Capítulo 11.

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La veo salir de la habitación arreglando su ropa y mi corazón duele más que las punzadas que lanzan mis costillas por la actividad reciente. Mi cuerpo entero tiembla de impotencia y me es inevitable llevar mis dedos a mi boca cuando noto su excitación sobre éstos.  Su sabor dulce y suave hacen que mi polla se contraiga por las ganas de enterrarme en ella pero no puedo… 

Pude dejar todo de lado. Mi vida entera y mi carrera por una noche con ella pero cuando la toqué fue un golpe a mi realidad. Cuando su cálido interior me recibió y la vi tensarse supe que algo estaba extraño y cuando intenté introducir un segundo dedo era muy estrecha.

— ¡Era virgen, maldita sea! — grito a la nada.

Una cosa es tener el valor de meterte con tu hija y otra muy diferente es tener la valentía de dañarla de esa manera, si ella quiere perder su virginidad no será conmigo por que ella merece algo mejor, no quiero que recuerde ese momento especial como: tu padrastro te rompió. La incertidumbre de lo que pasará me está matando por que ahora que la probé han cambiado muchas cosas.

No soporté verla en los brazos de ese niño imbécil que no tiene idea de como colocarse un condón, no puede tocarla y creo que Leyra morirá virgen por que yo no puedo dañarla así pero no permitiré que otro bastardo la toque.

Gracias a mi actuar ella sabe que la deseo y no tengo idea de por qué me dejé llevar de esa manera, solo se que me produjo mucho asco verla como una zorra frente a un bar completamente borracha pero soy un hijo de puta, el peor de todos al golpearla de esa manera.

Con el recuerdo de sus labios danzando sobre los míos gravado en mi retina decido volver a mi habitación en donde me encierro y dejo que la moral me golpee una y otra vez reclamándome el grave error que he cometido.

¿Por qué ella?.

No dejo de pensar que pudo haber sido cualquier otra persona en el mundo la que se adueñara de mis pensamientos pero tuvo que ser mi hija, alguien que debería ser sagrado y no hago más que fantasear con esos pezones sobre la tela de su vestido, lo bien y perfecto que se sintió tenerla con sus piernas a cada lado de mi cadera y como pequeños gemidos se escapaban de ella en volviéndome.

Creo que el peor pensamiento en mi cabeza es que cuando comencé a verla de otra forma fue por que creí que era una chica sucia, me la pasé horas preguntándome quien fue la persona que la introdujo en el mundo del BDSM y que tan buena sería en la cama y ahora me doy cuenta que toda mi fantasía fue una idiotez por que mi niña es pura, nunca han ensuciado su cuerpo y eso de alguna manera perversa me parece lo mejor del puto universo pero es que es tan importante para mi que el miedo es más grande que el placer.

Confuso me levanto la mañana siguiente y espero encontrarla en la mesa para el desayuno y no aparece, Agatha llega para la comida y Leyra no sale de su habitación. Voy hasta su puerta y toco un par de veces pero solo se escucha una música deprimente de fondo cosa que oprime mi pecho.

NOCIVO +21 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora