•|Capitulo venticiete|•

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Alejandro

Sabía que ella estaba detrás de todo esto, en el momento del disparo salí corriendo por varias razones, una de ella fue el grito desgarrador que salió de Alessio y Eva y la otra encontrar al culpable, pero no tuve mucha suerte.


Convencer a Eva de que lo había sido su culpa fue difícil, más difícil fue sacarla del hospital.


Salí lo más temprano que pude de casa, tengo que ver a Valerie, tengo que detenerla.


Eva seguro irá al hospital y luego a la oficina.

Yo me dirijo fuera de la ciudad donde la cite, no me puedo arriesgar a que un paparazzi nos vea juntos y salgan las especulaciones con solo días de casado.


Llegó al restaurante y le entregó las llaves del auto al chico del valet parking e ingreso, me acerco al administrador.


-Bienvenido, tiene reservación - pregunta sonriente.


-Si, Alejandro Edwards.


-Mesa tres al fondo, su cita llegó hace unos minutos.


Le agradezco y camino a la mesa, mientras me acerco la veo, es hermosa y tiene un cuerpo bien proporcionado, pero está loca y yo no soy psicólogo para estar tratando con locos.


-Buen día - digo mientras me siento y ella solo sonríe coqueta.



-Sabía que te ibas a aburrir y me ibas a llamar - tamborea los dedos en la mesa.



-Valerie no me eh aburrido de nada, como no quieres que te llame si casi matas a mi esposa en plena boda.


-No merece ser llamada así, yo te di todo, yo merecía tener el título de nueva señora Edwards no ella.



- ¿Qué es lo que quieres Valerie? Dime.



Cuando iba a responder llega una camarera y nos tiende el menú, se va y yo leo a ver si me apetita algo, pero no, la cuca vuelve y solo pido un whisky y Valerie una copa de vino.




-En lo que estábamos, te quiero a ti - dice segura - quiero que vuelvas a hacerme el amor todas las noches como lo hacías antes, quiero que me tomes donde sea sin vergüenza porque soy tu mujer, quiero llegar a la empresa y que todos sepan quien soy.



-No me amas, lo que quieres es el poder que te otorga ser la señora Edwards, no te hacia el amor Valerie por Dios, te follaba, en mi escritorio y donde sea porque no tenía por qué guardarte respeto, entiende por favor, no te amo, por favor no le hagas daño a personas que no tienen nada que ver con mis decisiones, antes de Eva ya te había dejado por Dafne, Eva y sus parientes no tienen nada que ver.



-Ella porta un título que no merece y si con lo del pequeño accidente no entendiste pues no es mi problema.



-Conociste a Eva las últimas veces que fuiste a la oficina, tu misma me dijiste que era una chica encantadora, y ahora te empeñas en hacerle daño, sacando a dos personas que acabaron con su infancia y adolescencia, eres un monstruo.



No le doy tiempo a decir nada, me pongo de pie para irme de aquí, solo una pérdida de tiempo, le indico al administrador que ponga todo a mi cuenta, total el restaurante es de Diego mi primo por parte de mamá.



Salgo y estoy esperando que el chico traiga mi auto, cuando siento que me toman de los hombros y me dan la vuelta, Valerie sonríe muy gustosa, y luego estampa sus labios sobre los míos, de la impresión abro la boca y ella aprovecha para introducir su lengua, pongo mis manos en su cintura para apartarla y la empujo bruscamente, luego me limpio
con la manga del saco y escupo.



-En tu vida vuelvas a ponerme la mano encima - digo con asco y agradezco que el chico llegue en ese momento, me pongo en camino a la empresa a recoger a mi mujer e irnos a casa.

Un acuerdo tentador | I saga tentación +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora