Capitulo 32: Sorpresa. Parte 2.

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-Después de esto no creo volver a querer ser una chica buena -digo

Se rie y yo paso mis manos por su cuero cabelludo.

-Vamos a ver -rie.

Nos besamos y ella acaricia todo mi vientre y espalda, yo muevo mis caderas buscando su atención, la cual es captada inmediatamente.

Pasa sus dedos sobre mi clitoris y lo va moviendo lentamente, yo la dejo de besar, me aferro a su cuello y siento su mano libre pasarme por detras de la cintura, sosteniendome para que no me caiga.

-Santo Dios -digo extasiada cuando introduce sus dedos en mi interior.

Mis caderas se mueven al compas de sus dedos para maximizar mis sensaciones, hasta que llega a mi punto G, no tarde mucho en correrme. Arqueé la espalda y me temblaron levemente las piernas.

Me solté de su agarre y me tire boca para arriba en la cama tratando de recuperar el aliento. Cuando se acostó a mi lado puse mi cabeza sobre su pecho. Sus manos acarician mi espalda y yo entrelazo nuestras manos libres.

-¿Cómo lo haces? -le pregunto

-¿Que cosa?

-Me vuelves loca con solo mirarme y cuando me tocas me siento en las nubes - le confieso.

Se ríe y me da un beso en la frente.

Cuando mi respiración se vuelve normal, me siento en sus caderas y toco sus senos, juego con estos a mi gusto, estiro sus pezones con suavidad y lanza un pequeño gemido. Comienzo a besarla, amo sus senos, me entretengo con ellos varios minutos, bajo un poco más y la voy mordiendo, lo suficientemente fuerte como para que sienta placer.

Estímulo su clitoris con mi lengua y se que está llegando al climax cuando mueve sus caderas, introduzco dos dedos en su interior y los muevo en círculos.

-Te amo Cynthia, de verdad lo hago, no sabes cuanto te extrañé -dice Amy después de correrse.

Yo subo hasta su rostro y la beso.

-Yo te amo aún más, estar sin ti me generó un vacio inmenso en mi interior, que solo tú pudiste llenarlo, no sabes lo mucho que te agradezco que hayas venido

-Te queria sorprender, se lo estresada que estabas en el trabajo, y cuando hablabamos por teléfono tu voz sonaba triste

Nos quedamos abrazadas un rato, hasta que nos fuimos a dar una ducha para luego bajar a cenar.

Puse la mesa y unas velas para que sea más romantico.

Amy bajo con su pijama puesto y la invite a sentarse.

Comimos mientras hablabamos de lo que nos pasó estos meses separadas, fue muy agradable, después yo ya estaba muerta de sueño y subimos a dormir.

Lo mejor que me puede pasar es dormir acostada en el pecho de Amy escuchando los latidos de su corazón.

***NARRA AMY***


Su piel iluminada por la tenue luz de la luna, su respiración tranquila, su rostro relajado, todo de ella me hace derretirme de amor.

No se como es posible que un ser humano pueda sentirse así por alguien más.

Me puse a pensar en la manera salvaje en la que follamos, nunca pensé que sería capaz de pegar a Cyn, igual aunque haya sido de manera sexual y consensuada, pero verla gemir, retorcerse de placer ante mi me encantó y lo haría de nuevo.

Verla así, tan indefensa, me dan ganas de que mi unico proposito en la vida sea protegerla de todo mal.

Me dormí, después de admirarla, y creo que demasiado, porque un olor agradable me despertó.

Observo el reloj de mesa de Cyn, marcan las 11:45, me aseo en el baño y luego bajo.

La veo a Cyn cocinar en ropa interior y solo con mi remera, cosa que me hace sonreir automáticamente, como esta de espaldas a mi, no se da cuenta de mi presencia asi que voy lentamente y la abrazo por detras.

-Ay -dice asustada levemente.

-Buenos días -le doy un beso en la mejilla

-Buenos días cariño -me contesta en tono alegre.

-¿Por qué no me despertaste? -dije acariciando su vientre.

Observo que esta haciendo panqueques. Me pongo a su lado, estoy tan feliz de estar con ella.

-Pues, porque te veias muy tranquila, no quería perturbar tu sueño

La veo servir varios panqueques.

La ayude en lo que pude, y ella se sentó en mi regazo para desayunar, eso fue muy tierno, ya que al parecer es mutuo la necesidad de estar lo más cerca posible la una de la otra.

Entre besos y risas, pusimos mi ropa en un ropero para que este más cómoda y salimos a cenar, sabía lo que tramaba, porque antes me había dicho que cuando se divorciaba me iba a pedir para ser su novia, y que mejor lugar y momento que en una cena romantica en lo que parece ser un restaurante caro?

Se puso un vestido beige, ceñido al cuerpo con un escote pronunciado, no dejando mucho a la imaginación, por suerte, la afortunada soy yo, quien le se lo va a quitar más tarde.

Yo en cambio me puse un pantalón de vestir color mostaza y una blusa blanca con corte elegante, nada muy sensual.

Pedimos lo que deseamos, esperando la comida pedimos un vino, ella tomó más que yo, por ende tendre que conducir por ella.

La noche me transmite paz, hablamos de cosas sin sentido, entre roces suaves de nuestras manos, estoy casi segura que toda la noche no dejé de sonreir.

A la hora de pagar la cuenta, tengo que admitir que me pone mal que no me deje pagar y asuma todo ella, se que lo hace para consentirme, pero yo tambien quiero proveerle de estas cosas.

-Yo quiero conducir -me dice sin querer darme las llaves.

-Cyn, mejor si conduzco yo, tú tomaste más del doble...

-Bueno. -dice no muy a gusto.

Me empezó a indicar otro camino y le sigo la corriente.

Paramos en la playa y nos bajamos, se agarro de mi brazo, no nos adentramos, nos quedamos mirando el mar desde el auto, recostadas por este abrazadas de costado.

Los Designios de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora