•|Capitulo 2|•

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Alejandro

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Alejandro


—Eres un idiota —Mi hermano Alessio dice a través del teléfono.

—Me siento cómodo con ella, Alessio, es buena en el sexo, y sabes que padre me dio un año para casarme. Estoy cansado de esta situación.

—Alejandro no estás enamorado, ella solo es una esponja que te seca las cuentas bancarias, crees que no sé qué semanal tienes que autorizar que el banco le dé más acceso a su tarjeta, ¡La maldita tarjeta tiene cinco mil dólares! Estás ciego hermano y cuando veas la realidad será de la peor manera —Toda mi familia dice lo mismo, no me interesa cuánto dinero gaste o en que lo gaste, siento un profundo cariño por ella y estoy seguro que solo no les agrada Dafne.

—Tenemos 6 meses juntos y en principio inicie esta relación porque papá me está amenazando con la precedencia, no voy a dejar que todo mi esfuerzo y años de trabajo se vayan a la basura por no tener una maldita acta de matrimonio, solo me quedan 6 meses para casarme, Alessio, no me des la espalda hermano —Me levanto de la silla con el celular pegado al oído.

—Llama a padre y consúltale tu decisión, adiós —cuelga, hablar con padre no es tan fácil para mí, Alessio siempre ha sido el consentido y él alardea de que es el favorito. Mi concepto es que los padres no tienen favoritos, solo cuidan más al más pendejo.

Pienso en la situación en la que me encuentro, soy consciente de que Dafne no es prototipo de buena mujer y menos de ser una buena esposa, pero a situaciones desesperadas medidas desesperadas. Decido no dar más largas al asunto y llamar a papá.

—Si nos veremos en menos de una hora, ¿por qué estás llamando, Alejandro? —dice padre apenas descuelga la llamada.

—Dafne está a punto de llegar y quería comentarte que le pediré matrimonio —Masajeo mis sienes esperando a que hable.

—¡No! Esa mujer no va a cargar con mi apellido, si he permitido esa relación es porque muestras estabilidad y así la prensa no dice que parece que tienes un harén, pero no, de eso quiero hablarte en el almuerzo, de tu novia  —Ese tono de voz es el único que me hace bajar la cabeza y mi madre cuando la miro a los ojos.

—Padre ella está a punto de llegar, ya le dije que tenía algo importante que decirle, ¿Que le diré? —Me sirvo un trago de whisky y lo tomo de golpe para aliviar la tensión.

—Qué tal si tienes pantalones y le preguntas quien es Ricardo, te es infiel y te saca dinero para darle lujos a él —No creo lo que padre dice, ella puede ser compradora impulsiva pero nunca me engañaría.

—No me es infiel padre, entiendo que no quieras el matrimonio, pero no la calumnies, adiós —corto la llamada y seguido la puerta se abre, ya no da tiempo a que Eva la anuncie.

—Hola, amor  —Se acerca a darme un beso, le correspondo y me aparto. Dafne es una hermosa castaña de cuerpo voluptuoso y bien proporcionado y ojos oscuros como la noche.

—¿Cómo estás? —pregunto.
Piensa, piensa, Alejandro, me digo una y otra vez, pero no menciones el matrimonio.

—Pues fíjate que iba a comprarte una hermosa camisa que vi y la tarjeta no pasó, necesito dinero cielo —dice con una sonrisa, es la segunda vez que pide dinero esta semana, realmente no sé cómo es que se gasta miles de dólares en días.

—Lo siento, Dafne, pero no puedo darte más dinero en este momento —Su sonrisa se borra de golpe y sus ojos reflejan confusión—. Voy a hacer inventario de gastos de las cuentas y en este momento no puedo darte —Espero que suene creíble.

—Bueno, entonces me voy, Alejandro —me manda un beso—. Me llamas cuando tengas el dinero, te quiero— No pienso mucho lo que acaba de pasar, recojo mi celular y le mando un mensaje a Mike el jefe del anillo de seguridad que siempre tengo a mi alrededor para que el auto esté listo, salgo de la oficina y camino al escritorio de Eva.

—Ya puedes irte, Eva —Me despido—. No regresaré hoy —sonrió.

Cuando llego al restaurante, me indican la mesa y padre ya está esperándome, cuando siente el movimiento de la silla baja el periódico y sonríe, pocas veces lo hace, tiene un humor un tanto negro para mi gusto.

—Hola padre, ¿a qué se debe la sonrisa? —Saludo, un mesero me trae el menú y pienso que ordenar.

—Oh, Alejandro, es que tengo cosas que decirte y son importantes.
Ordenamos. Padre saca una carpeta de su maletín que hasta ahora noto que lo trae y me la tiende.

No pierdo tiempo y la abro, deseo nunca haberlo hecho, son todos de Dafne con un hombre alto, moreno, en diferentes tiendas, restaurantes, yates; hay fotos besándose, agarrados de las manos, que lindo, todo muy romántico con mi dinero.

—Ese es el novio de tu asistente —Lo miro sorprendido—. Cuando ella te acuso de estar con la pasante que ocupó el puesto de Eva, estaba de vacaciones y te ha acusado con estar con Evengeline un sin número de veces, ella estaba iniciando su relación con este— Toca la foto del hombre— Ricardo Rodríguez, hazme el favor de llamar a tu asistente— dice lo más tranquilo.

—No pienso romper el corazón de Eva, padre, sabes lo que hará Alessio cuando ella le diga que estoy calumniando a su novio — Un día estaba de mal humor y le hable mal a Eva, al parecer lloro y mi hermano la encontró, cuando me dijo lo qué pasó, casi nos matamos a golpes.

—No seas estúpido, solo le haré una pregunta, no comentarás nada de esto —accedo y doy a llamar, un tono, dos tonos.

—Buenas tardes, señor ¿Que necesita?  —su voz me trasmite alegría y paz.

—Señorita William, le habla André —padre toma la palabra.

—Oh señor André, ¿en qué puedo ayudarle, pasó algo? —su voz suena preocupada.

—Tranquila, solo necesito que me diga los nombres de las tiendas de consumo de las tarjetas de la señorita Dafne —nos traen la comida, pasan los minutos y luego responde.

—Señor la mayoría de las compras son en tiendas masculinas, el consumo muestra, ropa, zapatos, joyas, también el alquiler de un yate en varias ocasiones, la compra de un departamento en el centro, en tienda femenina es poco, solo un guillo de oro blanco, pendientes, oh que casualidad, tengo unos iguales y par de vestidos, es todo señor.

Me quedo mirando a mi padre, porque no compro mi ropa en tiendas, mi hermana Artemisa es una de las mejores modistas y es quien nos viste.

—Gracias mi niña  —Padre cuelga la llamada.

—Escucha con atención, Alejandro, vas a terminar con esa muchacha y buscarás la manera de conquistar a Eva, sé que siempre has querido estar con ella, pues aprovecha la oportunidad; ella si es una persona decente, la conocemos de toda la vida, recuerda que te quedan 6 meses del plazo estipulado, llévate la carpeta y haz que Evangeline deje a ese hijo de puta  —Por mi parte no digo nada, porque no tengo nada que decir, nos despedimos y voy camino a casa.

Un acuerdo tentador | I saga tentación +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora