Subimos las escaleras para quedar frente a su puerta en el porche, golpeo la puerta con suavidad y pasan unos segundos hasta que se escuchan unos pasos acercarse a la puerta.
Una mujer de unos 60 años, delgada, alta y con el cabello completamente blanco nos abre la puerta con una cálida sonrisa.
-Tu debes de ser Cynthia Scott -Me extiende la mano.
-La misma. -Asiento con la cabeza- Y usted la señora Lambert?
-Correcto
-Él es mi jefe, el señor Michaelson -Le presentó
-Un gusto -Respondió él durante el apretón de manos.
Nos invita a pasar y nos adentramos en el acogedor hogar de la señora Lambert. La casa se ve muy pulcra y ordenada, a simple vista se ve que tienen lo justo y necesario.
-¿Quieren una taza de té? -Pregunta con amabilidad.
-No se moleste señora Lambert, yo ya debo irme, solo quería asegurarme que Cynthia esté en buenas manos -Le sonríe
La señora acompaña nuevamente a Joe hasta la puerta y nos despedimos, los veo alejarse en su auto para volver nuevamente a la cocina.
Tomamos las dos un té y le pongo al corriente de cual seria mi labor para la empresa, también le menciono que yo estoy dispuesta a ayudar en todo lo que sea la casa, y hacer el trabajo que ellos normalmente hacen ya que me ayudaría a mejorar mi experiencia de redacción.
Dejamos todo muy claro, ella también me explica como funcionan aquí las cosas, menciona que está muy feliz de tenerme aquí ya que el pueblo es pequeño y no viene mucha gente.
Escucho que se abre la puerta de la casa, que se sacude algo y luego pasos acercarse hasta donde estamos.
-Buenos días -Dice una voz femenina, debe de ser la hija de la señora Lambert.
Alzo mi mirada y veo a una mujer de pelo negro y ojos grises, con una jardinera y remera blanca, también con unas botas, que no se ven muy limpias, debe de ser por el trabajo en el campo.
Me levanto de la silla como cortesía para saludarla.
-Buenos días -le pasó la mano con una sonrisa
-Buenos días -Mira a su madre
-Es Cynthia, la periodista de la que te hable
-Ah, cierto, lo siento. -Me mira a mi nuevamente- Soy Amy, la hija
-¿Puedes mostrarle cuál será su habitación? por favor -Le dice su madre.
-Por supuesto. Sígueme.
Voy detrás de ella y subimos las escaleras luego de recoger las dos juntas mis maletas. Mientras subíamos observo fotos familiares, se ven muy felices.
-Esta será tu habitación -Dice Amy abriendo la puerta.
Entramos y prende la luz, deja las maletas a lado de mi cama y yo observo todo detenidamente.
-Esta ventana es algo especial -Dice abriendo las cortinas blancas- Requiere un poco de fuerza para cerrarla pero se abre con facilidad.
-Entiendo -Digo con algo de timidez- Muchas gracias
-¿Te muestro el resto de la casa? -Me mira expectante
-Sí -Le respondo, no le podría decir que no
La sigo nuevamente, esta mujer camina algo rápido, me cuesta un poco seguirle el ritmo.
Los paredes de los pasillos son de color blanco, al igual que la de mi habitación y el resto de la casa.
-Esta es mi habitación -Me señala la habitación de al lado - y en esta, me señala la que está frente a mi puerta- No entramos.
Se puso más seria de lo normal, y creo que fallé al preguntarle instintivamente el por qué.
-Luego te irás enterando. Este es el baño -dice y luego ya va hacia las escaleras.
Volvemos al primer piso.
-La habitación de mis padres, su baño.
Habla igual de rápido como camina, por un momento sentí que era una molestia.
-El resto de la casa ya la conoces, después de almorzar, mi padre o yo te mostraremos los alrededores.
-Oh, muchas gracias -Le dije nuevamente.
Volvimos a la cocina y su madre estaba poniendo la mesa, me ofrecí a ayudarle mientras ella y yo charlamos de cosas sin importancia. Amy no se adonde ha ido.
Todo se sentía extraño, tenía mucha emoción por dentro, la señora Lambert es muy amigable y el ambiente de este hogar me gusta, siento que un par de días podría sentirme cómoda.
-La comida ya está lista -Me avisa- ¿Podrías llamar a Amy y a Eddy? Los dos han de estar por afuera
-Si, claro -Le respondo
Asumo que Eddy es el señor Lambert, ya que me había mencionado antes de venir que solo viven tres personas aquí y uno de esos era su marido.
Salgo y veo a Amy apoyada en la barandilla del porche de la casa fumando un cigarrillo, la observé instintivamente unos segundos sin decir nada, se veía tan relajada mirando el horizonte que no la quería molestar hasta que carraspee la garganta llamando su atención cosa que hizo que se girara involuntariamente a mirarme.
-Disculpe que la moleste, su madre me ha pedido que le avise que el almuerzo ya está listo -Le digo de la manera más educada posible.
Exhala humo de sus pulmones.
-Muchas gracias Cynthia -Me responde- Iré a llamar a mi padre
Se aleja con el cigarrillo aún en la mano, la observó alejarse, hasta que caí en cuenta de lo que estaba haciendo y volví a entrar a la casa algo confundida.
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Los Designios de la Vida
RomanceUna fría mañana, mirando mi ventana mientras desayunaba se me cruzó por la cabeza la idea, nunca pensé que esto sería el desenlace de toda la aventura planeada con tanta ingenuidad. Jamás en la vida pensé que me iba a ser posible enamorarme de algu...