•|Capitulo catorse|•

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Alejandro

Llevo dos horas en la sala de espera, el doctor que la está atendiendo no ha salido y eso me pone de los nervios.

Sus amigas y Alessio llegaron hace una hora me vi obligado a contarle la situación a Alessio y me reventó el labio de un golpe lo merezco, por eso no me defendí, deseé tanto una oportunidad por tenerla a mi lado y cuando ya la tengo segura, pienso engañarla, más idiota no podía ser.


La puerta de la habitación se abre y el doctor fija su vista en mí, me pongo de pie inmediatamente y me le acerco.


-Dígame que está bien por favor – suplico.


-La señorita es fuerte, solo tuvo pequeños cortes y raspones nada roto de que preocuparnos.



- ¿Puedo pasar a verla? - estoy ansioso por verla y explicarle la situación en la que me encontró.



-En este momento está sedada, pero puede pasar y esperar que despierte - se
despide y se va.


Tomo respiraciones profundas antes de entrar, me duele verla en esa camilla con una venda en su cabeza y parches en sus brazos, es mi culpa.


Alessio me explico que ella nunca cruza la calle, nunca aprendió a hacerlo, que siempre pide el taxi desde muy lejos y cuando se detiene es que se le acerca, y desde que le puse el chofer ha sido más fácil trasladarse.


Busco con la mirada un banco en donde poder sentarme, lo encuentro en una esquina y lo llevo conmigo hasta estar a su lado. Acaricio su rostro y brazos.


-Despierta por favor, las cosas no son como las viste Evy - agarro su mano y recuesto mi cabeza de la cama cerrando los ojos.


Los minutos pasan y de repente siento que aprieta mi mano, levanto la cabeza de golpe para verla pestañeando para adaptarse a la luz.


- ¿Dónde estoy? ¿Qué pasó? Auch - se queja de dolor e intenta llevar una mano a su cabeza y distingue la intravenosa.


-Eva te atropellaron cuando salías de la oficina - se percata de mi presencia mira nuestras manos y las separa como si mi toque quemara, bajo la mirada dolido.


-No tienes nada que hacer aquí, bien podrían estar mis amigas, vete - su voz suena amortiguada, pero siento el enojo.


-Eva, yo no la llame, por favor escucha, ella fue a "entregar unos papeles" - hago comilla con mis dedos - y pregunto si me iba a casar, como es obvio dije que sí y empezó a desnudarse se sentó en el escrito y si debo admitir que puse mis manos en sus piernas, pero justamente poniéndolas llegaste tu.


-Y pretendes que te crea tal estupidez, tan estúpida me crees.


-Por favor créeme hablé con los chicos de la oficina de vigilancia, me mandaran el video del momento exacto en el que ella entro - eso parece convencerla.


-Esta...- es interrumpida por la puerta siendo abierta de golpe.


-Chubi mi amor - Alessio y su melodrama


- No vuelvas a asustarme así, pensé que te perdería - se le tira arriba abrazándola.


-Tranquilo Spiderman nunca me perderás - se funden en un abrazo sus amigas también entran.

-Gracias a Dios estás bien - Elizabeth siempre es la más emotiva está limpiándose las lágrimas.


-Nunca cruzas la calle Evangeline, sigue sin hacerlo - por supuesto que Camill se iba a enojar con alguien que está accidentado.

-Estúpida zorra ¿te crees inmortal o qué?


- Erielisa se sienta en el sofá.


-Se un poco emotiva Ery, mira cómo está - dice Alessio acariciando el cabello de Eva.


- ¿Que gano con eso? ¿Puedo ir a comprar a la tienda por ser emotiva? - le saca el dedo del medio.


-Ya chicos estoy bien - Eva nos regala una sonrisa. La puerta se abre y por ella entra una enfermera.


-Buenas tardes - sonríe y procede a revisar a Eva, a hacerle preguntas y revisar que todo esté en orden.


-Disculpa, cuando podrá irse - pregunto por qué quiero irme y consentirla en casa.


- El doctor recomendó que se quedara esta noche en observación, después de todo fue un choque - termina de medirle la presión - mañana a primera hoy puede irse - se despide y se va.


-Yo me quedaré chicos, pueden estar tranquilos, iré a la cafetería - salgo de la habitación camino a la cafetería.



Cuando estoy a punto de entrar siento una mirada quemando mi espalda y miro a los lados buscando de donde proviene. A lo lejos distingo una cabellera rubia y un cuerpo que conozco muy bien.


Intento seguirla, pero es en vano, desaparece igual que como apareció, estoy tentado a pensar que es mi mente jugando una broma el celular en mi bolsillo emite el sonido de un mensaje, lo desbloqueo
y ...


Desconocido: Alejandro, Alejandro, te dije que nos veríamos pronto mi amor
Maldigo el día que puse las manos sobre esa maldita mujer.

Un acuerdo tentador | I saga tentación +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora