Estiro la cadena del inodoro y todo desaparece, pero volví a vomitar, esta vez todo líquido, ya no hay nada en mi estomago.
Me seque la boca con la mano rápidamente y Amy soltó mi pelo que lo estaba agarrando.
-Es solo el alcohol, nada más...
Me mira el abdomen y niega con la cabeza.
-Yo creo que debemos ir al hospital, me preocupa, no quiero que te pase nada
Me estuvo rogando una hora, yo se que es nada más fue el alcohol, pero hice lo que me dijo.
Amy me acompañó, esperamos hasta que nos atendió una amable doctora.
Le conté que me he lastimado el estómago, no dije nada más.
Ella presionó mi abdomen y yo proteste, me dolía.
-¿como te has lastimado?
-No lo recuerdo, ayer bebí mucho y hoy desperté asi
Soy pésima mintiendo.
-He vomitado esta mañana, pero estoy segura que fue por el alcohol, solo vengo a asegurarme de que todo este bien.
-Bueno, te haré unas pruebas
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Todo salió bien, pero antes de irme me dijo que si sufrí de violencia puedo contárselo y me ayudara, ya que vio las marcas en mis brazos, se lo negué rotundamente pero se que dejo todo asentado.
Salí y vi a Amy esperándome afuera fumando.
Lo apago y fuimos al auto.
-Te dije que estaba todo bien
Compramos unas medicinas que me recetó y luego recorrimos juntas la ciudad, le mostré algunos museos y luego volvimos al hotel, le invite a cenar y nos vestimos elegante.
-Es una cita -le digo melosa.
Me puse mi vestido negro escotado y unos tacones del mismo color, mientras Amy estaba en la ducha me maquille y arregle el pelo, aparte de mis moretones me veía muy bien.
Amy al salir se quedó literalmente con la boca abierta.
-Joder, ¿tu eres mi cita? Wow -me mira de pies a cabeza.
Yo me sonrojo.
Me puse labial rojo mientras ella se vestía en el baño y cuando salió me di cuenta de nuevo, lo enamorada que estoy.
-Perdón, no pensé que tendría una cita, por consecuencia no traje ropa muy elegante.
Traían un pantalón de vestir olgado, con una básica color blanco que iba dentro de sus pantalones, con unos tacones.
-Mirate, eres hermosa
Me acerque a ella y deposite un beso en sus labios.
Fuimos a un restaurante de primer nivel, no iba a ofrecerle menos a mi amada.
Ordenamos una comida cara, y me pedí agua, porque la doctora dijo que no mezcle mis medicinas con alcohol.
Disfrutamos de nuestra compañía, yo no podía apartar mi mirada de la suya, me sentía en el paraíso, como usualmente me pasa cuando estoy con ella, siento que todo alrededor desaparece.
-Te amo -digo sin inmutarme.
-Yo te amo más -me responde
Las horas pasaron, y llegó el momento de irnos, pagué la cuenta y aunque Amy se ofreció a darme dinero no lo acepte, esta fue mi invitación.
Apenas cruzamos la puerta de la habitación nos besamos como dos adolescentes que no pueden controlarse, bajo a mi cuello y con su mano alzó una de mis piernas a mi cintura pengandose aún más a mi.
Gemí en su oido intencionalmente y lami debajo de su oreja.
-Me encantas... -le susurre al oído.
Me alzó en sus brazos y me bajo en la cama con delicadeza. Me sacó los zapatos y también los suyos.
Beso mis piernas, hasta que llego a mi vestido y con dificultad y torpeza me lo saco y reímos ante eso.
Beso mi abdomen y las marcas que estaban ahí, las acaricio. Veía el dolor en sus ojos y eso me mataba por dentro.
Fue a mis brazos y se detuvo en cada marca, pero me cansé de que sienta mal y la acosté en la cama con fuerza.
-Olvida lo que paso, no fue tu culpa, solo fue la mía.
Me senté en su cadera y le saque la remera con desesperación, moría por hacerla mía esta noche.
Bese su cuello y luego lleve su cabeza a mis pechos donde beso la parte descubierta y bajo el cierre de mi vestido.
Me lo saque quedando solo con la ropa interior inferior.
Cuando le saque su brasier y sus pezones erectos quedaron al descubierto me prendí aún más.
-Me encantan como se ven, tan suaves y redondos... -dice acariciandolos.
Luego los lleve a mi boca donde los succione y alcé mi mirada, Amy estaba mordiéndose el labio inferior con la respiración agitada y nuestras miradas chocaron.
-Te ves sexy -dijo y agarro mi cabeza
La elevó a su altura y nos besamos con ferocidad.
Nos levantamos de la cama y me arrodillé para sacarle el pantalón junto con sus bragas.
Separe sus piernas y comencé a estimular su clitoris con mis dedos mientras besaba sus piernas.
-Joder -dijo gimiendo.
Llegó a un punto en que le tembló la piernas y me detuve, para llevar mi boca a su clitoris y mis dedos a su interior.
Ya sabía yo como le gustaba, así que los moví en círculos rozando su punto G.
-Dios mío, Cyn, no pares
Se agarraba de la pared y mi cabeza para no caer.
Cuando se corrió subí a sus boca y la bese.
-¿Te gustó? -le pregunté satisfecha.
-Tanto que pensé que moriría -dijo.
La abracé y me oculté en su cuello nuevamente.
-Sígueme...
Me llevó de la mano hasta el baño y comenzó a cargar la ducha, yo me limite a observarla.
Se acerca a mi y me da la vuelta, quedando así frente al espejo.
-Mirate... No tienes ni un mínimo defecto -puso su mano en mis cinturas.
-Tu abdomen, tu cintura, tus senos -menciona cada parte de mi tocandolo.
Verla tocarme frente al espejo me prendía más y más, puedo sentir la humedad entre mis piernas.
-Tu cuello -lo beso. -No sabes lo afortunada que soy de tenerte y que quieras ser mía
-Solo quiero ser tuya y de nadie más
-¿Ah si? ¿Solo mía? -metió su mano en mis bragas
-Ahh -gemi al sentir su tacto. -solo tuya...
La vi hacerme retorcer de placer, no quería acabar, quería sentirme así para siempre, en extasis total, pero llegó un momento en el que no aguante más y sentí un líquido salir de mi vagina. Fue el mejor orgasmo de mi vida.
-Joder, siente mi corazón -lleve la mano de Amy a mi pecho.
-¿Es la primera vez que te pasa esto? -me da vuelta y quedamos frente a frente.
Su sonrisa de oreja a oreja me pone satisfecha.
-Sí -le confieso.
-Esto es como un orgasmo más intenso
-Tengo que sentarme...
No aguantaba el temblor de mis piernas, sentía que en el cualquier momento me caería.
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Los Designios de la Vida
RomanceUna fría mañana, mirando mi ventana mientras desayunaba se me cruzó por la cabeza la idea, nunca pensé que esto sería el desenlace de toda la aventura planeada con tanta ingenuidad. Jamás en la vida pensé que me iba a ser posible enamorarme de algu...