•28•

628 85 37
                                    

Contenido adulto leve:

El agua de la ducha dejó de caer lentamente, Ari paso sus manos por su cuerpo, retirando el rastro de agua y torneo su cabello con sus manos, secándolo  rápidamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El agua de la ducha dejó de caer lentamente, Ari paso sus manos por su cuerpo, retirando el rastro de agua y torneo su cabello con sus manos, secándolo rápidamente.

El baño de la casa de Taehyung era enorme, y así como el tamaño se le hacía demasiado exagerado, también estaba completamente expuesto al exterior, con cristales en lugar de paredes.

No le preocupaba estar bañándose con tanta visibilidad, la playa era privada, y estaba cerrada para que nadie pudiera espiar la propiedad, pero nada impedía que Taehyung la mirara, por eso al voltearse enfrentándose a la mampara y por lo tanto la puerta estaba abierta de par en par.

-¿Qué haces? -preguntó avergonzada cubriendo sus senos al ver a Taehyung de pie en el umbral, admirando su cuerpo con perversión.
-Admirarte.

-Taehyung, estoy desnuda -se encogió de hombros con una sonrisa.

-No hay nada que ya no haya visto -tenía un punto a su favor, lo que la llevo a retirar sus manos de su cuerpo y tomar la toalla que colgaba de la pared-. ¿Te han dicho que tienes un cuerpo hermoso? -ella negó secándose el rostro-. Bueno tienes un cuerpo hermoso.

Comenzó a acercarse lentamente a ella, planeando, pensando, la miles cosas que podría hacerle a ese bello cuerpo, todo el placer que podría darle. Sujetándola por la cintura desnuda, la pego a su cuerpo, sin importarle que su piel estuviera húmeda, y busco sus labios, introduciendo su lengua en su boca mientras sus manos descendían hasta llegar a sus glúteos, apretándolos con sus manos, y pegándose contra su cuerpo con mayor necesidad.

Tomándola por sorpresa la alzo en sus brazos, caminando hasta la mesada que había en el baño y apoyándola sobre ella, disfrutando de su reacción al sentir el frío del mármol contra su piel.

-Mírame, Ari -pidió-. Quiero que me mires, que sepas que soy yo, que no te haré daño, ¿de acuerdo? Confía en mí -ella asintió sin dudar, esperando dudosa.

Entonces, con lentitud, dejando que ella viera cuales eran sus intenciones, se sacó un pañuelo negro del bolsillo trasero de su jean, y lo doblo retrasando el momento, por si ella prefería negarse.

-Cuando uno de nuestros cinco sentidos es bloqueado, los otros se sensibilizan -explicó cubriendo sus ojos con la tela negra, y atándolo en la parte trasera de su cabeza, cuidando de no tirar de algunos mechones de pelo enredado-. Si no puedes ver, no sabes que sucederá a continuación, por eso, tu cuerpo intentará descubrirlo, lo que te volverá más sensible a lo que decida hacer, sentirás más placer.

-¿Qué me harás?

A pesar de no poder verlo, escuchó su risa y se lo imagino sacudiendo la cabeza, negándole la respuesta.

-Si te lo dijera, ya no tendríamos el mismo resultado -pellizco uno de sus pezones sin alertarla, provocando que ella reaccionara con sorpresa, brincando sobre la mesa y riendo al mismo tiempo-. Me ausentare solo unos minutos, pero es muy importante que no te quites la venda, nada sucederá si lo haces, pero realmente me decepcionaría.

Inmarcesible/ KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora