•|Capitulo trentaidos|•

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Evangeline

Ya estoy lista para ir a la oficina, independientemente de que sea "la señora Edwards" tengo que trabajar, no voy a descuidar mi puesto por situaciones que no son mi culpa, mucho me ha costado mantenerme siendo la asistente de Alejandro esto no cambia nada.




Me dirijo a la cocina y dejo mi bolso en la encimera mientras busco los ingredientes para mi desayuno, tengo que alimentarme, quiero tener un bebé sano y fuerte.



Me decido por unos wafles con frutas, termino y espolvoreo un poco de azúcar glas, cuando voy al refrigerador a servir jugo de naranja suena el timbre.




Suspiro dejando la jarra de jugo al lado de mi desayuno y camino a abrir la puerta, me detengo y doy respiraciones profundas preparándome mentalmente para esto.
Cuando abro Alejandro está como siempre con su traje impecable, intenta hablar, pero lo interrumpo.



-Asegúrate de cerrar la puerta - lo dejo parado en la puerta y camino a la cocina y empiezo a desayunar, segundos después aparece y se sienta en una de las butacas que está el rededor de la encimera.




-Ev... - No logra terminar lo que iba a decir porque lo vuelvo a interrumpir.



-Quiero el divorcio - digo segura y no pienso dejarlo hablar más de lo necesario, no pienso dejarme llevar a su territorio.




- ¿Como que quieres el divorcio? - pregunta confundido.




-Y lo preguntas - sonrío amargamente - por favor, ya es definitivo tu puesto, ya nadie amenaza con quitártelo y quiero el divorcio, seguiré siendo tu asistente, pero quiero terminar esto - doy un sorbo a mi vaso de jugo.




-Eva, las cosas no son como las pintaron, Evangeline solo mostraron la foto que vendería, no las demás donde la apartó, debes creerme -habla desesperado.




-Y tú debes darme el divorcio, eres el hombre más poderoso de la ciudad, si te lo propones puedes adelantar el papeleo a un mes o quizás días - término de desayunar y pongo el plato y el vaso que utilice en el fregadero, tomo mi bolso y camino a la sala.




- ¿A dónde vas? - pregunta siguiéndome.



-Pues a trabajar - digo obvia.




-En tu estado no vas a trabajar - las carcajadas que salen de mi se escucha en todo el departamento.




-Quieras o no voy a trabajar, ¿quieres despedirme? Bien, conseguiré otro trabajo, y no me digas "en tu estado" sé en qué estado estoy, soy yo que lo lleva dentro.




-Así que es verdad, voy a ser papá - eso último lo dice más para él, pero logro escucharlo sus ojos brillan y no sé cómo tomarlo.



-Si Alejandro, estoy de casi 8 semanas.




-Sabes que me haré cargo de todo, no te faltará nada ni a ti ni al bebé por favor vuelve a mi - ruega mientras intenta acercarse, pero levanto mi mano y lo detengo.




-Quiero el divorcio - Abro la puerta y lo invitó a salir, cierro todo bien y bajo rápidamente y abordó el auto hacia la oficina.



Voy directo a la cueva de los lobos, pero no me voy a dejar intimidar o amedrentar, eh superado cosas peores.

Un acuerdo tentador | I saga tentación +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora