Un acuerdo tentador | I saga tentación +18

•|Capitulo onche|•

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Evangeline

-No sabes cuando desee esto - me dice con un tono ronco y sensual que hace que el vello de mi cuero de erice y lo beso.

No sé qué me lleva a confiar en él, pero me dejo llevar.

Siento como sus manos entran por la camiseta y van subiendo por mi abdomen hasta llegar a mis pechos, se sorprende porque no llevo sujetador, con la mirada pide permiso y solo asiento y saca la camisa. Acaricia mis pechos desnudos provocando que mi piel casi esté en llamas comienza a repartir besos por mi clavícula mientras acaricia mis pechos se lleva uno a la boca mientras acaricia el otro y no puedo evitar gemir, no había experimentado este placer me aferro a su cabello, estirándolo por el placer que me está dando.

Cuando siento una de sus manos bajar mi short junto a mi braga me siento insegura cuando me mira, pero al verlo su mirada está llena de adoración y deseo y el miedo se esfuma al instante se acerca más a mí y me doy cuenta que mientras estoy desnuda el lleva mucha ropa todavía.

Meto mis manos bajo su camiseta y se la saco, dejando ver su cuerpo trabajado y lleno de tatuajes, la lanzo al piso me besa y con sus manos va bajando su pantalón de pijama paseo mis manos por su marcado abdomen cuando está desnudo bajo la mirada y ¡Me va a partir en dos! Hace más de cinco años nada entra en mi por un momento mis pensamientos se desvían hacia todo lo que me hicieron, pero alejo esos pensamientos de mi mente y me concentro en ese semental que tengo encima. Me doy un segundo para observarlo y no puedo dejar de mirar su miembro.

-Eres hermosa y exquisita Eva - me dice con la respiración agitada y vuelve a besar mi cuello. Cierro los ojos cuando de repente comienza a bajar sus besos por mi hombro, luego a mi pecho izquierdo en donde muerde y lame un momento el pezón haciéndome soltar un gemido y aferrarme a su cabello.

Sigue bajando por mi abdomen hasta llegar a mi entrepierna y la anticipación me consume.

Baja a la parte interna de mis muslos de forma lenta y tortuosa haciendo que de mi escape un gemido más, gracias Dios vuelve a subir a mis labios. 

Aferró mis piernas a su cadera, envolviéndolas mientras mis manos se aferran a su espalda.

Desliza una de sus manos por mi abdomen hasta mi entrepierna y sin rodeo alguno siento como introduce un dedo en mi haciéndome soltar un gemido que logra cubrir con sus labios, mueve su dedo de manera deliciosa y exacta para que mis gemidos sean imposibles de callar.

-Estás tan mojada - sisea contra mi oído y su voz ronca de deseo me hace estar a un paso más del cielo.

Me besa y siento como saca su dedo y como pasea su miembro en mi entrada, pero se queda ahí, no hace nada más y quiero gritar de la desesperación.

Cuando estoy a punto de hablar siento como entra en mi haciéndome arquear la espalda, soltar un gemido de puro placer y dolor aprieto más mi agarre con mis piernas en su cadera y clavo mis uñas en su espalda.

-Estás tan apretada -lo escucho jadear
Comienza a entrar y a salir de mí y casi quiero volverme loca por sus movimientos contra mí y por la forma en la que nuestros cuerpos chocan.

Siento su respiración agitada en mi oído mientras mis gemidos inundan por completo la habitación y el sigue penetrándome sin contemplación, pero no puedo poner queja alguna porque me encanta.

El tiempo no parece tener sentido desde que esto comenzó, siento como un calor y cosquilleo se forman en mi vientre, no aguanto más y siento como el orgasmo se apodera de mí, al poco tiempo Alejandro también llega y siento como su semen calienta mi interior.

Alejandro se deja caer sobre mí y comienzo a acariciar su espalda, pero rápidamente el arrepentimiento llega a mí, lo hecho a un lado y como puedo me pongo de pie y me dirijo al baño cierro la puerta con seguro y me dejo caer al piso con mi espalda pegada a la puerta, abrazo mis piernas y entro mi cabeza entre ellas.
¿Qué va a pensar de mí? ¿Pensara que soy una cualquiera que se entrega en el primer momento? ¿Por qué lo hice? ¿Por qué me deje llevar?

Escucho unos toques en la puerta y rápidamente me levando y quedo frente al espejo del baño y ¡Oh por Dios! Mi cuello y pechos están lleno de moretones.

-Eva ¿Está bien? - No aguantó más y rompo a llorar, soy una puta no supe resistirme no supe manejar la situación, quise sentirme deseada y anhelada y mira a donde me llevo.

-Quiero estar sola Alejandro – sollozó.

-Si no abres la puerta la voy a derribar, no sé qué estarás pensando, pero te pido disculpas no lo resistí Eva, hay cosas que debes saber por favor abre - No sé cómo lo voy a mirar a la cara, no tengo el valor ¿y si piensa como Esther? Que solo soy una provocadora, tal vez piense que me puse ese short y camiseta para provocarlo, Dios soy una puta un fuerte sonido me saca de mis pensamientos y me quedo mirando la puerta en el piso y a Alejandro con un bóxer negro de pie en el marco.

-Por favor no te arrepientas, no llores - se acerca y seca mis lágrimas, oculto mi cabeza en su pecho mientras lloro y siento sus brazos alrededor de mí.

-Lo siento Alejandro no quise provocarte lo siento, te juro que no soy una puta - siento un fuerte dolor en mi pecho.

-Claro que no eres una puta, eres una mujer maravillosa Eva y llevo esperando poder hacer esto contigo desde el momento que te conocí - levantó la mirada de golpe, no puedo creer lo que dice, ese día estaba toda demarrada y en ese tiempo estaba muy delgada.

-Siempre te he deseado Evangeline.