Capitulo 36. "La verdad de la hechicera"

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Carlos estaba asimilando todo.

Y aún así le parecía que fuera algo imposible de creer.

Astrid y Ben eran los nietos de Agatha quien había sido algo parecido a una villana, por lo que eso hacía a Bestia era un VK.

Bestia había encontrado redención con Bella, y se había liberado de su hechizo que también, según todo, le había lanzado su madre biológica.

Y un VK había sido el que encerró a los villanos en la isla. 

Era demasiado

Carlos de pronto empezó a necesitar aire, necesitaba un respiro, porque sentía que su cabeza iba a explotar.

La hechicera estaba sentada frente a él, sobre la cama de Jay y mirándolo. Carlos hizo su intento de fruncir el ceño y se levanto con rapidez, tomando la correa de Chico, decidió a salir de esa habitación, que de pronto le estaba causando una especie de claustrofobia. 

—Carlos —dijo Agatha levantadose de la cama y flotando hacia él.

—No quiero hablar contigo ahora... — le dijo a la abuela de Astrid y Ben, mientras se levantaba de la cama, aunque pensar en ella de esa manera no le gustaba en lo absoluto. 

—Sé que es difícil de asimilar. Pero necesito que entiendas...

—¿Qué cosa? —preguntó cortante y frunciendo el ceño— ¿Que pusiste tu venganza antes que a Adam?, con razón el nombre y la cara de ese príncipe se me hacia familiar, lo había visto antes en el despacho de Bestia antes, era su padre. Eres la abuela de Ben y Astrid, y trabajaste con Maléfica, convertiste a tu hijo en una bestia por una década...

—Sí, lo hice —dijo— Y terminé traicionando nuestro pacto, es por eso que soy un fantasma lo sabes...

—Y Maléfica sabe que Astrid es tu nieta, esto no era sólo por la rosa. La esta torturando y creando una versión malvada de ella que es su títere no solo para llegar a esto —Carlos alzó su guante con el collar de su novia—. Esto lo hace de manera personal y está disfrutando hacer esto, mientras que As está pagando las consecuencias.

Carlos sintió sus manos temblar un poco, quería gritar y enojarse más pero sabía que eso no iba a solucionarle absolutamente nada. Pero el silencio que ahora hacía la hechicera le estaba quitando la poca paciencia.

—¿No tienes nada que decir? —Le preguntó a la mujer, pero ella no le respondió—. Maléfica tiene a tu hijo, tu nuera y tu nieta encerrados, ¡por Dios santo!

Chico ladró, como diciendole a Carlos que tratara de tranquilizarse, tal vez no lo podía demostrar, pero eso no significaba que su amigo peludo no percibiera lo que él sentía. 

—Pensé que mi madre era mala, pero tú le ganas incluso a Cruella —Soltó el chico entonces—. Y no entiendo como es que Astrid pudo haberte aceptado después de eso... y si Ben supiera...

—¡No lo hizo! —gritó Agatha  interrumpiendolo y de pronto, el suelo de la habitación tembló debajo de él y Chico volvió a ladrar preocupado.

Carlos guardó silencio unos segundos mientras tomaba a su mascota, y  entonces vio mejor al fantasma, parecía que la luz que la rodeaba se había disminuido. El hijo de Cruella vio que su expresión facial la mostraba tensa.

—No creas que Astrid aceptó esto... —dijo ella desanimada un minuto después— Odió enterarse de la verdad.

Carlos miró a la hechicera, su rostro no mostraba nada mas que dolor. 

—Cuando por fin pude contarle la verdad a Astrid —Dijo Agatha mirando al suelo—. Ella sintió tanto rechazo hacia mí que no me hablo por casi dos meses, incluso si yo ya le insistía demasiado. Ella recién había salido de un mal momento, y enterarse de aquello le hizo sentir horrible consigo misma después de haber avanzado. Todos los días se recordaba que era una buena persona porque no quería pensar que venia de gente que una vez fue cruel, de una villana.

Entre Rosas Y Espinas [Disney Descendientes/Carlos De Vil] LPDA3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora