Capítulo 37: Primer choque

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Múltiples vehículos de combate y acorazados avanzaban por los extensos y llanos campos verdes, a un lado, algunos soldados iban en pie portando sus armas, esperando cualquier emboscada. En los oscuros cielos, iban cientos de brujas volando en escoba, intentando visualizar algo a lo lejos.

El instinto de cada uno le avisaba que algo iba mal, y que muy pronto se enfrentarán a la amenaza, sin embargo, aquella creencia era contraria a lo que sus ojos alcanzaban a ver.

La formación era en forma de luna, buscando también cubrir el noreste y sureste, los flancos por dónde saldrán los otros dos dirigentes de aquel ejército. Las brujas volaban por el cielo, con las ocho musas presentes al frente en forma de V, estando detrás de ellas Chariot, dirigiendo a Diana y Akko, en busca de llegar a la academia donde estaría Cerny.

Ya todo estaba calculado, buscaban acabar con esta amenaza lo más rápido posible, sin ningún imprevisto ni retardo. Ya el gobierno estaba cansado de tantos problemas con la magia, que juraban que este sería el último, para por fin descansar un tiempo sin la amenaza de una guerra o que destruyan su sociedad.

A los oídos de todos llegaron unos lamentos que puso cada rama de su cuerpo alerta. Un hilo de silencio llenó el lugar con un silencio inquietante.

A lo lejos, unas olas oscuras venían a una velocidad inimaginable. Esto tomó por sorpresa a los soldados comenzando a salir de los acorazados quienes, en un abrir y cerrar de ojos, se ubicaron en la parte de atrás de los autos de batalla, siendo estos los que frenaban el paso disparando con cañones infundidos en magia divina.

El frenar a las criaturas era eficiente puesto que a la par, las brujas comenzaron a disparar desde todos los puntos, concentrando la oleada en un solo lugar. Así fue hasta que más de estos seres llegaron ahora volando por los aires, arrebatando la atención de las brujas sobre escoba.

Abajo, los soldados lograron contener a los terrestres por ellos mismos, hasta que de pronto llegaron hileras de grandes criaturas que no eran derrotadas por las balas. Los soldados procedieron a retroceder mientras que los vehículos de combate se encargaban. Lamentablemente, los intentos para contenerlos eran inútiles, y el enfrentamiento cuerpo a cuerpo sería inevitable.

—Señor, los ataques a los grandes están siendo inservibles, solicito permiso para utilizar los cañones —uno de los generales estaba a cubierta llamando por un pequeño micrófono.

A kilómetros del lugar, habían carpas haciendo un rodeo a todo el cuadrante. Dentro de una de ellas estaba el ministro de defensa dirigiendo la operación, cuando el mensaje del soldado le llega.

—Ubiquen posiciones, usen los cañones solo con los grandes, procuren alejarse lo más posible de ellos ¿Está bien? —Ordenó el señor Blackwell.

—Entendido, señor ministro ¡Preparen los cañones mágicos!

Máquinas de tamaño medio pero de un diseño extravagante y pesado, aparecieron. Los alinearon de tal forma que les ayudó en contra de las criaturas grandes, debilitando sus fuerzas de manera considerable.

Ante los golpes de aquellos disparos, sus cuerpos eran frenados. Cuando las criaturas levantaban la cabeza recuperándose de aquellos ataques, una lanza era clavada en su cabeza, haciendo que desaparecieran.

Los que fueron a luchar cuerpo a cuerpo eran soldados venidos de Xonia, llamados por la reina, quienes se encargaban de enfrentar de manera cercana.

Los movimientos de los Xonianos eran precisos y rápidos para luego hacer una retirada mientras frenaba lo que podían. Lamentablemente, aquellas criaturas no eran estúpidas; aprendieron rápido de sus errores.

Las bestias grandes seguían entrando en hileras, sin embargo, cuando llegaban a la parte frontal se colocaban en filas para recibir todo el daño que pudieran tolerar. Sabían que al tener sus aliados pegados a sus espaldas, los enemigos no entrarían acabarlos puesto que se expondría demasiado a los demás, por otro lado, solo necesitarán avanzar unos metros para luego, los más pequeños se lanzarán y, aunque los de alante sufrirían daños, la poca distancia los favorece para llegar sacrificando a algunos.

La Luz de la Magia Vol.1: Sombras de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora