NOCIVO +21

Capítulo 29.

Leyra…

“Todo lo que tenga necesidad es manipulable”.

“Cada humano hará con su libertad lo que mejor le parezca, incluso puede elegir ser esclavo”.

“El único medio de conservar el hombre su libertad es estar siempre dispuesto a morir por ella”.

“La muerte de una mujer hermosa es, sin duda, el tema más poético del mundo”.
“La libertad es incompatible con el amor. Un amante es siempre un esclavo”.

—¿Qué se supone que es esto? — pregunta Mirela al voltear algunas de las fotografías y leer las frases en la parte trasera— ¿Sócrates?

—Sócrates era un filósofo — menciono al ver lo que dice una — éste es  Edgar Allan Poe. 

—Es lo mismo. — con un rápido tirón me quita una en la que salimos ambas en nuestra graduación de pre-escolar y sonríe — está no la tengo en mi álbum, voy a conservarla.

—Concéntrate niña que esto no son solo recuerdos — la reprende Alessandro rodando los ojos — es una clara advertencia que todavía no deja claro lo que quiere.

—¿Qué vamos a hacer? — pregunta mi tío.

—De momento nada, quien sea que está haciendo esto decidió que quiere comenzar a jugar.

—¿Y?

—Y… yo no estoy para juegos — recalca.
—¿Te has vuelto loco? — exclama Mirela exaltada— este tipo tiene fotos mías que ni siquiera tengo yo, es como una amenaza  directa. — de un salto se levanta y comienza a caminar de un lado a otro con las fotografías en la mano — podría ir por mi en cualquier momento, o por alguno de mis familiares.

—Lela, cálmate. — intento persuadirla antes de tener un colapso de nervios yo también.

—Imagina que le haga algo a mi madre, o peor aún, a mi abuela — continua pero se para en seco y golpea su cabeza con su mano — mi abuela esta muerta. Pero puede hacerle algo a mi perro. ¡no quiero que le hagan daño a mi lulú!

—¡niña cierra la boca! — grita Ale haciéndome saltar en mi lugar por el repentino enojo — nadie quiere matar a tu estúpido perro, es algo serio de lo que estamos tratando aquí, así que espero no salgan con ninguna estupidez — esta vez habla para las dos — dejen a los adultos resolver esto.

—También somos adultos — lo interrumpo — no estamos en una película de espías así que no pienses dejarnos fuera de todo esto.

El tío Edgar frota sus ojos con la mano y puedo ver el sudor correr por su frente pero asiente despacio comentando:
—Ale tiene razón, vamos a hacer como que esto no pasó pero tengan claro que podemos esperar más de estas cosas. De ahora en adelante es recomendable que no viajen o salgan solas.

—contrataremos un guardia para que las vigilé— comenta mi padre y yo niego con la cabeza.

—Eso sería demasiado obvio, le daríamos a está persona una clara señal de que estamos asustados y que su amenaza logró afectarnos.

—Ella tiene razón — Lela, que cada segundo se nota más nerviosa, me señala — hay que mantener todo como hasta ahora pero con un poco más de precaución.

Cuando todos estamos de acuerdo en no hacer nada, me pongo de pie y junto a Mírela salgo de la habitación para dirigirme a mi recamara sin quitarme el dolor de cabeza a causa del estrés. No parece una simple reprimenda por tener sexo con señores con los que estamos emparentadas de alguna manera, esto es una venganza fuertemente planeada pero… ¿Contra quién exactamente? Y lo más importante… el ¿por qué?.