Capítulo 13: Lo que pasó esa noche

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Entre los pasillos de la academia Appleton, aún quedaban estudiantes que no pudieron partir hacia sus hogares. La gran mayoría aún esperaba, pero quienes eran extranjeras, tenían más complicado el traslado. Sin embargo, no se encontraban desoladas, ya que esos momentos sirvieron mucho para que los estudiantes de Appleton comenzaran a socializar con las jóvenes brujas, intentando reconfortar su incertidumbre. El odio hacia las mismas ya había casi desaparecido hace tiempo, pero nunca hubo un acercamiento de parte de los dos grupos. Irónicamente, fue en ese momento de ajetreo donde se comenzó a dar.

En sus rostros, se notaba una preocupación inmensa ¿Cómo una bruja sería capaz de hacer las cosas de las que se le acusa a Cerny? Se preguntaban los de Appleton, quienes siempre creyeron que la magia era débil y obsoleta. Se lo preguntaban las de Luna Nova, quienes siempre vieron a la magia como una fuente de vida y buenos sentimientos. Akko, quien aún sentada en aquel puente acompañados de sus amigos, tenía la mirada un poco perdida pensando en el estado de Chika y cómo estaban las cosas. Sucy y Lotte se percataron de ello en el momento, quienes estaban a su lado.

—No te preocupes, Akko. Ella es fuerte y muy pronto se recuperará —le dijo Lotte quien pareció le leyó la mente.

—Cree en ella, no es tan débil como para caer así —le apoyó Sucy.

—Muchas gracias, chicas —respondió Akko para abrazar a sus dos compañeras con una sonrisa.

—¿Por qué no la vas a visitar? Tal vez así se te pase la preocupación —aconsejó Frank.

—No estoy segura de que nos permitan eso, nos tienen aquí encerradas después de todo —comentó Amanda para luego comenzar a mirar de manera pícara a Diana—, a no ser que...

—Ni se te ocurra planear nada —respondió la joven al instante.

—Ten un poco de paciencia, Amanda —comentó Jasminka, siendo apoyada por Constanze.

—Creo que la maestra Chariot nos podría dar una mano con eso.

—No creo, Bárbara —respondió Hannah—. Debe estar ocupada con todo este problema.

—Es su deber. Ahora mismo lo más prudente que pueden hacer es esperar —dijo Andrew.

—No me gusta esperar —dijo Akko inflando sus mejillas.

—Pareces una niña.

—¡Tú eres el niño!

—¿A quién llamas niño?

—¡Los dos lo son! —dijo Diana interfiriendo entre el joven y la bruja, mientras los demás reían por el trío—. Pero, es cierto que lo mejor que podemos hacer es esperar.

—Veo que están un poco impacientes.

Ante aquellas palabras, los presentes alzaron la mirada para encontrar a Chariot llegando al lugar encima de su escoba.

—¡Maestra Chariot! ¿Sabe algo de Chika? —preguntó Akko animada al levantarse en seguida de su lugar.

—Por eso es que estoy aquí. Puedo permitir que la visiten para que vean cómo está.

—¡¿En serio?!

—Sí, pero no griten. Solo las llevaré a ustedes a petición de ella.

Todas emprendieron el camino con la profesora, pero antes de avanzar, Akko se detuvo en seco para girar hacia los dos chicos que se quedaron sentados en el lugar.

—¿No nos acompañan?

—Vayan ustedes, es su compañera después de todo —respondió Andrew a la castaña, quien asintió para luego despedirse.

La Luz de la Magia Vol.1: Sombras de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora