Capítulo 7.

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La rivalidad se había ganado los corazones de los demás primogénitos.

Adam Cock se unió a William Ajax ya que sus compañeros habían sido asesinados fríamente por un dúo bastante particular.

La posible alianza entre Styles y Tomlinson se había esparcido de boca en boca hasta llegar a los oídos de los patrocinadores.

Y se habían convertido los favoritos, habían sumado puntos extras y tenían altas expectativas de ese par, parecían ir directo a la final.

A Harry le había dado dolor de cabeza al enterarse que los patrocinadores amaban la dupla aún inexistente que tenía junto a Louis.

Louis no era el compañero perfecto, pero no era un secreto que ambos trabajaban bastante bien juntos.

Y gracias a todo ese revuelo, oficialmente tendrían que trabajar juntos. Así que el ojiverde se levantó con dos propósitos ese día, debía encontrar a Louis y matar a la siguiente persona de su lista.

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—Si vamos a trabajar juntos necesitamos un poco de confianza— Louis murmura en voz baja antes tomar un sorbo del café que había pedido.

Era increíble como ambos podían estar en un lugar público como si fueran dos personas normales, y parecían serlo.

—Nosotros no nos vamos a unir para tener confianza, lo haremos para sobrevivir— Harry evita rodar sus ojos ante tan patética palabra, y se lleva un pequeño trozo de la torta de chocolate a la boca, sus ojos se abren ante el sabor, wow.

Louis frunce su ceño al ver tal reacción.

—¿Nunca habías probado el chocolate?

—No, lo único dulce que me dejaron probar en toda mi vida fueron las paletas y los chicles, por eso me gustan tanto—comenta en voz baja y vuelve a llevarse otro pedazo de torta a la boca.

El ojiazul se había sorprendido y eso no sucedía con facilidad, había pensado que él había tenido una crianza dura, pero Harry parecía superarlo en ese aspecto.

¿Tan dañino era el chocolate para no dárselo a un niño? ¿aunque sea para probar?

—Bueno, en lo que estábamos, creo que deberíamos vivir juntos—el ojiverde pone inmediatamente sus ojos sobre el castaño y comienza a toser con fuerza, para luego reír.

Se estaba riendo en su cara.

—¿Qué es lo gracioso?

Harry se golpea el pecho con el puño cerrado un par de veces para que la tos desapareciera aunque sea un poco.

—Que creas que vamos a poder convivir juntos, sólo te tendré un poco de confianza para darte la espalda, no para dormir en el mismo lugar que tú.

Louis rueda sus ojos, ¿de verdad Harry se creía tan especial como para que pensara que gastaría sus energías en él?, para matarlo ni siquiera se mancharía las manos.

—No te creas tan importante.

—Oh, ¿entonces no me matarás porque descubrirás que tengo el sueño ligero?— Louis odiaba cuando hablaba con ese tono de voz, burlesco, como si todo fuera un chiste para él.

Extrañamente las palabras se le hacen familiares, su mente viaja al día de la fiesta y a su conversación con su padre, impresionante.

—Nos espiaste— Harry estira su brazo para tomar el café de Louis y luego pone su mirada sobre el rostro de este, con la mirada fija en el, se lleva la taza a los labios y le da un pequeño trago.

El ojiazul ni siquiera replicó, estaba ligeramente impresionado.

—Un mago nunca revela sus secretos.

Una pequeña sonrisa se forma en los labios del castaño y luego niega con su cabeza.

—Puedo hacer un juramento en nombre de mi familia si te hace sentir mejor, no te dañaré hasta la final.

Harry deja la taza sobre la mesa y lleva una de sus manos a su rostro, pellizca con sus dedos su labio inferior en un gesto nervioso y luego acaricia su barbilla.

¿Confiar o no?

La verdad es que nunca confiaría en Louis, pero quería asegurar su pase directo a la final.

—Iremos a todos lados juntos, yo te acompañaré con tus encargos y tú con los míos, luego de eso iremos aniquilando a los demás.

Una sonrisa se forma en los labios del ojiazul y Harry por primera vez la ve en todo su esplendor.

—¿Entonces aceptas?

—Sí, acepto.

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—Cuando hablamos sobre convivir juntos pensé que iríamos a mi morada— Louis rueda sus ojos y deja que el ojiverde deje sus cosas en el sillón, este literalmente se había traído todo y Louis tuvo que ayudarlo porque la cantidad de armas que tenía era impresionante.

Louis trabajaba más con venenos indetectables, su arco y flecha, pequeñas armas y un par de cuchillos cuando era necesario, pero Harry parecía trabajar con toda la artillería pesada.

—Créeme, este lugar es mejor.

—Bien, necesito instalar mi computador y tener mi área de trabajo, así que...— el rizado recorre con la mirada el lugar y finalmente se fija en la pared a un lado de la ventana.

Ve una foto de él pegada ahí con múltiples agujeros sobre su rostro.

—Ow, ¿también me preparaste un altar?

Louis pierde la poca paciencia que tenía y lo empuja para que lo dejara pasar.

—Muévete idiota.

—Tan adorable.

El ojiazul no se voltea a verlo, sigue avanzando por el pasillo para ir hasta el cuarto que era su habitación, no quería demostrarle al otro imbécil que su humor lo hacia sonreír.

Harry suelta un suspiro y se estira en su lugar antes de poner manos a la obra, se da el tiempo de unir todo con calma, enchufar y probar la energía, quita su foto de la pared y la mira por unos breves segundos.

—Mierda, odio admitirlo, pero salgo horrible en esta foto.

La hace una bola de papel y la tira hacia sus espaldas.

Comienza a pegar las fotos de sus encargos en la pared, junto a la información importante.

—No ensucies— puede escuchar la voz de Louis a sus espaldas, pero no le toma importancia— eres organizado— siente el aliento caliente en su nuca y entrecierra sus ojos ante eso, se voltea y no da un paso hacia atrás.

No retrocedería.

—¿No conoces el espacio personal?

Louis chasquea su lengua y se queda en su lugar, no estaba haciendo nada realmente, pero ambos estaban probando quién se apartaría primero.

—Si te molesta entonces retrocede.

—Jamás retrocederé ante ti.

Louis mira fijamente sus ojos y siente como estos comienzan a arderles un poco, Harry tenía la mirada muy pesada.

—Deberías.

—¿Quieres que de un paso hacia atrás? Oblígame.

Y quizás era lo más estúpido que alguna vez hayan hecho, porque ambos intentaban tomar el liderazgo sin darse que cuentas que eran iguales y cuando se vieran así mutuamente, serían jodidamente imparables.

Que se prepararan los demás, porque el mejor dúo antes visto había entrado en el juego.

Traitors |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora