Capítulo 9: Cuenta conmigo, Diana

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Era la hora del almuerzo, los comedores estaban llenos y las aulas vacías en su mayoría, exceptuando una. Dentro del salón de clases de astronomía mágica, un sitio bastante grande, con sillas en filas elevadas como escalones, con un escritorio de madera sobre una plataforma elevada y un gran tablero verde, se encontraban nada más dos personas a esa hora donde las clases terminaban.

—Me encantaría ayudarte, Akko —comentó Chariot mientras organizaba los libros en su escritorio—. Pero nos prohibieron rotundamente involucrarnos en la elaboración de sus stands.

—Pero no es como si lo vaya a hacer por mí, solo una ayuda. Realmente no sé qué hacer para mi presentación.

La castaña se sentó en la elevación de la zona donde estaba el escritorio. Chariot la vio y luego se sentó junto a ella.

—Akko, no te desanimes. Ya se te ocurrirá algo.

—¿Qué hizo usted cuando fue estudiante, profesora Chariot? —preguntó Akko—. ¡Estoy segura fue espectacular!

Con esta pregunta, muchas memorias regresaron a la cabeza de la mujer pelirroja. Recuerdos que le sacaban una sonrisa pero que a su vez le sacaban una gota de sudor en la cabeza.

—Bueno... Realmente intenté hacer un show de invocación, pero... Al final todo fue un pegajoso caos —una sonrisa nerviosa se formó en su rostro y recordaba cómo aquel espíritu gelatinoso que invocó arrasaba con los demás stands.

—Eso suena como algo que yo haría —respondió la estudiante riendo de manera juguetona.

—No somos muy distintas, Akko. Sé que pudiste haber pensado que era la más talentosa bruja, pero tenía muchas dificultades.

—Soy consciente de ello, pero aún así nunca se rindió y luchó hasta conseguir lo que quiso: sacar sonrisas e inspirar a muchas a creer en la magia, yo incluida. Sé que ya se lo he dicho muchas veces, pero no puedo estar más agradecida por lo que hizo por mí.

Ante las palabras, los ojos húmedos de Chariot comenzaron a relucir.

—...Realmente...

—¡Akko!

Antes de que la profesora pudiera responder, la puerta fue abierta por una compañera de Akko quien se veía agitada.

—¿Chika?

—Akko ¡Lo logré! Hice que la fruta madurara-... ¿Interrumpo algo?

—No, tranquila —respondió la profesora disimulando su pequeña humedad en los ojos—. Pueden irse las dos, ya falta poco para que termine el almuerzo.

—La veo después de clases, profesora Chariot.

Y así, con una sonrisa la castaña se despidió para seguir a Chika e irse las dos juntas de aquella sala. Chariot se quedó sonriendo de manera calmada y con el rostro aliviado.

—Al menos Croix tuvo razón en algo.

...

La jornada transcurrió de manera corriente. Habían pasado tres días desde que se había dado el anuncio del festival venidero en la academia. En las paredes se podían ver panfletos anunciando aquel evento y muchos otros que informaban las reglas y cómo participar. Muchas estaban emocionadas con lo que se venía, aquel festival no resaltaba por ser tan grande como el Festival Samhain o el encuentro mágico, pero sin duda era algo digno de recordar. Sobre todo, los ojos estaban puestos en aquellas quienes cursan segundo año, siendo estas las más nerviosas por lo que se venía.

De esta forma, iban Akko y sus amigas caminando por los pasillos a altas horas de la tarde. El sol entraba por los ventanales de aquel corredor que se separaba en dos caminos. A su izquierda, daba con la entrada de la biblioteca, pero a su derecha daba el pasillo que dirigía o bien, a los salones magistrales, o a los dormitorios siguiendo derecho. El grupo iba caminando, recién habiendo terminado las clases con la profesora Badcook donde la mayoría casi se dormía, y adelante de todas iban Akko y Diana, estando esta última prácticamente huyendo de la primera.

La Luz de la Magia Vol.1: Sombras de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora