Inmarcesible/ KTH

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2/ parte del maratón.

Ari sabía que Taehyung en cualquier momento subiría.

Con el corazón acelerado, cuando el teléfono había sonado y el hombre de recepción le había informado de la presencia de Taehyung, había solicitado que no subiera, pero con una disculpa, el hombre le había informado que ya se encontraba en camino.

De todas formas, no era como pudiera impedir el paso a quien pagaba la habitación.

Con temor, en esos momentos, miraba hacia las puertas del ascensor, esperando que en cualquier momento se abrieran cediendo paso al nuevo hombre que la atormentaba. Ahí estaba él, usando un impecable traje negro, con las manos unidas en la espalda y una expresión de completa indiferencia en el rostro, ni siquiera parecía asombrado por verla.

Pero Ari no sabía el talento que él poseía para disimular sus emociones y en esos momentos, disimular parecía la mejor idea.

Cuando salió del ascensor y se acercó a ella, tuvo el reflejo de retroceder espantada, lo que inmediatamente derrumbó toda seguridad en Taehyung, frenando sus movimientos y delató el dolor que eso le provocaba en su mirada.

Carraspeó, fingiendo que eso no había sucedido y retrocedió devolviéndole a Ari su espacio personal.

-Suponiendo que quieras irte del país, mi avión partirá cuando gustes. Solo tienes que decírmelo -dijo sin mirarla, consciente de que si observaba sus ojos café la culpa lo mataría.

¿Qué había echo mal? Era lo que llevaba preguntándose y no daba con la respuesta. Probablemente sí hubiera sido sincero con ella desde un comienzo, pero haberle hablado de sus gustos cuando el trauma era todavía reciente, sonaba ilógico. Incluso imprudente. En su mente había esperado que ella jamás diera con aquella puerta.

-Quiero irme ahora.

Intentó fingir que eso no le importaba en lo absoluto, pero en el interior Taehyung había mantenido la esperanza de poder hablar con ella. Explicarse ahora que ella tenía dudas, incluso evitar que se marchara.

-De acuerdo, pero júrame que no irás a donde están esos hombres -ella se quedó en silencio, si de algo estaba segura era que para allí no regresaría.

-No, no pretendo entrar nuevamente en la boca del lobo, me iré a un pequeño pueblo en Busan.

-¿Estarás ahí sola? -preguntó con interés.

-No, pero me se cuidar -aquella respuesta no fue suficiente para Taehyung y sin pensarlo dos veces dijo.

-Una de mis amas de llave te hará compañía hasta que estés estables -Ari negó, pero la mirada desafiante de Taehyung la intimidó.

-Bien -fue lo único que dijo entre dientes.

-De acuerdo, toma tus cosas y permíteme acompañarte hasta afuera.-Ella se acercó a la cama donde tomó sus pocas pertenencias, y con algo de inseguridad se acercó a él para entregarle la ropa que había cogido del clóset la noche anterior.

-Consérvalo.

-No es mío -respondió de forma distante y le apoyó la ropa sobre su pecho obligándolo a sujetarlo.

Tenía pensado utilizar las prendas que había dejado en la cabaña, tal vez algún día podría recuperar la suya, aunque dudaba que Mike se lo permitiera y si era honesta, no quería tener que volver a enfrentarlo. Hasta el momento que la hubiera echado era lo mejor que le había pasado.... Taehyung sin duda alguna era lo mejor que le había pasado.

Sacudió esos pensamientos y se dispuso a ir al ascensor.

-Ari, por favor -suplicó él y dejó caer la ropa al suelo-.No tienes por qué temerme, no soy como él. Jamás te obligaré a nada.

Lo miró, consciente de que en sus ojos había un brillo de honestidad, aunque ya se lo habían dicho; Taehyung no era un mal hombre, y seguramente ella estaba siendo muy dura con él después de la ayuda que le había dado.

-Está bien, solo... no puedo comprender y aceptar lo que usted hace -confesó-. No es sano para mí.

-No tienes por qué aceptarlo o comprenderlo, solo ignóralo.

-No puedo -afirmó alejándose de él-. No puedo ignorar algo que me aterra de todas las maneras posibles y tal vez algún día pueda, mientras necesito un poco de espacio.

Taehyung sacudió su cabeza acercándose a ella, reduciendo el espacio entre los dos.

-No tienes que tener miedo, Ari.

-No lo tengo... -susurró.

-Ari, te juro que jamás volverás a ver esa habitación. Solo no me mires como si fuera un monstruo.

Cerró los ojos cuando él sostuvo las manos a centímetros de sus mejillas y esperó hasta sentir su tacto en su piel. Era diferente y nuevo, acariciaba sus mejillas con delicadeza. No comprendía como un hombre que disfruta lastimar a su pareja sexualmente, podía ser delicado y considerado.

Dejó que ese olor a menta la envolviera. No podía temerle, él le inspiraba una seguridad que nunca antes había sentido, y aunque sabía que debía alejarse de él, no estaba segura de que fuera lo mejor.

Suspiró sintiendo como acariciaba su rostro con sutileza y se acercaba de tal forma, que sus narices se rozaron.

Se sentía perfecto... Pero también había sido perfecto con Mike en su tiempo y luego todo se había arruinado, por eso necesitaba alejarse y sanar.

-Quiero irme, Señor Kim.

Él se apartó con decepción y asintió señalando hacia el ascensor.

Para ambos, ese camino de regreso al lobby fue una completa tortura, los cinco minutos más largos de sus vidas. Donde ambos luchaban contra impulsos, ella quería abrazarlo y él por otro lado, quería besarla apretando su cuerpo contra el suyo, demostrándole lo bueno que podía ser estar en los brazos del hombre adecuado y alejar todas sus malas experiencias de su mente.

Quería remplazar sus horribles recuerdos, y enseñarle que una mujer si podía disfrutar en las manos de un hombre.

Pero ninguna de esas dos cosas sucedió.

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Hola, aquí estoy nuevamente 😏😏 jajajaja recuerden que estamos de fiesta 🎉🎉🥂🥂🍾🍾

La tercera parte del maratón lo tendrán mañana 💜💜💜o tal vez más tarde.

Cuídense y un beso gigante.

Y ahora una pregunta para ustedes:

¿Cómo encontraron o conocieron a Wattpad? 😏😏😏