Libro I | Saga Tentación
⚠️ Es necesario leer esta para entender las demás ⚠️
Evangeline William: humilde, eficaz ,divertida y fuerte. Es más que feliz con su vida, siendo la asistente del hermano de su mejor amigo. Todo parece ir bien hasta que de...
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Evangeline
CAPITULO 1
Escucho el sonido de la que era mi música favorita —era, porque ahora la odio—. No fue buena idea ponerla como tono de alarma, abro mis ojos lentamente para poder apagar la alarma que indican las seis y treinta de la mañana; tengo que levantarme para ir al trabajo, es la misma rutina todos los días.
Bostezo mientras me encamino al baño, luego de una relajante ducha, salgo con una toalla alrededor de mi cuerpo buscando la ropa de trabajo, que consiste en un vestido hasta las rodillas que se ciñe a mi silueta resaltando mis caderas y pecho, me pongo unos tacones negros, me maquillo un poco y peino mi cabello dejándolo suelto sobre mi espalda.
Al estar lista, me pongo en marcha hacia el trabajo, tomo un taxi, doy la dirección y me concentro en ver los árboles y casas a través de la ventana.
Llevo un año trabajando como asistente de Alejandro Edwards, dueño de 98 bancos y 235 hoteles en todo el mundo, está posicionado como uno de los hombres más ricos del mundo, mi mejor amigo: Alessio, es su hermano. Gracias a él tengo el trabajo, no porque no sea capaz, es todo lo contrario. Estoy graduada de la universidad en administración y capacitación de empresas, pero este mundo está tan jodido que si tu familia no es importante o tienes un apellido de renombre no tienes oportunidades, nunca me he quejado de mi vida, le doy gracias a Dios por permitirme cada día levantarme, tuve que esforzarme mucho para poder ayudar a mi padre a pagar mi universidad, cada día trato de que sientan que valió la pena cada esfuerzo.
Estaba tan sumergida en mis pensamientos que el chofer tuvo que chasquear sus dedos frente a mi cara para que saliera de mi transe, me indica que ya hemos llegado, pago y me encamino dentro de la empresa.
Pasando por el recibidor saludo a las chicas y solo Kathy me devuelve el saludo, las otras dos me miran de arriba abajo y como siempre se ponen a perder tiempo buscando mis defectos, no es que seamos enemigas o nos llevemos mal, es que ser la asistente del gran jefe es motivo de envidia y rencor.
Ya en el último piso del edificio, me dirijo a mi escritorio a organizar la agenda, miro el reloj en mi muñeca, dándome cuenta que el jefe llegaría en quince minutos. Me dedico a organizar el escritorio, la agenda y voy por su café.
Ya con el café en mano me dirijo a su oficina, dejo el café en el escritorio y me dispongo a organizar, siempre me he considerado una persona meticulosa, me gusta todo en orden y creo que esa es una de las cualidades que al jefe más parecen agradarles de mí, no puede ocultar la satisfacción que parecen mostrar sus ojos, cuando entra a la oficina, y ve todo como le gusta, incluido su café. Le doy un último vistazo a la oficina para asegurarme de que todo está en su lugar, cuando la puerta de abre.
—Buenos días señor —Sonrío, doy la vuelta al escritor y quedo frente a él.
—Buenos días, Eva. Ya te he dicho que en privado puedes decirme Alejandro — Niego con la cabeza mientras él toma asiento.