ante la ocurrencia de Harry, lo había extrañado demasiado.

Ambos estaban salpicados en sangre, y ninguna gota les pertenecía.

—Concuerdo con eso, incluso, creo que estos idiotas son los zombies y nosotros somos los protagonistas.

—Me gusta la idea— Harry entrecierra los ojos y asoma su cabeza por el pasillo, había un guardia de espaldas a ellos.

El ojiverde no lo piensa dos veces y lanza uno de sus cuchillos, este se entierra con fuerza en la nuca del hombro y cae de rodillas al piso.

—Regla número uno en un apocalipsis zombie, siempre darles en la cabeza— Louis ríe y camina por el pasillo, pone un pie sobre la espalda del guardia y toma el cuchillo de Harry por el mango, jala de este y lo retira del cuerpo.

Siente uno de los brazos de Harry deslizarse por su cintura e inconscientemente se recarga en su cuerpo, siempre estaba buscando su tacto, parecía irreal que estuviera ahí.

—Mataré a Miles— el ojiverde se sorprende, pero no dice nada ante eso, claro que reconocía el nombre.

—¿Por qué?

—Porque no dejaré vuelva a lastimarte.

Harry no quería admitir que su corazón parecía haberse acelerado ante tal confesión, pero estaría mintiendo.

—Ven, vamos antes de que este lugar se llene con las fuerzas especiales.

Ambos se dan el tiempo de caminar con tranquilidad hasta la salida, se habían entretenido aniquilando a todos los sujetos que se le paraban al frente y ambos lo habían disfrutado, reían mientras hacían apuestas de quién lograba matar a más.

Estaban locos, pero sabían que esa era la última vez que harían algo así, le estaban diciendo definitivamente adiós a esa vida.

Louis empuja la puerta de metal con su pie y esta se golpea contra la pared de concreto en un ruido sordo, la luz del sol impactó en los ojos de ambos.

Harry respira hondo y se permite llenar sus pulmones de oxígeno puro, se sentía bien el calor de los rayos del asol sobre su cuerpo, mueve sus ojos a través del terreno del lugar en donde estaban y su mirada se posa sobre el frondoso bosque a un par de metros.

Aparta la mirada otra vez y esta se pone sobre el agujero de tierra que habían a un par de metros, su cuerpo tiembla ante el recuerdo, había pasado muchísimo frío durante esas horas y sentir como el oxígeno cada vez se hacía menos había sido aterrador.

—Louis, gracias por...— se voltea para mirar a su chico y se paraliza al ver como Joseph lo sostenía por el cuello, tenía un arma puesta sobre su cabeza y miraba fijamente al que era su hijo.

Verde con verde encontrándose después de la última vez que el mayor torturó al menor.

—Suéltalo.

Joseph arquea una de sus cejas y una sonrisa se forma en sus labios, parecía que Harry tenía más debilidades de las que creía.

—Te has vuelto débil.

La palabra no le importa al ojiverde, lo único que le importaba era Louis, le aterraba verlo con un arma apuntando directamente a su cien.

Sus ojos se encuentran con los del ojiazul y hace un gesto con sus ojos apuntándole al suelo, Louis parece meditarlo antes de guiñarle un ojo. Joseph no se esperaba el cabezazo por parte del castaño, lo suelta inmediatamente y Louis se agacha, el cuchillo pasa por encima de él para enterrarse en la yugular de Joseph Styles.

Era irónico, porque ese hombre una vez le había dicho que debía perfeccionarse al ver como su hijo había lanzado uno de sus cuchillos a la yugular de un maniquí en uno de sus tantos días de entrenamiento, para él no había sido suficiente, pero ahora, había sido más que suficiente para quitarle la vida.

—No me he vuelto débil, solo soy más humano y se siente de puta madre.

Y Harry se aseguró de que esa fuera la última frase que escuchara, porque a penas retira el cuchillo del cuello de Joseph, la vida abandona sus ojos.

Traitors |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora