Entre Rosas Y Espinas [Disney Descendientes/Carlos De Vil] LPDA3

Capítulo 41. "El hada exiliada" 1/3

—No conocí la relación de tu abuela y la emperatriz del mal a la perfección. —dijo la reina Elionise sentada en el pasto junto a su hijo y Ben— Pero todos en ese tiempo, sabían que Maléfica tenía una aprendiz.

Los tres se encontraban sentados cerca de la zona de las rocas.

—Yo era más joven en ese tiempo, y era mi padre quien reinaba estos lugares —Habló ella—. Pero en aquellos tiempos, todavía no se habían separado.  

Ben asintió, sabía por Astrid que Agatha había traicionado a Maléfica y se habían separado, por eso era que ella se había convertido en un espíritu. 

Antes no había prestado mucha atención a la historia, pero ahora sentía todo el peso de ella en aquel momento. Recordaba que cuando pensaba en la decisión de escoger que primeros hijos de villanos llevar a Auradon, algo en su interior estaba seguro de traer a Mal.

Y Astrid decidió contarle ahí todo tío que había descubierto. Pero incluso después de eso, Ben no cambio de opinión.

Estuvo más seguro que antes. Aunque ese secreto quedó entre ambos. Nunca le mencionaron la historia a su padre, sabiendo que le dolería mucho saber la verdad. Y Ben tampoco pensó hablarlo con Mal, al menos no todavía, ya que quería esperar un tiempo más.

—Maléfica hechizaba a reyes y reinas, tiraba maldiciones en los pueblos, pero nunca se atrevió a hacerle nada a este bosque —habló la reina—. Nunca molestó ni hechizo a nadie que proveniera del Páramo. Así que tampoco nos metíamos con ella.

Ben desvió su mirada al hijo del hada, quien no parecía intrigado por lo que la reina le contaba, tal vez porque ya había escuchado esa historia antes, o porque tal vez quería mantener su semblante duro.

—Yo no había visto nunca a Maléfica pero claro que sabía de ella. Un hada oscura siguiendo un legado oscuro. Además que era la única hada en todo el mundo que podía convertirse en un dragón, las hadas generalmente tienen alas, o rasgos de animales dependiendo de que tipo de hada sean. Pero ninguna tiene sangre de dragón como la que tiene Maléfica.  Por eso era fácil reconocer de quien hablaban cuando mencionaban su nombre —la reina hizo una pausa por unos segundos para luego continuar—. Así que fue fácil reconocerla cuando las conocí.

Ben imaginaba que alguien tan conocido como la madre de Mal, aunque fueran en tiempos donde no existía el internet, era fácil de reconocer. 

—Mi padre era un buen rey, pero también era un padre estricto —dijo la reina—. Muchos horarios, reglas que cumplir... pero yo era una adolescente y colo cualquier adolescente tenía mis momentos de rebeldía. Así que habían noches en las que escapaba con espíritus de la naturaleza y asistía a fiestas en la noche. Y una de esas ocasiones, volviendo antes del amanecer a mi hogar vi una figura grande en el cielo, dirigiéndose a un lugar por el este. Parecía un ave gigante y por un momento pensé que se trataba de un cuervo, pero uno tal vez ocho veces mas grande que su tamaño natural. Así que no me lo podía crees. Mi curiosidad me ganó y entonces lo seguí.

Ben tuvo que suponer que si se trataba de un cuervo, debía ser Diablo, la mascota y compañero de Maléfica. Mal le contó que también había sido enviado a la isla pero convertido en piedra.

—Fueron unos minutos que caminé por los árboles pero pronto supe a que dirección se dirigían. Y en poco tiempo, estaba en este mismo lugar, escondida entre los árboles. Y entonces las vi a ambas. Tenia razón, ambas se habían bajado de un cuervo enorme, la famosa emperatriz del mal, con sus cuernos y su Ojo de Dragón, manteniendo un porte firme y tenebroso, seguida de una joven adulta de cabellos dorados y vestido verde. A diferencia de la primera ella parecía triste, pero curiosa sobre que estaban haciendo aquí, pronto, vi como Maléfica se acercaba a la plataforma, pero no la subió, y su aprendiz, estaba todo el tiempo quieta. Realmente no me parecía tan amenazante como decían.