Capítulo 22

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Salieron de casa y el niño les decía por donde ir, pasaron por la tienda donde Deku había ido, giraron a la izquierda y pararon en una casa algo grande y muy bonita.

Deku se agachó a la altura del niño.

—Shoyo, ¿aquí es donde vives? —preguntó Izuku.

—Sí, lo lamento Deku, pude haber venido solo hasta aquí pero me daba miedo, había ido al parque con mis amigos, pero ellos se fueron antes que yo y quedé solo, no tuve el valor de venir a casa —respondió con la cabeza baja.

—No te preocupes Shoyo, cualquier niño se asustaría al estar solo en un lugar, yo también era así —miró a Bakugo.

—¿Cuántos años tienes mocoso? —preguntó Bakugo.

—Tengo cinco años, los cumplí hace poco —dijo con una sonrisa.

—Bien, hazte más fuerte, para que la próxima vez que te quedes solo no tengas miedo —dijo Bakugo con una sonrisa.

—Me haré fuerte Dynamight, lo prometo —sonrió de oreja a oreja.

—Eso espero mocoso —dijo Bakugo.

—Bien, tocaré el timbre —comentó el peli verde. Después de unos minutos una mujer abrió la puerta.

—¡Mamá! —gritó Shoyo y abrazó a su mamá.

—Shoyo, ¿porqué demoraste tanto? —preguntó preocupada.

—Lo siento, pero ellos me acompañaron a llegar a casa —la mujer alzó la mirada.

—¡Muchas gracias por acompañar a mi hijo! —hizo una reverencia como agradecimiento.

Izuku se quito la mascarilla y el sombrero. Bakugo hizo lo mismo.

—Fue un gusto señora — dijeron los dos a la vez.

—Son... Deku y Dynamight —dijo con asombro.

—¡Sí mamá! —dijo Shoyo con una sonrisa.

—Oh por dios... ¡Están en mi casa! Entren por favor —dijo emocionada.

Los dos entraron y vieron a un hombre sentado en el sillón leyendo el periódico. Se dio la vuelta al oír unas voces.

—¡Querida! ¿Estoy viendo mal? —preguntó sorprendido al ver a Izuku y a Bakugo.

—No querido —respondió.

—Oh Dios, ¿por qué están aquí? Y por favor siéntense —dijo el señor.

—No tienen que sorprenderse tanto, sólo acompañamos a su hijo a venir a casa —respondió el peli verde con una sonrisa.

—Muchas gracias —dijo el señor e hizo una reverencia.

—Deku, Dynamight, voy a tener un hermanito —dijo Shoyo con una sonrisa.

—Lo sabemos mocoso, nos dimos cuenta al ver la barriga de tú mamá —respondió Bakugo.

—Shoyo es un buen chico, creo que voy a venir a visitarlo todos los años —dijo Izuku con una sonrisa.

—¿En serio? ¡Sí! —gritó Shoyo mientras salta de alegría.

—¿Habla en serio? —preguntó la señora.

—Sí —respondió.

—Sería un honor —dijo el señor feliz.

—Bueno, ya tenemos que irnos nerd. La próxima vez que vuelva, me darás un buen golpe con tu kosei, ¡¿entendido!? —dijo Bakugo al mirarlo.

Asintió Shoyo con mucha emoción.

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