Ben y Mal llegaron al lago de a academia, parando en uno de los puentes que lo cruzaban. La pareja no dijo ni una palabra luego de unos minutos, hasta que la hija de Maléfica empezó a sentir que no podía contenerlo más.
—¿Qué fue todo eso? —preguntó Mal
—Lo siento, perdí el control allá —respondió
—No hablo de eso —respondió la pelimorada, Ben se volvió a ella— ¿Qué fue eso?.
Ben la miró detenidamente, sabía a que se refería.
—Te juro que no sé que fue eso. —respondió el castaño—. Nunca me había pasado algo así, y ni siquiera sé a donde fue.
—¿Estás seguro? —cuestionó la pelimorada—. ¿Ni siquiera durante el hechizo?.
—Creo que recordaría algo así —dijo Ben, apoyándose de los barandales del puente.
Mal pensó por un segundo sin sacarse la imagen de la mente, un colmillo asomándose por fuera de la boca de Ben, eso durante unos instantes hasta que ya no estuvo más, Ben estaba normal.
La hija de Málefica pensó en una cosa, en como la magia era hereditaria de su madre, y la de su madre de su abuela. En como Jane también tenía magia propia al ser hija del hada madrina. La magia podía heredarse, Mal se empezaba a preguntar si también los hechizos podrían serlo.
—¿Ben, el hechizo de tu padre es algo hereditario? —preguntó entonces a su novio.
El chico se volvió a ella, bastante extrañado ante ello.
—¡No! —respondió él— Al menos... eso creo. Estoy casi seguro que no lo es.
Ben frunció el ceño, volviéndose al agua que corría por debajo de ellos, debajo del puente. Tenía muchas cosas de las que preocuparse, aquella insinuación de Mal no era algo que le diera tranquilidad en lo absoluto.
Convertirse en Bestia ahora, no estaba seguro si la idea le gustaba o le estresaba en aquel momento. Pero si llegase a aquello, tal vez tendría la fuerza suficiente para enfrentarse a si mismo contra los villanos, rescatar a su familia y proteger a sus amigos.
Pero no lo creía, convertirse en una Bestia no solo traería más que problemas ahora. No estaba seguro que ese hechizo fuese hereditario. Pero ante eso, Astrid podría darle una respuesta, ella podría hablar con Agatha, estaba seguro que ella podría darle una respuesta. Pero era imposible, Astrid ya no estaba, y aunque la rosa estuviese en manos de Carlos, no estaba seguro que funcionara de la misma manera.
Las palabras de Anthony entonces, él no había sido capaz de proteger a su hermana. Había fallado en eso, ¿cómo pretendía cuidar de un montón de chicos indefensos antes los villanos?.
Sin duda era el peor rey. Y apenas llevaba un año en el mandato.
—¿Qué piensas? —preguntó Mal, Ben le dio una mirada de reojo.
No respondió, pero Mal no necesitó que él lo dijera para saber.
—¿Piensas en lo que dijo Anthony? —dijo ella, tomando a su novio por el hombro.
—¿Cómo podría cuidar de todos?, de ti, de mis amigos, de mi reino —dijo él con voz gruesa—. No pude proteger a Astrid, a mis padres, a él o ella...
—¿Él o ella? —Mal frunció el ceño.
Ella vio como el castaño se sobresaltaba, mirando fijamente el suelo del puente.
—¿De qué estamos hablando ahora? —preguntó Mal.
Lo iba a saber tarde o temprano. Pensó él
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Entre Rosas Y Espinas [Disney Descendientes/Carlos De Vil] LPDA3
Fiksi PenggemarToda la saga "La Princesa de Auradon" está dedicada a Cameron Boyce, la estrella más brillante en el firmamento. "-Solo un lado va a ganar esto va ganar esto, Mal. -Entonces prepara los pañuelos, porque vas a tener mucho tiempo para llorar. " Libro...