Treinta y cinco.

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     Peinó su cabello de varias formas, pero ninguna le era más agradable que la anterior, así que terminó por tomar un poco de crema para peinar y la aplicó sobre su cabello apretándolo lo suficiente para que las mechas se quedasen así

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     Peinó su cabello de varias formas, pero ninguna le era más agradable que la anterior, así que terminó por tomar un poco de crema para peinar y la aplicó sobre su cabello apretándolo lo suficiente para que las mechas se quedasen así.

     En el grupo de WhatsApp que tenía con sus amigos empezaron a ponerse de acuerdo para reunirse en la casa de Luka Couffaine, ninguno de ellos tenía idea de que Marinette tenía sus propios planes. Sólo conversaría con Adrien, no era nada malo si lo invitaba a cenar a casa, ¿o sí? Quizás la situación se volvería incómoda para ambos si estaban solos, quizás no, debía estar en esa situación para comprobarlo, pero ¿qué quería sacar Agreste con venir? ¿Qué le urgía tanto?

     Pensó que sería buena idea mirar la hora en su teléfono, pero en cuanto lo sostuvo entre sus manos éste vibró, haciéndole saber que había llegado un mensaje de texto de él. Con su dedo índice deslizó la pantalla para ver qué decía. ¿Era normal que algo tan simple le hiciera contraer los músculos del abdomen?

Ceniciento ♡: Estoy afuera, ¿me abres?

     Podía apretar un botón y decirle que caminase hasta la entrada de la mansión, pero le pareció correcto llegar hasta él. Corrió hacia la puerta tan rápido como pudo, pero luego mantuvo la compostura para pasar sobre el camino de piedras que serpenteaba todo el parque hasta llegar a los muros de piedra y la reja negra marcada con las iniciales D y C en cada puerta.

     Adrien tenía el cabello despeinado, estaba derecho con los brazos muy firmes mientras sostenía bolsas. Cuando lo miró fijamente no pudo evitar sonreír de medio lado, se veía muy lindo cuando parecía feliz y mucho más si ella lo había provocado. Esperen un minuto, ¿se estaba burlando de ella?

-¿Qué traes ahí? -murmuró viendo las bolsas al abrir la reja manualmente.

Como quería pasar el rato contigo, creí que nunca está de más pedir la clásica comida china.

     Había dejado cuidadosamente las bolsas en el suelo para mostrarle la libreta. Vaya, empezaba a mejorar y ya podía escribir de nuevo. ¿Por qué no le gustaba eso?

     Porque quizás era mejor mirarle los labios.

-Buenas noches -moduló lenta y cortésmente cuando pasó por su lado. Marinette tragó saliva y le quitó una bolsa de la mano.

-Dame una, creo que es lo mínimo que puedo hacer para agradecer que compraras una de mis comidas favoritas.

-¿En serio? -moduló sonriendo de nuevo, pero esta vez caminando hacia atrás.

-No hagas eso, ¡te caerás! -el ojiverde negó travieso, estaba de buen humor y quería juguetear, pero un paso en falso lo hizo tropezarse-. ¡Adrien! -se le cayó la bolsa de la mano tratando de sostenerlo, pero sorpresivamente el rubio puso ambos pies sobre el camino de manera fácil-. ¡¿Estás jugando conmigo?! -él asintió inocente y siguió caminando hacia atrás, viendo cómo ella recogía la bolsa y se le acercaba.

Stay || Adrinette AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora