Capitulo 37: Sal De Mi Vida.

1 0 0
                                    

Andrew comenzó a mandarme flores a mi casa, o me llamaba a preguntarme si estaba bien o necesitaba algo.

Pero está noche ha sido el colmo, se ha presentado en mi casa, para invitarme a salir, le dije que no, y se molesto.

-Cynthia, ¿tu crees que yo soy estúpido?

Me miró a los ojos fijamente.

-Nunca he dicho eso

-Yo se todo.

Sus palabras me demuestran demasiada seriedad y eso me hizo tener miedo.

-No sé a qué te refieres...

-Tú y tu amiguita Amy, son más que amigas

Que alguien más sepa de mi relación con Amy me da muchísimo miedo.

-¿Que dices? Estas loco Andrew, por favor, retirate...

-Piensa en mi propuesta de volver bebé, porque yo, solo hablo si tengo pruebas y las tengo de sobra.

Mi miedo se incrementa con cada palabra que dice.

-No sé de qué hablas...

-Tus vacaciones Cynthia, fuiste con ella, ¿por qué le das tanta importancia en tu vida a una simple campesina?

-Es mi amiga Andrew, eres un enfermo

-¿Amiga? Se quedaron 15 días en un hotel, las dos en una habitación, se ha quedado en nuestra casa, eso no hacen las amigas, y sabes que tienes todas las de perder...

-¿Me estas amenazando?

Esa fue una clara amenaza con quitarme a mi hija.

-Tú eres una mujer inteligente, ponte a leer la ley que habla de la sodomia y piensa en mí propuesta, oh, y esas no son las únicas pruebas que tengo

Se fue él solo hasta la puerta.

Cerré con llave nuevamente y me puse a llorar desconsolademente.

A la hora de siempre, llamé a Amy.

-Buenas noches Cyn

Su voz dulce me transmitió paz.

-Amy... Andrew nos ha descubierto...

-¿Que dices?

Le conté todo lo sucedido y se quedó en silencio.

-¿Amy, estas ahí?

-Sí, sólo que no se que decir...

Me siento perseguida y triste, Andrew esta loco.

Yo llame a Joe y le pedí que me dos días libres, cosa que aceptó.

De manera impulsiva, decidí viajar hasta la casa de Amy, asegurándome de que nadie me siga.

Llegué bastante rápido, estaba demasiado apurada y en la madrugada ya estaba en el hotel del centro de la ciudad, esperándola.

El sol comenzaba a salir y alguien tocó mi puerta.

Era Amy, quien se veía recién despierta, la metí dentro rápidamente.

La abracé, no la quiero dejar ir.

-¿Qué pasará de nosotras? -digo triste.

-No lo sé

Me dio un beso en la cabeza, yo seguía oculta en su cuello.

-Bésame -le pedí y mi tono de voz sonó como una súplica.

Y así lo hizo, nos fundimos en un beso, tranquilo y con sentimiento.

-Wow, mira esto -me sonrió y coloco sus manos en mi vientre.

Pero cuando ella lo hace si me gusta y no me da miedo. Le devuelvo la sonrisa.

-Joder, como he extrañado ver tu rostro

Ahora se fija en mi, y me da besos en todo el rostro.

-Cariño, te amo mucho, de verdad lo hago, solo quiero estar contigo, no se que hacer

-Tranquila, lo resolveremos. Y tu también sabes cuanto te amo -me responde

Nos seguimos besando, ella bajo a mi cuello y yo ya estaba a sus pies.

-Mmm, mira estos

Con sus manos apretó mis senos sobre mi ropa. Yo gemí, estoy deseosa de ella.

-Quiero que me hagas tuya, he extrañado tanto tus manos sobre mi cuerpo -dije muy necesitada.

Nos sacamos la ropa entre besos y caricias, estaba demasiado excitada, Amy quedó sentada con las piernas abiertas y mi cuerpo en el medio, con mi espalda pegada a su pecho.

Ella separó mis piernas y comenzó primero estimulando mi clitoris, yo con simplemente eso podía llegar a un orgasmo, pero introdujo sus dedos en mi interior y estalle de placer.

Gire mi cara y nos besamos. Gemí en sus labios y tono de súplica le pedí que no se detenga.

----

La pasamos bien en la mañana, pero no aguanté mucho y cai dormida a sus brazos.

Cuando desperté, la escuché que estaba hablando por el teléfono de la habitación.

No preste mucha atención, ya que con ella no tengo dudas ni miedos.

-¿todo bien? -le pregunto acariciando su brazo estando yo aún acostada.

-Si cariño, nada más avise a mis padres que llegare tarde hoy.

-¿Volverás? Tenía pensando quedarme este fin de semana -dije.

-¿Te quedaras? -sonrió de manera instantánea.

-Si... Quiero alejarme de todo sabes...

-Entonces me quedo contigo -se acostó a mi lado.

Yo estoy desnuda, y ella solo trae ropa interior. Me acosté en su pecho y sentí que es aquí donde pertenezco, en ella.

Moría de hambre, pero no me levantaría por nada del mundo de sus brazos.

Hasta que ella se vistió y salió a fumar un cigarrillo y yo fui a darme una ducha.

Al salir Amy aún no volvía y eso me preocupó, pero antes de que termine de vestirme llegó con algunas bolsas en las manos.

-Traje comida, no creo que sea bueno que tú y el bebé no coman durante tanto tiempo

Ya había oscurecido, recién me di cuenta cuando Amy volvió.

-Oh, muchas gracias

Comimos, no mucho, pero juntas, una frente a la otra, no podía dejar de mirarla y ella a mí.

-Te amo demasiado ¿Sabes? -me dice con una media sonrisa que me derritió

-Lo sé cariño, y yo te amo con la misma intensidad -le respondí.

Tocó el tema de Andrew y me acorde.

Es que cuando estoy con ella el mundo exterior desaparece y solo existimos las dos.

-No sé a qué se refiere a que tiene más pruebas, pero me da miedo... No es que yo considere que lo nuestro esté mal, pero ante los ojos de Andrew, lo está, y de la justicia, podría ser, porque si inicia un juicio para la tenencia de mi hijo, depende de lo que él juez piense... Según la ley claramente...

-Entiendo Cyn, por eso, en este momento, te quiero pedir algo...

La veo acomodarse en su silla, de tal manera que pone sus codos en sus rodillas y agarra mis manos. No me mira a la cara, mantiene la mirada fija en nuestras manos.

-Mirame...

-No puedo.

Se quedó en silencio unos segundos que para mí, se sintió como una eternidad.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 30, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los Designios de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora